La palabra tamal viene del náhuatl “tamalli”, que significa “envuelto”. Los tamales son un alimento que puede estar envuelto en hojas de maíz, plátano, y hasta carrizo o papatla, una planta originaria de las regiones tropicales y subtropicales del sur de México.
Los tamales siempre estuvieron presentes en las ofrendas a los dioses, sobre todo porque están hechos de maíz, el material que ellos utilizaron, de acuerdo a las creencias prehispánicas, para crear al hombre.
Y lo dice el El Popol Vuh, el texto sagrado maya que narra los mitos de la creación: “después de varios intentos fallidos para crear al hombre con distintos materiales, fue el maíz el que finalmente les permitió darle vida”.
El tamal es uno de los platillos más representativos de la gastronomía mexicana, se estima que existen más de 500 variedades.
Los sabores tradicionales y los tipos de tamales varían según la región, pero entre los más populares tenemos los verdes (con salsa de tomate y carne de puerco o pollo), los rojos (de mole), los dulces (con azúcar y pasas) y los de rajas (con chile poblano, queso y salsa de jitomate).
Son uno de los desayunos más populares de los habitantes de la Ciudad de México. Si quieres intentar hacerlo en casa, aquí tienes la receta.
A lo largo de la República Mexicana se utiliza este termino para casi cualquier tamal que esté envuelto en hojas de plátano.
Por lo general se rellena con mole, salsa roja o verde, y se rellena con carne de cerdo o pollo deshebrado.
En Oaxaca el tamal de mole negro se suele acompañar con chocolate con agua.
Son comunes en el sur y sureste del país. En Campeche la masa se revuelve con la chaya, un arbusto nativo de Tabasco y la Península de Yucatán, es muy popular ya que sus hojas son cocinadas y preparadas como las espinacas, y se rellena con un picadillo de carne de cerdo con jitomate, aceitunas, alcaparras, cebolla, ajo y pasitas.
En Chiapas la masa se mezcla con manteca de cerdo y hojas de chaya, se rellena con carne de cerdo y se envuelve en hoja de plátano.
Su nombre proviene del náhuatl zacahuilli que en español significa con sabor a zacate. Es el tamal tradicional de las región indígena huasteca. Su tamaño es tan grande que se sirve en porciones pequeñas, un solo tamal puede alcanzar hasta para 50 personas, dependiendo de su extensión.
Se prepara con masa de maíz martajada, manteca de cerdo y una salsa de chile chino, chile cascabel y especias; se rellena con carne de cerdo y pollo.
Se envuelve en varias capas de hojas de plátano, antes de cocerse en un horno de leña.
Es el tamal típico del estado de Michoacán, los purépechas lo conocen como khurhúnda.
Para su elaboración se utiliza masa de maíz blanca, batida con manteca de cerdo, leche o agua. Su principal peculiaridad es su forma triangular, que se logra colocando un poco de masa en un extremo de una hoja de caña de maíz, y enrollando hasta conseguir una corunda con seis lados y cinco puntas. Por lo general se sirven bañadas en salsa verde o roja, queso Cotija o añejo, crema y a veces rajas de chile poblano.
La palabra proviene del maya mukbil que significa enterrado. Es un tamal elaborado con masa de maíz, manteca de cerdo y caldo de carne.
Primero se forra un molde con hojas de plátano, después se cubre el fondo y los lados con una capa gruesa de masa, y se rellena con carne de pollo y cerdo preparadas en un guiso de semillas de achiote, ajo, comino, pimienta negra gorda, epazote, cebolla, chile dulce y chile habanero.
El molde se coloca en un horno de tierra llamado pib y se tapa con leña, después se sella el hoyo para cocer el tamal. Antes de comerlo se desentierra, por eso su nombre.
Es un tipo de tamal dulce originario también de Michoacán. Se prepara con harina de arroz, polvo de hornear, mantequilla, leche, yemas de huevo, azúcar y pasas.
Se envuelve en hojas de maíz y es de color amarillo, por eso se conoce como canario.
Es un tamal originario de Chiapas, aunque puedes encontrar variaciones en los estados del sureste del país. El ingrediente principal, como su nombre lo dice, es chipilín, una variedad de quelite.
Se elabora con masa colada mezclada con hojas de chipilín, caldo y manteca de cerdo, se le da forma rectangular y se envuelve en hoja de plátano.
Se acompaña de salsa de jitomate y se espolvorea con queso fresco.
La masa de este tamal se elabora con granos de elote molidos con leche y mezclados con manteca de cerdo derretida.
Por lo general se rellena con carne de cerdo, mole de chile ancho y hojas de epazote; y se envuelve en hojas de elote.
Muchas veces no escogemos lo que no conocemos, y por lo mismo no sabemos cómo podrían funcionar para nuestro paladar. También existen personas que no pueden comer ciertos tipos de alimentación porque afecta su salud, y por eso incluimos esta opción de tamales que se hace en La Otilia, con mezclas de harinas no refinadas, libres de gluten, a base de maíz, arroz, tapioca, almendra, amaranto y chía, entre otras, y que forma parte de los Restaurantes por la Salud de la Asociación Mexicana de Diabetes.
Te ofrece tamales libres de gluten, sin manteca de cerdo, sin azúcares refinados, sin colorantes artificiales y sin saborizantes artificiales.
Tamales keto
Hechos a base de harina de coliflor, coco y almendra. Bajos en carbohidratos
Alérgenos: almendra y huevo
Tamales veganos
Hechos a base de maíz orgánico y puré de calabaza.
Alérgenos: maíz
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El dato curioso: México no es el único país donde los tamales son muy populares, en Perú, Argentina, Bolivia, Guatemala, Belice y Chile (donde se les dice humitas) también son famosos.
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