El invierno es una época de frío, en algunos lugares de nieve y… ¡dolor de huesos! Si eres de los que sufren de este molesto síntoma, no te preocupes, no estás solo. De hecho, es un problema muy común, que afecta a millones de personas en todo el mundo.
En general, el aumento de la sensibilidad y el dolor puede atribuirse al envejecimiento y al desgaste de las articulaciones, así como a enfermedades crónicas como la artritis reumatoide y la artrosis. Además, determinadas situaciones que provocan dolor crónico y factores ambientales como el frío, la humedad y los cambios barométricos también pueden exacerbar los niveles de sensibilidad y dolor.
¿Por qué duelen los huesos en invierno?
La respuesta es que, en realidad, no duelen los huesos. Lo que duele es la musculatura que los rodea. Cuando hace frío, los músculos se contraen para conservar el calor. Esto puede causar tensión y dolor, especialmente en las articulaciones que están más expuestas al frío, como las manos, los pies y las rodillas.
Pero, ¿por qué los músculos se contraen cuando hace frío? La explicación es que los receptores del frío, que se encuentran en la piel, envían señales al cerebro. El cerebro, a su vez, envía señales a los músculos para que se contraigan. Esta contracción muscular ayuda a generar calor, ya que al contraerse los músculos producen fricción.
Otras posibles razones:
- Una de ellas es la disminución de la circulación sanguínea. Cuando hace frío, el cuerpo se contrae para conservar el calor. Esto puede restringir el flujo sanguíneo a los huesos, lo que puede provocar dolor.
- Con las bajas temperaturas aumenta la viscosidad del líquido encargado de nutrir el cartílago. Esto provoca una mayor rigidez y roce en las articulaciones, traduciéndose en un dolor más fuerte que con otras temperaturas.
- Otra razón es la pérdida de humedad. El aire frío es más seco que el aire caliente, y esto puede causar que los huesos se sequen y se vuelvan más propensos al dolor.
- Además, las enfermedades relacionadas con el frío, como la gripe y el resfriado, pueden causar dolor en los huesos. Estas enfermedades pueden provocar inflamación, que puede afectar a los huesos y articulaciones.
¿Cómo aliviar el dolor de huesos en invierno?
Hay varias cosas que puedes hacer para aliviar el dolor de huesos en invierno.
- Una de ellas es mantenerte caliente. Esto significa abrigarte bien, especialmente la cabeza, el cuello y las extremidades.
- También es importante hidratarte. Beber mucha agua ayudará a mantener los huesos hidratados y a prevenir el dolor.
- Si el dolor es intenso, puedes tomar analgésicos de venta libre. Si el dolor no mejora, consulta a un médico.
- Hay infusiones que pueden ayudarte a calmar el dolor y relajarte. Por ejemplo, el jengibre es conocido por sus propiedades antiinflamatorias.
- Deberás realizar ejercicios de estiramiento, pero cuidando que estos sean suaves.
- Existen actividades que pueden paliar el dolor como la meditación o el yoga. También puedes practicar ejercicios de respiración que te ayuden a relajarte.
- El descanso es muy importante: mantén tu habitación a una temperatura idónea, en total oscuridad y silencio.
- Dar paseos tranquilos y disfrutar del sol hará que el dolor se amortigüe, sobre todo con la exposición a la vitamina D, esencial para los huesos.
- Aplica un saco de semillas calentado en el microondas sobre la zona dolorida.
¿Por qué afecta a unos más que a otros?
El cambio de temperatura puede afectar a algunas personas de forma más intensa que a otras. A estas personas se les conoce como “meteorosensibles”. Las personas meteorosensibles pueden experimentar dolores en los huesos y las articulaciones, sequedad en la garganta, asma e incluso trastornos mentales como la depresión.
Para ayudar a aliviar los síntomas de la meteoro sensibilidad, se recomienda aumentar los niveles de vitamina C y B. Estas vitaminas se encuentran en alimentos como las verduras, los cereales y las frutas, como las uvas y los arándanos.
Dato curioso: ¿Sabías que los científicos creen que los dinosaurios también podrían haber sufrido de dolor de huesos en invierno?
Con información de La Vanguardia