Un pequeño héroe
Una lluviosa noche de diciembre de 2016, Brittany Cosgrove despertó de un sueño profundo al oír el insistente ladrido de Leo, su Yorkshire de tres meses.
Una lluviosa noche de diciembre de 2016, Brittany Cosgrove despertó de un sueño profundo al oír el insistente ladrido de Leo, su Yorkshire terrier de tres meses de edad.
Lo primero que le vino a la cabeza fue que había un intruso en su apartamento de Vancouver. Se dirigió a la sala y encendió el interruptor de la luz, pero la habitación no se iluminó. Cuando volteó hacia el cuarto de baño, notó un resplandor anaranjado que se asomaba por la puerta entreabierta. Al acercarse se dio cuenta de que se trataba de un incendio.
Cosgrove abrió la puerta y vio cómo caía una cascada de llamas de los cables oxidados donde se suponía debía haber un ventilador de techo; junto a la bañera había un enorme agujero negro en el piso. Sin embargo, no habían sonado las alarmas de incendio del edificio. “Estaba aterrada”, recuerda Cosgrove. “El pánico se apoderó de mí al instante, y luego marqué al número de emergencias”.
Al resto de los habitantes del edificio los despertó la propagación del humo y las sirenas de los camiones de bomberos. Los 30 inquilinos salieron ilesos.
Cosgrove había adoptado a Leo, que pesaba apenas 1 kilo, justo una semana antes del accidente, y dice que se enamoró del perrito en ese mismo momento: “Si él no hubiera estado allí, no sé qué habría pasado conmigo o con el resto de los inquilinos”.
Cinco meses después, Leo recibió una condecoración por parte de la marca de alimentos animales Purina e ingresó a su Salón de la Fama de Animales. “Él me hace sonreír y me siento muy afortunada de tenerlo”, concluye Cosgrove.