Estos son los principales mitos alrededor de los sismos. Infórmate para construir una cultura de prevención para reaccionar adecuadamente.
Para responder de manera oportuna y adecuada ante cualquier peligro natural como los sismos, una cultura de prevención es importante. Pero, para construirla adecuadamente, hay que informarse y descartar mitos comunes.
El año pasado justo cuando la pandemia ocasionada por la Covid-19 cobraba fuerza, el 23 de junio de 2020 un sismo de magnitud 7.4 nos puso a prueba nuevamente y nos hizo conscientes de que los peligros naturales pueden sorprendernos en cualquier circunstancia.
Aunque el Simulacro Nacional programado el 19 de mayo se suspendió, nos recuerda la relevancia de construir una cultura de prevención para reaccionar adecuadamente.
“Una cultura realmente efectiva y beneficiosa comienza con una población informada para que diseñe un plan de acción específico, así como de las herramientas correctas para minimizar los riesgos durante la presencia de una amenaza”, explica Thalía Reyes, gerente de Sismología en SkyAlert, empresa de tecnología de alertamiento sísmico y peligros naturales.
Con base en esta idea y para ayudarte a crear un plan de prevención informado, la especialista recopiló algunos de los principales mitos alrededor de los sismos y la verdad detrás de ellos. ¿Sabes cómo afectan al sueño los sismos?
Dos de los terremotos que más han marcado la historia reciente del país, en específico de la Ciudad de México, han sido el mismo mes y, coincidentemente, en el mismo día: 19 de septiembre. Esto ha inspirado la teoría de que existen “temporadas de sismos”.
La realidad es que la época de sismos inicia todos los años del 1 de enero al 31 de diciembre. En otras palabras, siempre existe la probabilidad de un evento sísmico, no son predecibles y no hay una tendencia estadística sobre esos movimientos, en ninguna parte del mundo.
Otra creencia popular es que, al ver el cielo, podemos tener una “predicción” sobre los movimientos de la tierra.
Si bien es cierto que hay una relación entre los límites entre placas tectónicas y los océanos, las lluvias y otros fenómenos hidrometeorológicos sobre el territorio continental nada tienen que ver con los sismos.
Por otro lado, las variaciones en la coloración de la Luna se producen porque la atmósfera absorbe en mayor medida los colores azulados, dando paso libre a los colores amarillos, naranjas y rojizos.
Este es un efecto común en los cielos contaminados o con mucho polvo en suspensión cuando la luna está muy baja en el horizonte. Algo que no guarda relación alguna con acontecimientos geológicos.
Perros, gatos y otros animales poseen una mejor audición que el ser humano y son capaces de escuchar sonidos de bajas frecuencias que el oído humano no. Considerando el hecho de que en muchas tradiciones los animales tienen una conexión más profunda con la naturaleza, algunas personas creen que por esta razón predecir peligros naturales.
Sin embargo, su percepción del movimiento sucede cuando el sismo ya se produjo, especialmente cuando están cerca del epicentro. Algunos perros pueden escuchar la llegada de la onda P (las ondas primarias, las cuales corresponden a un tipo de ondas sísmicas categorizadas como internas) que se propaga al igual que el sonido.
A causa de esto comienzan a sentirse nerviosos y reaccionan con ladridos. Una vez que estos mitos han sido aclarados, el siguiente paso para estar preparado ante cualquier emergencia sísmica es contar con un sistema de alertas confiable.
“La tecnología es el mejor aliado para crear una mejor cultura de prevención. Desde tu celular puedes obtener alertas procedentes de un sistema que cuenta con cobertura en 90 por ciento de las zonas de mayor peligro sísmico; ahora puedes estar más preparado que nunca”, concluyó Thalía Reyes.
¿Lo Sabías?
