¿Tienes hambre o solo sed? Aprende a detectar la deshidratación
La hidratación inteligente empieza con hábitos diarios: agua a la vista, frutas frescas al alcance y recetas ligeras que cuiden de tu cuerpo… y de tu mente.
Con el calor del verano, la deshidratación es un riesgo real y muchas veces se confunde con el hambre. Aprende a identificar las señales de alerta, descubre qué alimentos te hidratan y qué bebidas evitar, y conoce por qué tu cerebro puede jugarte una mala pasada cuando no tomas suficiente agua.
Con la llegada del verano y las altas temperaturas, mantenerse hidratado es esencial para cuidar la salud. Uno de los problemas más comunes es la deshidratación, que no solo afecta el bienestar físico, sino que puede confundirse fácilmente con el hambre, haciendo que comas cuando en realidad necesitas agua.
Nuestro cerebro, específicamente el hipotálamo, regula tanto el apetito como la sed. Por eso, en situaciones de deshidratación, es común que sintamos la necesidad de comer en lugar de beber agua. Según la nutricionista Obón-Santacana, este error en la señal se debe a la activación de los centros de recompensa del cerebro, como el núcleo accumbens, que modulan el deseo, no la necesidad real.
Atiende estas señales para actuar a tiempo:
Beber entre 1.5 y 2 litros de agua al día es la recomendación general, pero también puedes hidratarte a través de alimentos y otras bebidas:
¿No quieres solo beber agua? Aquí algunas ideas saludables y deliciosas para mantenerte hidratado:
En verano, escucha a tu cuerpo. Si tienes hambre, pregúntate antes si has bebido suficiente agua. Una buena hidratación no solo previene malestares como el cansancio o los mareos, también te ayuda a mantener una alimentación más equilibrada y consciente. La hidratación inteligente empieza con hábitos diarios: agua a la vista, frutas frescas al alcance y recetas ligeras que cuiden de tu cuerpo… y de tu mente.