La mayoría de las personas no piensa en esos órganos hasta que le fallan, cuenta Marisol Robles, paciente y presidenta de la Fundación Mario Robles Ossio. “Cuando los riñones ya no trabajan empezamos a recorrer un camino que a tramos parece un laberinto sin salida” dice Marisol, quien perdió a su padre por una insuficiencia renal crónica en 1982 y luego ella misma se enfrentó a esa enfermedad y a dos trasplantes.
Para conocer un poco más de ellos, te dejamos estos datos:
Mis riñones
- Vienen en par, pero uno solo podría cumplir la función completa, que es enorme.
- Son tu filtro, los que se encargan de quitar las toxinas (el veneno) de tu sangre.
- Si cierras tu mano, puedes tener una idea del tamaño que tienen cuando están sanos.
- Cada 24 horas limpian alrededor de 190 litros de sangre y eliminan el promedio dos litros de exceso de agua, minerales y deshechos.
- Filtran, absorben y redistribuyen el 99 por ciento del volumen de tu sangre en el cuerpo.
- Alrededor del 1 por ciento de la sangre que se filtra en tus riñones se convierte en orina.
- Tienen más flujo de sangre que tu cerebro o que tu hígado.
- El riñón derecho suele ser un poco más pequeño y está colocado más bajo que el izquierdo, porque se encuentra debajo del hígado, el órgano interno más grande.
- Si un niño nace sin un riñón, el otro crecerá y pesará casi lo mismo que los dos oriñones juntos.
- Las nefronas son pequeñísimas unidades que filtran y procesan la sangre para así formar el ‘producto final’ que es la orina.
- Si fallan, dejas de procesar adecuadamente la sangre, dejas de eliminar toxinas y puedes perder la capacidad de orinar.
- Cuando se trasplanta un riñón, se pone en la parte baja del vientre y no se quitan los otros, así que los trasplantados tienen tres riñones.
Fuente: NEF, la rama educativa de la Fundación Mario Robles Ossio.