Aunque es cierto que ahora vivimos en una cultura mucho más autónoma sexualmente, en la que se aceptan conexiones emocionales como las relaciones abiertas, en lugar de la monogamia y la heterosexualidad, esta libertad también conlleva responsabilidad, sobre todo hacia las personas con las que nos relacionamos, sea el tipo de relación que sea, con la finalidad de evitar daños emocionales.
La responsabilidad afectiva tiene que ver con una plena consciencia de las decisiones que tomamos en relación con otros y su posible afectación, de manera positiva o negativa, en ellos.
Esto significa tener la capacidad de comunicar tanto las propias necesidades y deseos como de escuchar los de los demás, ya que es una parte esencial de ser emocionalmente responsable.
Algunas prácticas que no son afectivamente responsables:
Gutiérrez Lara indicó que para tener responsabilidad afectiva es importante tomar en cuenta los siguientes aspectos:
Respeto: tanto para la otra persona, pero también hacia ti mismo. Para tener una buena responsabilidad afectiva es necesario saber si nuestras propias necesidades se están cumpliendo e identificar si estamos permitiendo cosas que no nos gustan.
Honestidad: aquí entra la autobservación. Revisar si encuentras lo que necesitas en la relación, pero también si tienes las características que favorecen que la otra persona se sienta cómoda. Podemos ser persona valiosas, pero no necesariamente cumplimos con las expectativas de los demás.
Dialogar: comunicar y escuchar. Además de acuerdos y ajustes, cuyo objetivo es que cada uno sume al proyecto vital del otro.
Saber decir adiós: en ocasiones lo más sano o beneficioso es separarse de manera respetuosa y saludable.
Es importante porque nos ayuda a construir relaciones más sanas y satisfactorias. Cuando somos responsables afectivamente, somos capaces de:
Evitar lastimar a los demás: Cuando sabemos lo que sentimos y lo que queremos, es menos probable que hagamos o digamos cosas que puedan herir a los demás.
Construir confianza: Cuando somos honestos y transparentes con los demás, construimos confianza. Esto es esencial para cualquier relación sana.
Mejorar la comunicación: Cuando somos capaces de expresar nuestros sentimientos de manera clara y respetuosa, mejoramos la comunicación con los demás. Esto nos ayuda a resolver conflictos y a fortalecer las relaciones.
Crear un entorno seguro: Cuando somos responsables afectivamente, creamos un entorno seguro en el que los demás se sientan cómodos expresando sus emociones.
¿Cómo ser más responsable afectivamente?
Hay muchas cosas que podemos hacer para ser más responsables afectivamente. Aquí hay algunas sugerencias:
Comunicóloga por la UNAM. Redactora de temas de bienestar general. Apasionada del mundo digital, soy geek, metalera, petfriendly. Fan de las pelis de terror y el anime. Una de mis frases favorita es: "Yo solo sé que no sé nada” de Sócrates.