Te contamos el origen del delicioso Pan de Muerto
El Pan de Muerto es un símbolo de la muerte y la vida. Su origen al parecer tiene raíces en los sacrificios humanos de la época precolombina.
Si amas el pan de muerto, pero nunca te habías puesto a pensar cuál es su origen, no te preocupes pues nosotros nos dimos a la tarea de investigarlo. Te queremos contar un poco más acerca de este delicioso pan que forma parte de una de las tradiciones más bonitas que tenemos en México.
El Pan de Muerto es un símbolo de la muerte y la vida, y se cree que ayuda a los difuntos a encontrar su camino de regreso al mundo de los vivos.
El origen del Pan de Muerto tiene sus raíces en los sacrificios humanos de la época precolombina. Se cuenta que tras una ofrenda humana, se preparaba un pan de amaranto molido mezclado con sangre que tenía como fin ofrecerlo a los dioses.
Cuenta la leyenda que, cuando se ofrecía una princesa a los dioses, su corazón aún palpitante se colocaba en una vasija de amaranto. Después, la persona que dirigía el ritual mordía el corazón, como gesto de gratitud a la deidad.
Con la llegada y posterior conquista de los españoles, el peculiar platillo fue transformado a una receta más parecida a la que se usa actualmente.
Aunque de acuerdo al portal oficial del Gobierno de México, una ofrenda similar a la actual de día de muertos era la de la diosa Cihuapipiltin. Dedicada a las mujeres que morían del primer parto, se creía que rondaban por el aire causando enfermedades entre los niños. Motivo por el cual les hacían regalos en el templo o en las encrucijadas del camino.
Las ofrendas consistían en “panes” de diversas figuras como mariposas o rayos (xonicuille) hechos a base de amaranto y “pan ázimo” que era un pan de maíz seco y tostado .
Siguiendo la historia del pan de muerto, se menciona que en los recetarios del siglo XVIII y hasta principios del siglo XIX no existe una receta del mismo. Es hasta mediados del siglo XX que por primera vez se encuentra este alimento en los compendios de cocina.
En México, la manera de elaborar el pan de muerto apareció por primera vez en 1938, en el recetario Repostería Selecta, de Josefina Velázquez de León.
Ella fue pionera de la gastronomía nacional y se encargó de recopilar recetas típicas de diversas comunidades para dar a conocer las características alimentarias e identidad culinaria de las distintas regiones del país.
Más adelante, en 1951 Gustavo Montoya pintó ‘’Bodegón con panes mexicanos’’, un óleo en donde por primera vez se observa la forma más parecida a la que actualmente conocemos del pan de muerto, un bollo con pequeños huesos y una cruz en el centro.
En el libro Azucarados afanes, dulces y panes, el profesor José Luis Curiel Monteagudo señala que: “comer muertos es para el mexicano un verdadero placer, se considera la antropofagia de pan y azúcar”. “El fenómeno se asimila con respeto e ironía, se desafía a la muerte; se burlan de ella comiéndola“, afirma.
Su forma circular hace referencia al ciclo de la vida y de la muerte por el que cada ser humano pasa. Al centro del pan la “bolita” simboliza el cráneo del difunto. Las tiras en cruz representan los huesos con los que estamos formados y también hacen referencia a las lágrimas de los difuntos.
En algunas regiones del país al pan de muerto se le agrega esencia de azahar , para simbolizar el recuerdo de los difuntos.