Tu boca habla por tu salud y tu dentista lo sabe
Tu dentista puede obtener mucha información de tu estado de salud con sólo revisar dientes. Así que no dejes de ir a tus revisiones.
Se dice que los ojos son la ventana del alma. Bueno, pues parece que la boca es la ventana del bienestar y salud de tu cuerpo.
Cuando rondaba los 35 años de edad, las caries se volvieron un problema serio para Joyce Koelewijn-Tukker, residente de la ciudad de Maarssen, Holanda.
“Aunque me cepillaba los dientes dos veces al día y usaba el hilo dental diariamente, de pronto empecé a tener caries en zonas de la dentadura que, con el cuidado habitual, generalmente no es común encontrar”, cuenta Joyce, quien en la actualidad tiene 49 años.
“No habría recibido tratamiento tan rápidamente si no fuera por mi dentista”
Un dentista que examinó a Joyce observó que presentaba sequedad bucal, y sospechó de un trastorno llamado síndrome de Sjögren. Un reumatólogo emitió posteriormente el diagnóstico oficial.
“No abundan los dentistas que se empeñen en averiguar con exactitud que es lo que anda mal en un paciente”, señala Joyce, actual secretaria de la Asociación Holandesa de Pacientes Aquejados de .
Los odontólogos son capaces de descubrir mucho sobre nuestro estado de salud con sólo revisar dientes, encías y otras partes de la boca.
“Es algo parecido a las investigaciones policiacas”, señala Damien Walmsley, presidente de la Asociación Europea de Educación Odontológica y profesor en la Facultad de Odontología de la Universidad de Birmingham, en Inglaterra.
“La mayoría de los dentistas somos recolectores de información, y nos valemos de nuestra experiencia para interpretarla. Esos datos nos permiten identificar señales de alarma sutiles”.
En algunos casos, síntomas iniciales de enfermedades se manifiestan en la boca antes de hacerlo en otras partes del cuerpo, de modo que los dentistas pueden descubrir su presencia.
“Somos los únicos profesionales del cuidado de la salud que vemos a los pacientes con regularidad, aunque no estén enfermos”, explica Hendrike van Drie, presidenta del Grupo de Trabajo sobre Salud Bucal del Consejo de Odontólogos Europeos, y vicepresidente de la Real Asociación Odontológica de Holanda.
“Podemos contribuir a la detección temprana de padecimientos, y apremiar a los pacientes para que acudan al médico cuanto antes”.
Los síntomas que se describen enseguida podrían revelar afecciones no relacionadas con la salud de la boca.
Una producción inadecuada de saliva puede provocar caries y aumentar el riesgo de pérdida de piezas dentales.
Si bien esta condición puede deberse a un trastorno de salud, ciertos medicamentos también pueden ser la causa; por ejemplo, los antidepresivos, los bloqueadores alfa y beta, los bloqueadores de canales de calcio, algunos diuréticos y los analgésicos opiáceos.
“Existen literalmente cientos de fármacos que pueden ocasionar sequedad de boca”, asegura Angus Walls, vicepresidente de la Asociación Internacional para la Investigación Odontológica y director del Instituto Odontológico de Edimburgo, en Escocia.
Entre las condiciones que pueden provocar sequedad bucal se cuentan el síndrome de Sjögren, la ansiedad, la menopausia y la diabetes.
Por lo general son los odontólogos y no los médicos quienes identifican el síndrome de Sjögren, como en el caso de Joyce Koelewijn-Tukker.
Tan sólo en Europa, es posible que esta enfermedad autoinmune afecte a cerca de 7 millones de personas, muchas de las cuales aún no han recibido un diagnóstico.
El síntoma característico de este trastorno es la sequedad de boca y de ojos.
“Cuando un paciente se queja de sequedad bucal, el odontólogo debe preguntarle sobre la presencia de otros síntomas, particularmente si se le secan los ojos, y si sospecha que la causa podría ser el síndrome de Sjögren, remitir a la persona a un médico especialista para conocer otra opinión”, dice Walls.
La sequedad bucal vinculada con la apnea del sueño es consecuencia de respirar a través de la boca mientras se está dormido.
“Los labios, que normalmente cubren las encías y los dientes y los mantienen húmedos y saludables, se separan ligeramente durante la noche”, explica Steve Creanor, profesor de la Facultad de Odontología de la Universidad de Plymouth, en Inglaterra.
“Las encías y los dientes, al igual que el resto de la mucosa bucal, se secan, y una parte del tejido de las encías queda expuesta al aire, lo que hace que se seque, se inflame y adquiera una coloración rojiza”.
A las personas que padecen apnea del sueño, los odontólogos suelen prescribirles el uso de un protector bucal; la aplicación de saliva artificial para mantener húmedas las
encías durante la noche, y el uso de un enjuague bucal que contenga clorhexidina para combatir la proliferación de bacterias.
Las investigaciones han identificado una correlación entre la gingivitis (inflamación de las encías) y la diabetes.
Algunos odontólogos piden a sus pacientes que presentan sobrepeso y encías sangrantes que acudan a hacerse exámenes médicos porque el exceso de peso constituye un factor de riesgo de diabetes.
