Las fobias son temores irracionales y persistentes a objetos, seres vivos o situaciones que provocan un intenso deseo de huir de éstos. Y la tripofobia es un ejemplo de miedo irracional al que se suele atribuir un origen innato.
Es un término muy reciente, se cree que fue acuñado en 2005 por usuarios de internet, que unieron las raíces griegas que corresponden a las palabras agujero (trypa) y miedo, repulsión (phobia).
Se refiere a la ansiedad provocada por patrones repetitivos, principalmente de orificios pequeños aglomerados, bultos, círculos o rectángulos.
Normalmente se relaciona con elementos orgánicos que se encuentran en la naturaleza, como las semillas de la flor de loto, los panales de abejas, los poros de la piel, las células, el moho, los corales o la piedra pómez. Las personas que experimentan este fenómeno dicen que sienten asco e incomodidad al ver este tipo de imágenes.
Es importante tener en cuenta que en la tripofobia lo que genera malestar no es un ser vivo u objeto en concreto, sino un tipo de textura que puede aparecer en prácticamente toda clase de superficies. Existen fobias comunes pero, ¿qué sucede cuando la fobia es hacia algo mucho más extraño y arraigado? Conoce 7 fobias raras y extravagantes.
Esta textura suele ser percibida a través del sistema visual, y genera una respuesta de fuerte aversión y angustia que resulta irracional. Los investigadores sugieren que el miedo no es la causa principal de la tripofobia, como suele ser lo habitual en las fobias. Más bien es el asco la sensación vinculada a este tipo de reacciones.
Las personas que padecen de este miedo intenso sufren malestar y manifiestan síntomas como
En casos más graves, la tripofobia puede producir náuseas, aumento de los latidos cardíacos e incluso una crisis de pánico por una ansiedad extrema.
Los expertos, que intentan dar una explicación a esta curiosa fobia, creen que los patrones visuales que causan esta patología tienen mucho en común con las manchas que muestran en su piel varios animales venenosos, algunas arañas y escorpiones, entre otros más.
Este miedo podría, por lo tanto, tener una explicación evolutiva. Estos patrones provocan un rechazo instintivo en algunas personas porque comparten rasgos visuales con sus antepasados, que aprendieron a evitar ciertos animales para sobrevivir.
En ciertos casos la tripofobia puede llegar a ser tan intensa que llega a ser un impedimento para llevar una vida normal. Como siempre ocurre con los fenómenos psicológicos, existen diferentes grados de intensidad.
En estos casos, es recomendable acudir a la terapia psicológica, que permitirá aprender dinámicas para gestionar mejor los síntomas y hacer que su impacto quede atenuado.
Con información de psicologíaymente.com y tuasaude.com
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