Todo lo que necesitas saber sobre las alergias alimentarias

La comida puede ser una gran fuente de placer, pero para algunas personas también representa un campo minado, lleno de riesgos y peligros.

Ciertos alimentos pueden provocar asma, urticaria y rinitis alérgica, así como efectos secundarios desagradables y problemas de salud en algunas personas. En otras, determinada comida provoca reacciones alérgicas graves que pueden poner en peligro su vida. La solución es identificar y evitar los alimentos que causan problemas y llenar el plato con una opción igual de nutritiva o con alimentos alternativos. Sin embargo, identificarlos y evitarlos no siempre es tan sencillo como parece.

¿Qué es una alergia alimentaria?

Alergia Alimentaria. Es cuando el sistema inmunitario responde a cierta proteína presente en un alimento. Por lo general, la reacción es inmediata, y puede incluir dificultades respiratorias y anafilaxia grave, a veces incluso fatal. Los alérgenos alimentarios más comunes se enumeran en el recuadro de la izquierda.

Alergias alimentarias

Casi cualquier alimento puede provocar una reacción alérgica, aunque solo ocho alimentos representan el 90% de todas las reacciones alérgicas. Estos son:

  1. Lácteos
  2. Huevos (sobre todo las claras)
  3. Cacahuates y frutos secos
  4. Pescado
  5. Mariscos
  6. Alimentos de soya
  7. Trigo y productos de trigo
  8. Gluten

Intolerancia o sensibilidad alimentaria. Si tu reacción a un alimento no involucra al sistema inmunitario, significa que padeces una intolerancia o sensibilidad. Esta puede ser causada por un problema con el metabolismo o digestión de la comida, o por una reacción química en el organismo causada por ciertas sustancias naturales presentes en el alimento.
La intolerancia alimentaria afecta la salud, pero no provoca una reacción alérgica grave que pueda poner en riesgo la vida. Esta reacción más tenue y menos obvia puede hacer difícil identificar el alimento que la provoca. Además, los síntomas de la intolerancia alimentaria dependen de la dosis, lo que significa que la mayoría de las personas afectadas puede tolerar cantidades pequeñas —la cantidad varía con cada persona— de los alimentos responsables.

Síntomas similares. A veces, los síntomas pueden coincidir. Tanto las intolerancias alimentarias como las alergias pueden desencadenar erupciones cutáneas, dolor de cabeza, problemas respiratorios, trastornos del estado de ánimo y problemas gastrointestinales (incluyendo cólicos, náusea y diarrea).

Advertencia. Si una urticaria, rinitis alérgica o cualquier otra reacción alérgica se acompaña de inflamación en la garganta y dificultad para respirar, hablar o tragar, busca ayuda médica de inmediato. Estos síntomas pueden ser señal de anafilaxis, lo cual constituye una urgencia médica.

 

Identifica el alimento

Identificar un alérgeno puede salvarte la vida, en tanto que identificar una intolerancia alimentaria y los alimentos que desencadenan o agravan ciertos padecimientos puede cambiarte la vida… o al menos mejorarla.

 

Acude al médico 

Si padeces una alergia es muy importante que acudas al médico o a un especialista en alergias para que realice las pruebas pertinentes y logre identificar el alérgeno que te afecta. Parte del tratamiento consiste en eliminar completamente ciertos alérgenos alimentarios, sin sacrificar nutrientes esenciales.
Si te han diagnosticado una intolerancia alimentaria, por lo general esto servirá para establecer la cantidad de las sustancias químicas presentes en el alimento responsable puedes tolerar.

Pruebas. En casos complicados, tal vez haya que hacer pruebas de alergia. La más común es la dérmica, pero también es posible que el especialista ordene una prueba RAST, por sus siglas en inglés, o un análisis sanguíneo.

 

Lleva un registro de alimentos

Si no queda claro de inmediato cuál es el alimento que te afecta, lleva un diario de comidas al menos durante dos semanas:
• Escribe todo lo que metas en tu boca, incluyendo bebidas, goma de mascar, alimentos procesados, pasta de dientes y medicamentos.
• Si tienes una reacción adversa, añade más detalles en el diario sobre los ingredientes de la comida o el bocadillo más reciente que probaste.
Estos datos pueden serles de utilidad al médico o al especialista para emitir un diagnóstico.

 

Dieta de eliminación

Lo más recomendable es que esta dieta la supervise un profesional médico. Se trata de eliminar los alimentos sospechosos durante al menos dos semanas y ver si los síntomas desaparecen. (Lleva un registro de esto en tu diario de comidas). Luego deberás reintroducir ciertos grupos de alimentos, añadiéndolos uno a la vez, en dosis específicas, para ver si desencadenan tus síntomas.

