Así te afectaría el coronavirus si tienes hipertensión y te contagias
El organismo de alguien con hipertensión ocasiona que su sistema esté "envejecido", lo que los coloca en desventaja frente al virus.
La hipertensión arterial es un trastorno grave que incrementa significativamente el riesgo de padecer enfermedades cardiacas, encefalopatías o nefropatías pero, además, desencadenaría algo similar a un envejecimiento del sistema inmunológico, lo que ocasiona que quienes la padecen corran más riesgo si se infectan con el Coronavirus.
Aunque no se sabe con exactitud si ser hipertenso per se representa un riesgo mayor para complicaciones por Covid-19, existen reportes en la literatura médica —mayormente de tipo experimental en animales— que indican que existe una mayor susceptibilidad del paciente hipertenso a las infecciones virales, explica a Selecciones el doctor Víctor Manuel Ángel Juárez, director de la Línea de Servicio Cardiovascular del Centro Médico ABC.
“Se sabe que los pacientes hipertensos tienen un mayor número de células inflamatorias y células que participan en la inmunidad que en los no hipertensos.
Lo interesante es que un cierto tipo de células inmunes —los linfocitos CD8— están elevados en el paciente hipertenso, lo que le confiere un perfil que se conoce como inmunosenescencia, es decir, parece que ese tipo de células les genera una vulnerabilidad mayor que a los no hipertensos; es como si sufriera un envejecimiento inmunológico” explica el Dr. Ángel Juárez.
Las células CD8 en un paciente sin hipertensión son un elemento de defensa muy interesante frente a la infección viral. Se ha reportado que en los enfermos con Covid-19 esas células se encargan de aniquilar al virus una vez que entra a la célula; además, disminuyen la carga viral.
Pero en el paciente hipertenso la mayor presencia de CD8 es una debilidad inmunológica, “como si estuviera envejecido su sistema inmunológico, así que son más vulnerables”.
Existen otras dos formas de relación entre las personas que padecen hipertensión y Coronavirus; ambas están ampliamente comprobadas.
El paciente que no ha controlado su hipertensión y que ha pasado años con la presión elevada termina con daños a otros órganos: cerebro, retina, riñones pero, sobre todo, al corazón (cardiopatía hipertensiva). Esto lo coloca en mayor vulnerabilidad a cualquier ataque infeccioso.
Estudios poblacionales y epidemiológicos llevados a cabo en febrero y marzo en países tan afectados por el coronavirus como China, Italia y España demuestran que las comorbilidades que tienen los pacientes hipertensos (diabetes, obesidad, etc.) los hacen obviamente más vulnerables, sobre todo si son adultos mayores.
“Es muy claro que el factor más importante asociado a la morbilidad y mortalidad de Covid-19 es la edad; la coexistencia en México de pacientes añosos, diabéticos, obesos e hipertensos les confiere una gran vulnerabilidad” alerta el director de la Línea de Servicio Cardiovascular del Centro Médico ABC.
Hay inquietud sobre la pertinencia de seguir tomando los medicamentos que controlan la presión arterial, pues se ha manejado que le serían ‘favorables’ al Coronavirus.
Dos grupos de los fármacos que suelen usarse en el tratamiento de la hipertensión por su alta eficacia son:
La relación entre estos fármacos y la supuesta ‘ayuda’ al coronavirus deriva del mecanismo que usa el virus para atacar las células del pulmón, en específico las del epitelio alveolar, que es mediante un receptor llamado EK2 o receptor de la enzima convertidora de antiogensina del tipo II.
Los fármacos arriba mencionados inhiben otro receptor, el EK1, pero al inhibirlo suponen que sobreexpresa al EK2, que es precisamente el receptor que usa el virus para la invasión celular.
“Con esa lógica se pensó que si usamos estas medicinas para la presión vamos a sobreexpresar el receptor que el virus requiere para entrar al organismo, específicamente a los pulmones; esa es la información que ha sido publicada, pero son estudios a nivel experimental en animales y ha habido muy pocos estudios en humanos, en los cuales se ha visto que esta relación es muy variable, es heterogénea, no en todos los estudios se halló que se expresaba el receptor EK2” precisa el cardiólogo.
No existen pruebas suficientes para que esta información sea sólida, así que las sociedades médicas de distintas partes del mundo recomiendan que no se suspendan estos medicamentos en aras de hacer menos vulnerables a los pacientes a la Covid-19.
“Si se suspende el tratamiento por ese miedo ponemos en mayor riesgo al paciente porque los desestabilizamos” alerta el Dr. Ángel Juárez, quien adelantó que existen algunos estudios —que serán dados a conocer en breve— en los que se están usando dichos fármacos, porque al parecer son benéficos frente al ataque del virus y en la evolución de la enfermedad, pero eso apenas se está investigando y no justifica que los pacientes tomarán los medicamentos para la hipertensión como tratamiento preventivo del Coronavirus.
Se estima que en el mundo hay más de 1,100 millones de personas hipertensas. Según la Organización Mundial de la Salud es la principal causa de muerte prematura en el orbe, por encima del tabaquismo, la hipercolesterolemia, la desnutrición e, incluso, el sexo no seguro.
La presión arterial elevada es la responsable de más del 60 por ciento de los accidentes vasculares y casi del 50 por ciento de las enfermedades cardiovasculares y renales, informa el Dr. Ricardo Correa Rotter, médico internista y nefrólogo.
En el 2018 entre el 20 y el 25 por ciento de los mexicanos padecía esta enfermedad, lo que significa que casi 1 de cada 4 mexicanos arriba de 20 años es hipertenso.
Además de extremar las precauciones sugeridas durante la contingencia sanitaria –como sana distancia, lavado de manos y uso correcto de cubrebocas– las personas con hipertensión deben modificar su estilo de vida para llevar una vida más sana, explicó Correa Rotter, investigador del departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
El especialista recomendó vigilar la ingesta de sal. Dijo que una dieta adecuada contempla cinco, máximo seis gramos de sal al día, cantidad que no se respeta en México.
“Los hombres consumen más de 11 y las mujeres más de nueve gramos al día, lo que es muy perjudicial. Existen datos claros de que cuando se disminuye el consumo de sal —como se ha hecho en Finlandia y Reino Unido— el riesgo cardiovascular disminuye considerablemente”.
García Rotten recordó que gran parte del control de esta enfermedad depende de la dieta. “No solo debe contabilizarse la sal que le agregamos a los alimentos, también la sal de los alimentos procesados. Lo que es un hecho es que el aumento de frutas, verduras, lácteos y la tortilla, que tiene menos sal que los panes y otros productos altamente procesados, es la mejor medida para contener a la hipertensión”.
El control antipertensivo es central para que no se desarrolle una serie de complicaciones cardiovasculares. “El paciente hipertenso bien controlado puede evitar que el corazón crezca, que haya enfermedad coronaria; puede evitar accidentes vasculares y la progresión de la ateroesclerosis”.
Ricardo Correa Rotter enfatizó durante una conferencia de prensa virtual realizada por la farmacéutica AstraZeneca que el control de la enfermedad no puede lograrse solo con fármacos, pues aunque son fundamentales y es básico que estén correctamente prescritos, el control se logrará con cambios saludables en el estilo de vida. “A México le urge bajar de peso y comer menos sal”.