Trucos para que tu mantequilla y queso duren más
No te limites al guardar tu comida: estos trucos te servirán para que la mantequilla, el queso o el aceite de oliva duren más tiempo.
Prefiere las botellas pequeñas: una vez abierto, el aceite de oliva puede volverse rancio en apenas tres meses (aunque la botella dirá que durará más) y afectar tu comida.
El aceite de oliva fresco huele a aceitunas maduras y tiene un sabor picante y brillante; ten cuidado con el olor a crayón, pues indica deterioro.
Deja que respire. Envuelve el queso en material poroso o papel encerado, pero evita el aluminio y la película plástica apretada. El queso se seca con rapidez si no se expone al oxígeno.
Puedes congelar barras que no planeas usar en poco tiempo; esto evitará el deterioro y que absorba olores de otros alimentos o comida con la que puedes guardarla. En el refrigerador, la mantequilla sin abrir debería durar unos cuatro meses; su duración en el congelador puede ser de aproximadamente un año.
Deja las barras en su empaque original y después en bolsas de plástico especiales para congelar. Una señal de que necesitas congelar la mantequilla: un color inconsistente que indica que no la estás usando con rapidez suficiente.
Debido a la oxidación, la mantequilla que es más clara por dentro que por fuera ya no es fresca: el color debe ser el mismo.
Almacena los cristales dulces con comida “amiga” para evitar que se endurezca. Pásala a un recipiente de plástico hermético y agrega elementos húmedos como malvaviscos, una rebanada de pan o rebanadas de manzana; el azúcar absorberá la humedad y se mantendrá suave.
Colócala en la puerta del refrigerador. En la parte interior, la mayonesa podría enfriarse demasiado y separarse (con el aceite en la parte superior del frasco). Si la guardas en la puerta del refrigerador, este sabroso aderezo durará de dos a tres meses después de la fecha de compra.
Conserva en frío la harina de trigo integral. Los altos niveles de aceite en el germen de trigo pueden hacer que este alimento se vuelva rancio si se guarda en la despensa por mucho tiempo.
Si la usas con poca frecuencia, guárdala en un recipiente hermético en el refrigerador, donde puede durar de dos a seis meses. Huele para comprobar su frescura: debería ser casi completamente inodora.
Deséchala si tiene un aroma fuerte o amargo (la harina blanca regular puede durar alrededor de un año en la despensa si la guardas en un recipiente hermético).
Observa el color: las variedades comunes son de color marrón rojizo cuando están frescas. Si está oscura, se ha oxidado. No necesitas guardarla en el refrigerador, pero hacerlo ayudará a que conserve un sabor excelente por más tiempo (un máximo de dos años).
Una vez abierto, guárdalo en el congelador para conservarlo si lo usas con poca frecuencia (no se congelará gracias a su alto contenido de azúcar).
Sin abrir, el jarabe 100 por ciento maple debe durar indefinidamente dentro de la despensa; una vez abierto, refrigerado puede durar hasta un año.
Refrigéralas. La paprika, el polvo de Cayena y el chile en polvo se mantendrán frescos y conservarán su color brillante, que puede atenuarse con la luz y el calor, por más tiempo.
Revive la miel cristalizada colocando el tarro a baño María; revuélvela hasta que los cristales se hayan disuelto. No congeles la miel, pues podría cristalizarse.
La miel puede durar para siempre, incluso una vez abierta (la miel hallada en antiguas tumbas egipcias todavía sirve) porque las enzimas en los estómagos de las abejas crean subproductos que combaten las bacterias.
Tomado de rd.com 11 Storage Tricks to Make Your Foods Last Longer