Nunca pongas a un niño en una dieta de eliminación sin supervisión médica. Las dietas altamente restrictivas son peligrosas sobre todo para los niños, quienes dependen de un minucioso equilibrio de todos los nutrientes para tener un crecimiento y desarrollo saludables.

 

Acude a consulta

Eliminar alimentos de la dieta puede ser difícil. Por eso es buena idea consultar a un nutriólogo para que te diga cómo reemplazar alimentos y qué cambios debes hacer en tu dieta, de manera que no excluyas ningún nutriente. El experto también te hablará sobre los alérgenos ocultos y los alimentos problemáticos, y cómo leer a fondo la información nutrimental de los productos para evitarlos. Esto se debe a que algunos de los alérgenos alimentarios más comunes —soya, huevo y productos lácteos— están presentes como ingredientes ocultos en muchos alimentos procesados. Debes leer las etiquetas con cuidado para evitar exponerte a ellos.

 

Urticaria
La urticaria, o  erupciones cutáneas, son las ronchas rojas que provocan comezón y aparecen como una reacción a determinados alimentos, medicinas y otros irritantes. Sigue estos consejos para evitar o aliviar un brote:
  • Aléjate de los alimentos que la provocan. Consulta el recuadro inferior para conocer a los culpables principales. Lleva un registro de comidas para identificar a los alimentos problemáticos.
  • Consume vitamina B Se cree que los alimentos ricos en esta vitamina (niacina) —aves, mariscos, cereales integrales y cereales enriquecidos— inhiben la liberación de histamina y pueden contrarrestar su liberación, que desencadena la urticaria y otras reacciones alérgicas.
  • Lee las etiquetas de los alimentos para evitar el aditivo alimentario 102 (tartrazina, o colorante alimentario amarillo 5), pues provoca urticaria en algunas personas.

Alimentos que la inhiben: aves de corral • mariscos • semillas • granos integrales • cereales y panes fortificados y enriquecidos

Alimentos que debes evitar: aditivo alimentario 102 (tartrazina, o colorante alimentario amarillo 5) • mariscos • frutos secos • frutos del bosque • chabacanos • uvas • frutas secas • té

Las alergias alimentarias no se pueden curar, pero algunas disminuyen o incluso desaparecen con la edad. Muchos niños superan su alergia temprana a la leche o a los huevos.

¿Hay alguna diferencia entre una alergia a los productos lácteos y la intolerancia a la lactosa?

Sí. Las personas con alergia a los productos lácteos reaccionan a la caseína o al suero, proteínas de la leche. Las personas con intolerancia a la lactosa tienen problemas con la lactosa presente en la leche de vaca, pues no poseen suficiente cantidad de una enzima llamada lactasa, que ayuda a digerir la leche fácilmente. Entonces, tan solo porque un producto diga “sin lactosa” no significa que esté libre de lácteos. Y la leyenda “sin lácteos” no significa necesariamente que esté libre de caseína y suero.

Busca alérgenos ocultos

Eliminar un alérgeno de la dieta puede requerir de un trabajo detectivesco. A veces, los alérgenos aparecen en lugares inesperados:

  • Cacahuates: En pastelería y productos horneados; cocina africana, mexicana y muchas cocinas asiáticas.
  • Frutos secos: En saborizantes naturales y artificiales, salsas para marinar, algunos cereales, galletas saladas y helados.
  • Gluten: En trigo y productos de trigo (ver abajo); muchos alimentos procesados, donde se usa como agente espesante o aglutinante; cerveza; vinagre de malta, aderezos para ensaladas, hamburguesas vegetarianas, muchos condimentos comunes y mezclas de especias.
  • Huevos (sobre todo las claras): En algunos sustitutos de huevo, pastas, fideos, sopas y coberturas de postres.
  • Lácteos: En muchas margarinas, pan, edulcorantes artificiales, carnes procesadas y productos con “caseína”, “suero de leche” o “lactalbúmina” en la lista de ingredientes.
  • Pescado y mariscos: En algunos aderezos para ensaladas, imitación de cangrejo y salsa inglesa.
  • Soya: Un ingrediente importante en muchos alimentos procesados. Revisa las etiquetas con cuidado.
  • Trigo y productos de trigo: En carnes procesadas, hot dogs, imitación de mariscos, salsa de soya, helados, pastelería (jarabe de glucosa), harina de maíz, complementos de hierbas y malta, medicamentos, cerveza.

 

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