¿Tu candidato tiene una propuesta congruente contra la inseguridad?

A unos días de la elección, un experto en seguridad aconseja razonar el voto con base en una de las demandas más sentidas de la población: un México seguro.

La violencia, la inseguridad y el crimen organizado están sacudiendo a la sociedad mexicana. Los delincuentes no respetan edad, sexo, clase social, forma de vida, preferencia política ni religión. Y aunque su combate se ha convertido en una prioridad para el gobierno federal —pues constituye la principal amenaza para la población— delitos como el robo con violencia, los homicidios, la extorsión, el daño a propiedad privada y el secuestro se han disparado en los últimos tres sexenios, así que es importante que este 1 de julio la gente razone su voto, puntualiza Alejandro Desfassiaux, experto pionero en seguridad privada en México.

“Me tocó vivir en un México en el que todavía había seguridad, y quiero que el país vuelva a la tenerla, así que es importante que los votantes hagan conciencia, que antes de emitir su voto piensen si el candidato tiene una propuesta congruente en materia de seguridad, porque desde que tengo uso de razón todos dicen que la van a resolver y cuando analizamos su discurso vemos que proponen cosas sin sentido” explica el fundador del Consejo Nacional de Seguridad Privada.

Actualmente la inseguridad, cita Desfassiaux cifras de organizaciones no gubernamentales, le cuesta al país el 4 por ciento del Producto Interno Bruto, así que lo lógico es que los candidatos expliquen en cuánto tiempo van a resolver el asunto de la criminalidad y cuánto le va a costar al país. “Espero que el futuro presidente aproveche la infraestructura que tiene el país, que la mejore y que capitalice los aciertos que en materia de seguridad han tenido los gobierno pasados”.

Para Alejandro Desfassiaux un acierto sería retomar la Secretaría de Seguridad Pública Federal, —que existía el sexenio pasado pero incompleta— tal y como existe una Secretaría de la Defensa Nacional.

También propone la creación de un Colegio Nacional de Policía, tal y como existe el Heroico Colegio Militar, el cual prepararía a los mandos policíacos. “Si el Colegio Nacional de Policía ofrece las mismas prestaciones que tiene el ejército, podríamos garantizar que en dos años tendríamos dos mil mandos perfectamente capacitados y con pruebas de confianza aprobadas” asegura.

En ese lapso también se trabajaría en la creación de una sola policía, una policía nacional. “Ya no tendríamos diversas policías, sino una sola, una policía con toda la autoridad pero también con toda la responsabilidad, porque ahora existen tantas divisiones que cuando no les conviene algo no intervienen y dicen que estaba fuera de su ámbito. Una policía así sería eficiente y respetada”.

Alejandro Desfassiaux es partidario de la tolerancia cero, tal y como ocurre en Estados Unidos. “Imagina que paran una camioneta de un millón de pesos por una falta mínima como es cambiarse de carril sin poner las direccionales, se le piden sus documentos, los cuales se ingresan en un software inteligente que trae la patrulla, y ves que no está dado de alta en Hacienda ni en el ISSSTE, así que no es empleado privado ni del Estado y no ha pagado impuestos, la computadora de la patrulla le avisará al oficial que esa persona es sospechosa, en ese momento se le lleva al Ministerio Público para que lo fichen, y ahí mismo se verificará su identidad en una base de datos para ver si ha cometido algún ilícito. Con el simple hecho de no tener cómo comprobar la procedencia de ese vehículo se podría actuar”.

La implementación de ese modelo policiaco, aunado a la concientización ciudadana de que no puede haber impunidad, cambiaría la realidad nacional. “Cuando los mexicanos visitan Estados Unidos no tiran basura y respetan las señales de tránsito, cosa que no hacen en su país, así que con protocolo de tolerancia cero los mexicanos actuarían con rectitud no solo en el extranjero”.

Esa nueva cultura, más el software de las patrullas y una policía confiable y capacitada con un gran salario que los vuelva insobornables marcarían la diferencia, pues ya no habría “mordidas” porque quien ofrezca dinero sería consignado tal y como sucede en Estados Unidos. “No estoy proponiendo nada nuevo. En Chile hay una Policía Nacional al igual que en España, donde está la Guardia Nacional, y existen otros países en donde se ha llevado a cabo algo así con gran éxito”.

Seguridad, moneda de cambio

Otra propuesta es que la seguridad deje de ser una moneda de cambio político. “Cuando el Partido Acción Nacional propuso la creación de un mando único, los demás partidos se opusieron, y cuando el Partido Revolucionario Institucional propuso lo mismo, el resto de los partidos se horrorizaron, porque lo convierten en una moneda política, porque negocian con ello, buscan beneficios”.

