Entre niños: Buena solución
Mi esposo y yo trabajamos todo el día, y nuestros dos hijos se quedan en la escuela hasta la tarde, cuando pasamos a recogerlos.
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Mi esposo y yo trabajamos todo el día, y nuestros dos hijos se quedan en la escuela hasta la tarde, cuando pasamos a recogerlos.
Hace medio siglo, en 1967, una lectora nos contó sobre una de las felices consecuencias, no intencionadas, que resultan de compartir la revista Selecciones.
Cuando mi hijo tenía alrededor de nueve años, mi esposo colocó unas repisas en la pared de su habitación para que pusiera ahí sus muñecos.
Un hombre pasa caminando fuera del edificio de la asamblea legislativa y de pronto oye unos gritos:¡Corrupto! ¡Ladrón! ¡Mentiroso! ¡Sinvergüenza!
Cuando mi papá tenía 90 años lo invitaron a dar una charla en una biblioteca sobre sus experiencias en la Segunda Guerra Mundial.
Hay quienes simplemente no saben nada de jardinería. Una tarde, cuando mi hijo Bill se enteró de que un amigo suyo iría a una tienda para el hogar que tiene un vivero…
La mañana del día de su cumpleaños, una mujer le dijo a su esposo:—Soñé que me regalabas un collar de brillantes. ¿Qué crees que signifique eso, querido?
Todas las mañanas le llevo el té a mi esposa en piyama. ¿Creen que ella me lo agradece? ¡Para nada! Se queja diciendo que preferiría que se lo llevara en una taza.
Después de ver una película en la que varios de los personajes tenían barba, le pregunté en son de broma a mi hija, de cinco años…
La tía de un amigo mío empezó a interesarse en la comida saludable antes de que cualquier persona siquiera lo considerara en Mississippi.
Soy maestra en una universidad, y cierta vez conversé con uno de mis alumnos sobre un viaje en auto que habían hecho él y su familia.