Un lugar en el silencio, cine de vuelta a sus orígenes

Los personajes principales de la historia: el silencio como necesidad básica de supervivencia y la tensión que provoca el vivir así.

No tiene la necesidad de contarnos la razón por la cual el mundo tiene que vivir en estas circunstancias, pero nos hace parte de esta experiencia, nos llena el estomago de tensión y angustia.

Con la tremenda actuación de Emily Blunt como una mamá valiente que lleva, detrás de una débil sonrisa, el terror que sus ojos no pueden esconder, sentirse culpable por no poder salvar a su pequeño niño. La culpa por no haberlo cargado para impedir su muerte la hace sentirse con las manos vacías, pero cargando un peso inmenso dentro de su alma.

La química indiscutible entre los protagonistas es la clave para que la tensión funcione, siendo marido y mujer en la vida real, son capaces de llevar este amor hasta la pantalla y transmitirlo al espectador.

Las actuaciones por parte de los protagonistas infantiles son maravillosas, Millicent Simmonds con su segundo largometraje, le aporta al filme su experiencia propia de vida, sorda desde los 12 meses de edad esta joven actriz nos regala con su mirada los momentos mas emotivos de la historia.

Por su parte Noah Jupe pasa de ser un niño asustado a un hombre defensor de su familia en menos de 1 hora, asumiendo el papel que su padre le enseñó para defender a sus hermanos.

Pero la mayor sorpresa de la película es John Krasinski, a quien estamos acostumbrados a ver principalmente en roles cómicos, nos sorprende con esta narrativa llena de tensión, drama, suspenso y angustia, aunado a la interpretación de un padre desesperado por seguir adelante con su familia y sabiendo que hará hasta lo imposible por mantenerlos seguros.

Cabe mencionar que el diseño sonoro de esta película es fundamental para que la experiencia sea redonda, la construcción del ambiente con muy poca música incidental y recurriendo primordialmente a los sonidos de la vida diaria hacen que la tensión te mantenga al filo de la butaca.

La construcción de la tensión llega a su cumbre cuando se cae una lámpara, ahí el espectador se da cuenta que un sonido cotidiano (que en nuestro día a día no sería un problema) dentro de ese contexto, en ese futuro desierto y desconocido, es motivo de muerte a manos de esas extrañas y desconocidas criaturas.

El cine mudo fue el principio de la cinematografía hace ya mas de 100 años, es refrescante que un cineasta joven retome las raíces de este arte y logre esta creación contemporánea y fresca, y se agradece que el tiempo que dura la película se utilice para crearle al espectador una experiencia que lo hará poner todos sus sentidos pendientes a lo que esta ocurriendo en la pantalla.