Ubuntu, la filosofía africana que podría mejorar el mundo
Una forma de vida prevaleciente en ese continente podría ayudar a las sociedades modernas a dejar atrás el individualismo.
Una forma de vida prevaleciente en ese continente podría ayudar a las sociedades modernas a dejar atrás el individualismo.
Un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Colocó una canasta llena de frutas cerca de un árbol y le dijo a los niños que el que llegara primero ganaría todas las frutas.
Cuando dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron juntos, y después se sentaron a disfrutar del premio.
Cuando él les preguntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar todas las frutas, le respondieron: Ubuntu ¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes? Según esta filosofía, la comunión es más importante que cualquier riqueza económica.
Ubuntu: “Yo soy porque nosotros somos” es la definición realizada por Leymah Gbowee, activista pacifista de Liberia.
La palabra y la filosofía fueron dadas a conocer por el fallecido Nelson Mandela, activista y político sudafricano que luchó contra la segregación racial, lucha que le fue reconocida en 1993 con el Premio Nobel de la Paz.
Ubuntu es una actitud mental prevaleciente entre los nativos del extremo sur de África, surge del dicho popular “umuntu, nigumuntu, nagamuntu“, que en zulú significa “una persona es una persona a causa de los demás.”
Ubuntu es una regla ética sudafricana enfocada en la lealtad de las personas y las relaciones entre éstas. La palabra proviene de las lenguas zulú y xhosa. Es visto como un concepto africano tradicional.
Una persona con ubuntu es abierta y está disponible para los demás, respalda a los demás, no se siente amenazado cuando otros son capaces y buenos en algo porque está seguro de sí mismo, pues sabe que pertenece a una gran totalidad, que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos.
No se trata sólo de la comunión entre una persona en necesidad y otra que le ofrece ayuda, sino que la primera comunión es la de las almas, de la vida, de los corazones: todo el mundo tiene corazón, vida y alma para dar y para compartir.
Hemos de encontrar nuevas ocasiones de penetrar en la cultura del otro e ir a al encuentro de su diversidad, reconociendo su riqueza. Si sólo nos preocupa el ayudar a un pueblo, subrayamos aún más su pobreza y éste pierde toda su riqueza, se vuelve doblemente pobre, y entra en un círculo de dependencia del dador, del que no consigue salir porque se siente incapaz. Chiara Lubich afirmaba: “Hay que ponerse frente a cada persona en actitud de aprender”.
Tim Jackson, autor del libro Prosperidad sin crecimiento: economía para un planeta finito (2009), se refiere a Ubuntu como una filosofía que apoya los cambios que él cree que son necesarios para crear un futuro que sea económico y ambientalmente sostenible.
Estamos en una época en que lo necesitamos. Ahora más que nunca es importante aprender de las buenas prácticas de otras culturas y civilizaciones.
Tenemos el conocimiento y la sabiduría, solo tenemos que aplicarlo.
Fuentes: inspiringforaction Laura Mari i Barrajón y la Asociación por la Economía de la Comunión