“El odontólogo por lo general toma la decisión de remitir un paciente al médico para que le haga estudios con base en el hecho de si la gingivitis que presenta la persona es de aparición reciente, o si ya la padecía pero tuvo un empeoramiento notable y rápido”, explica Walls.
Cientos de millones de personas en todo el mundo padecen diabetes (se calcula que en Latinoamérica hay alrededor de 15 millones), y cerca del 30 por ciento de ellas no lo sabe porque no ha recibido un diagnóstico médico. Un dentista perspicaz puede identificar esta enfermedad en sus etapas iniciales.
“Yo he atendido a una docena de pacientes diabéticos que no habían sido diagnosticados”, afirma Sally Cram, portavoz de la Asociación Odontológica de Estados Unidos, en Washington, D.C.
“Todos ellos presentaban encías sangrantes, úlceras bucales y abscesos frecuentes”.
“Los odontólogos son capaces de descubrir mucho sobre nuestro estado de salud con sólo revisar dientes”
El profesor Creanor ha evaluado la posibilidad de que los odontólogos midan el nivel de glucosa sanguínea de sus pacientes usando una muestra de sangre obtenida durante el examen habitual de encías. Su investigación muestra que los pacientes apoyan esta idea, pero los dentistas aún no han recibido luz verde para llevarla a la práctica.
El duro y resistente esmalte dental se puede desgastar si se expone con frecuencia a sustancias ácidas y corrosivas.
Entre las afecciones más comunes que causan este deterioro se cuentan la enfermedad por reflujo gastroesofágico —un problema digestivo de alta prevalencia en el mundo— y la bulimia, trastorno alimentario que provoca que los ácidos gástricos pasen a la boca. Quizá nosotros no notemos el daño en el esmalte, pero el dentista sí lo hará. “El esmalte se deteriora en la cara interna de los dientes”, señala Cram.
“Cuando nos miramos en el espejo, vemos sólo la cara externa”.
Mediante una revisión cuidadosa del historial médico de un paciente, el odontólogo puede establecer si el deterioro del esmalte se debe a una enfermedad o a otra causa.
“Algunas personas tienen hábitos muy extraños”, dice Walmsley. “Toman jugos de frutas ácidas o bebidas gaseosas y se pasan el líquido por la boca hasta 10 minutos antes de beberlo”.
Es posible que el odontólogo recomiende la colocación de carillas o coronas en los dientes dañados, pero querrá asegurarse también de que sus pacientes reciban tratamiento médico para el reflujo gastroesofágico a fin de evitar que el ácido cause más daños. “Ése es un ejemplo clásico de situaciones en las que médicos y odontólogos pueden trabajar en equipo”, señala Creanor.
En el verano de 2015 Julie Heron, residente de Chippenham, Inglaterra, de 52 años, sintió una molestia en la lengua al sacarse una espina de pescado de la boca.
No le dio mucha importancia, pero en su siguiente limpieza dental se lo dijo al odontólogo. Éste le aconsejó que fuera a un hospital cuanto antes.
La molestia en la lengua era por una úlcera, y resultó ser un cáncer avanzado.
“No habría recibido tratamiento tan rápidamente si no fuera por mi dentista”, cuenta Julie. “Le agradezco mucho que me haya aconsejado actuar de inmediato”.
No todas las úlceras bucales tienen relación con el cáncer. Algunas son causadas por el roce de los bordes afilados de los dientes; otras pueden ser señal de la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, intolerancia al gluten o infección por virus del papiloma humano. Se aconseja pedir al odontólogo que examine las úlceras que no mejoran, especialmente si se acostumbra fumar y beber alcohol, ya que estos hábitos aumentan el riesgo de cáncer bucal.
“Las úlceras que aparecen dentro de la boca generalmente se curan solas y en poco tiempo”, señala Walls.
“Si persisten más de 14 días, lo más recomendable es acudir al médico para que las examine”.
“A las personas que padecen apnea del sueño, los odontólogos suelen prescribirles el uso de un protector bucal”
En la actualidad los odontólogos inspeccionan la lengua, el paladar y los tejidos blandos antes de revisar los dientes porque han sido capacitados para identificar señales de cáncer bucal.
“Realizar una revisión de cabeza y cuello de los pacientes en busca de signos de cáncer durante las consultas odontológicas regulares puede salvar muchas vidas”, sostiene el doctor Vinod Joshi, creador de la Fundación contra el Cáncer Bucal, en el Reino Unido.
No sólo representará un beneficio para tu dentadura, sino que él puede contribuir al cuidado de tu salud en general.
“A los profesionales de la odontología les recomendamos realizar revisiones minuciosas de cabeza y cuello a todos sus pacientes al menos una vez al año”, señala el doctor Vinod Joshi, creador de la Fundación contra el Cáncer Bucal, en el Reino Unido.
Un médico carece de ciertas habilidades que los odontólogos poseen. “Gracias a nuestros espejos y avanzados sistemas de iluminación, y a la naturaleza especializada de los exámenes de boca, podemos realizar evaluaciones precisas”, afirma Damien Walmsley.
Leer el expediente le proporcionará valiosa información sobre tu estado de salud. “La revisión del historial clínico en muchos casos nos ayuda a entender mejor qué está ocurriendo en la boca de un paciente”, dice Sally Cram, experta en periodoncia.
¿Con qué frecuencia asistes al dentista?