Los usuarios de Internet desdeñaron las fotos de esta aislada vivienda de piedra y cemento porque les parecieron falsas cuando se publicaron por primera vez en Ia Red. Pero esta misteriosa casa deshabitada es real. Está situada en la sierra del norte de Portugal, y ha aparecido en carteles que anuncian un maratón en bicicleta por esa región.
Tras haber perdido a su hijo y a su esposo por enfermedad en 1881, Sarah Winchester consultó a una espiritista, la cual le dijo que su mala suerte se debía a que la acosaba el alma en pena de los muchos pobladores indígenas abatidos con las pistolas fabricadas por la empresa de armas de su familia. Y añadió que si construía una casa enorme para esos fantasmas —una en la que nunca dejara de trabajar—, los espíritus se apaciguarían.
La multimillonaria compró la casa inacabada de una finca agrícola y, guiada por la espiritista, le fue añadiendo habitaciones. La mansión al final ocupaba un terreno de 2.4 hectáreas y constaba de 160 cuartos, 2,000 puertas, 10,000 ventanas, 47 escaleras, 47 chimeneas, 13 baños y seis cocinas.
Para confundir a los espíritus, también construyó rarezas arquitectónicas, como una escalera que no lleva a ningún sitio. Hoy la casa es una atracción turística.
¿Se puede vivir en una casa donde el suelo es el techo y una ventana del tejado es la entrada principal? Según el Centro Polaco de Educación y Promoción Regional, sí es posible.
Para demostrarlo, construyó una casa invertida y la amuebló con sillas, mesas y un televisor en esa posición. Los cimientos requirieron 18.4 metros cúbicos de concreto para mantener la estructura en su sitio. Algunos visitantes se han quejado de mareos.
Diseñadas por estudiantes de la Universidad de Karlsruhe, estas viviendas se han comparado con las ruedas para hámsters. Pero en vez de esta actividad poco fructífera para el intelecto de los pequeños roedores, al recorrer el interior de estas estructuras tubulares se descubren varias divisiones y muebles, como cocina, cama, escritorio y baño.
Incluso el escusado gira, pero te alegrará saber que está equipado con una bisagra que impide que se voltee.
Tal vez pienses que si algo sobra en Australia es la luz solar, pero un hombre de ese país estaba insatisfecho y deseaba exprimirla al máximo. Luke Everingham soñaba con construir una casa que girara para aprovechar todo el día las luces y las sombras, pero pensaba que sería demasiado costosa.
Sin embargo, después de que las termitas acabaron con su vieja casa de granja en Nueva Gales del Sur, descubrió que construir una vivienda giratoria le costaría casi lo mismo que otra ordinaria de igual tamaño.
Este octágono de acero y vidrio de 24 metros de diámetro y 50 toneladas de peso (con porche alrededor de toda la casa) se terminó de construir en 2006. Gira impulsado por un motor del tamaño del de una lavadora, lo que permite a su orgulloso dueño mover la sala para contemplar la puesta del sol, por ejemplo. Y es también a prueba de termitas.
La tribu korowai del sureste de la provincia indonesia de Papúa está integrada por sólo 3,000 individuos, que hasta 1970 supuestamente desconocían el mundo exterior. Aislados en medio de la selva y famosos por los rumores sensacionalistas de canibalismo, los korowai son también unos arquitectos geniales.
Construyen sus casas en lo alto de grandes árboles para escapar de los enjambres de mosquitos que vuelan a ras de tierra, así como de sus enemigos de otros clanes. Algunas cuelgan a más de 30 metros de altura entre el follaje, y se accede a ellas subiendo por postes de madera con muescas o, en las más elegantes, por escaleras de cuerda.
Bajo el mismo techo de hojas entretejidas viven grupos familiares enteros, así como sus animales de compañía.
Valuado en unos 1,000 millones de dólares, este palacio de 27 pisos es la expresión máxima de la opulencia desmedida. Entre otras cosas, cuenta con tres helipuertos, un gimnasio, un teatro, un estacionamiento para unos 200 autos, tres plantas de jardines colgantes, una biblioteca, un salón de yoga, un templo y, extrañamente, la mayor colección del mundo de máquinas de coser antiguas. Y, claro, 600 empleados de servicio.
El complejo, ubicado en un terreno frente al mar en un exclusivo distrito de Mumbai y conocido como “el nuevo Taj Mahal”, tiene vistas a uno de los barrios más pobres de Asia. Los detractores han acusado a su propietario, Mukesh Ambani (presidente de Reliance Industries, el gigante de los materiales y la energía) de despreciar con arrogancia a los necesitados.
Pero si las críticas son duras y le llueven todo el día a Ambani, bien puede refugiarse en la parte más fresca de su casa, la “sala nevada”, hecha con hielo y copos de nieve artificiales.
¿En cuál de estas casas te gustaría vivir?
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