A los políticos no les interesa lo que pasa con los ciudadanos, solo les importan sus intereses políticos y votan según sus intereses particulares, lamenta Alejandro Desfassiaux, quien se desempeña como columnista de diversos diarios. “En México el gobernador pone a sus amigos en los mandos policiacos, los Abarca nombraron a la policía que luego desaparecería a los estudiantes de Ayotzinapa y en Puebla detuvieron a policías porque robaban gasolina. Esos mandos policiacos lo único que están viendo es cuánto roban porque se van en unos años”.

Para terminar con tanta corrupción, dice, hay que contar con una policía respetada tal y como se respeta al Ejército, y que ningún político decida quién será el jefe de la policía estatal, el cual sería designado con base en sus estudios y sus resultados.

Alejandro Desfassiaux cuenta con una propuesta de cinco ejes que da a conocer en un libro, el cual puede ser descargado sin costo en la página de internet sí es posible.

“Hoy tenemos que ponerle fin a muchos paradigmas. El delincuente, además de perder sus derechos civiles, debe pagar por su estancia en la cárcel, debe trabajar a través de talleres y buscar su reinserción social y volverse una persona útil para la sociedad, en cambio ahora las cárceles son las universidades de posgrado del crimen. Esos cambios serían simples si las cárceles fueran otorgadas a la iniciativa privada como sucede en Estados Unidos, pues si no hay costo no hay beneficio” finalizó.

Urgen políticas de Estado para abatir la violencia hacia la juventud

México requiere de una política de Estado que atienda la violencia que sufren los jóvenes, tanto en el espacio público como en el privado, como revelan las 37 mil 435 desapariciones forzadas de personas de entre 15 y 39 años registradas en 2014, advirtió el doctor Alfredo Nateras Domínguez, profesor-investigador de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

De acuerdo con el docente del Departamento de Sociología seis de cada diez denuncias son hechas por jóvenes y se estima que, dado el clima de zozobra e incertidumbre, cada año más de 250 mil de ellos se integran a los flujos o procesos migratorios, en particular, hacia Estados Unidos.

En su artículo Los suspirantes presidenciales y sus imaginarios con respecto a las juventudes señala que el gobierno mexicano debe tomar medidas que consideren las necesidades más apremiantes de ese segmento de la población, a partir de las condiciones de diversidad social, política, económica y cultural cuyas circunstancias determinan distintas maneras de ser, toda vez que son sujetos y actores sociales.

Al analizar las propuestas de los candidatos a la Presidencia de México para los jóvenes, Nateras Domínguez lamenta que se encuentran colmadas de lugares comunes y retóricas populistas –plagadas de otorgamiento de becas– y es notorio que imaginan a este sector de la población como si fuese un conglomerado homogéneo en su configuración social, cultural, de género, etnia o hábitat.

El puntero de las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, solo ofrece un programa denominado Jóvenes construyendo el futuro, con el objetivo de abarcar a dos millones 300 mil chicos sin trabajo, así como 300 mil becas para dar a los alumnos no aceptados en escuelas y universidades públicas la posibilidad de continuar con su formación educativa.

Ricardo Anaya planea impulsar actividades de emprendimiento al facilitarles el acceso a financiamiento de proyectos nuevos, la creación de una figura similar al ombudsman para defender a nuevos jóvenes empresarios e incluirlos en su gobierno, además de prevenir el embarazo adolescente e implementar programas de orientación vocacional.

José Antonio Meade busca fomentar la educación y la creación de empleos, incluyendo apoyos para impulsar sus propios negocios. En relación con la enseñanza superior ofrece calidad, becas de transporte y movilidad, más escuelas de tiempo completo donde haya inglés, arte, cultura y deporte, así como una instrucción dual, es decir, estudiar y trabajar al mismo tiempo.

No obstante, ninguno considera la situación delicada y compleja por la que atraviesan los jóvenes que se caracterizan por su heterogeneidad, ya sea por la clase social, la etnia, el género, la adscripción identitaria a la que se pertenezca o la zona donde se vive, por lo que se requerirán estrategias inclusivas y democráticas.

El investigador de la UAM cuestiona la invisibilización de las problemáticas que sufren juventudes indígenas o rurales, así como de quienes se han visto o se verán afectados por las políticas neofascistas y discriminatorias de Donald Trump contra los migrantes mexicanos para los que no existe ni siquiera un plan de contingencia social, laboral, educativo, cultural y económico, y los llamados dreamers quienes sumarían más de 850 mil individuos.

Alfredo Nateras Domínguez concluyó que para hallar una política pública adecuada que incluya a todos, es preciso imaginar qué tipo de país queremos ser e idear qué tipo de ciudadanos jóvenes deseamos formar/educar en función de esa nación que soñamos tener.