Aunque no lo creas la llegada de Trump ofrece un momento privilegiado para hacer un alto en el camino y establecer estrategias para ser emocionalmente más fuertes.La mala noticia: Trump es un personaje que...
Aunque no lo creas la llegada de Trump ofrece un momento privilegiado para hacer un alto en el camino y establecer estrategias para ser emocionalmente más fuertes.
La mala noticia: Trump es un personaje que vapulea, amedrenta y causa desánimo.
La buena noticia: Esos sentimientos de indignación, enojo y frustración que te despierta ese político pueden fortalecer tu carácter.
La turbulencia del panorama actual detona una serie de emociones en cada uno de nosotros que si sabemos encauzarlas pueden convertirse en motor de cambio.
¿Sirve de algo indignarse?
Claro que sí. La indignación en momentos en los que parece que se desmorona el mundo es una postura de dignificación, explica Mario Orozco Guzmán de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
“Hay que indignarse para dignificar una postura de resistencia colectiva frente a las amenazas” precisa.
Pero si de verdad queremos construir un mundo mejor, las emociones deben crecer controladas por nosotros mismos, explica la filósofa Victoria Camps en su libro ‘El gobierno de las emociones’.
Hay que “indignarse por lo que merece y en la justa medida”, dice esta pensadora, pues si todo queda en la emoción lo positivo se pierde y puede convertirse en una emoción tóxica.
Empieza por ti: La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas recomienda la construcción de nuevas formas de convivencia y acción pacífica. Construye a tu alrededor un ambiente de respeto, colaboración y solidaridad.
Sé paciente: Da un paso a la vez pero con la convicción de que todo cambio requiere tiempo.
Exige justicia sin venganzas: La lógica del ojo por ojo, diente por diente no resuelve los problemas estructurales.
Aléjate de ideas fatalistas: Estamos acostumbrados a pensar que todo se va a venir abajo y ya no vamos a poder salir cuando en realidad las crisis son una oportunidad para ser más creativos, para aprender a ver la vida desde otra perspectiva y para salir de la zona de confort, explica a Selecciones la doctora Adriana Ortiz, psicoanalista de la Fundación de Atención Psicológica de Transtornos Alimentarios (APTA).
Tiempo de mirar hacia adentro: Como sociedad hemos colocado nuestra autoestima en cuánto nos valora el otro, sentimos que no valemos si el extranjero no nos reconoce.
“Debemos recuperar nuestra identidad como mexicanos. Octavio Paz lo explica en su libro ‘El laberinto de la soledad’: No nos sentimos tan identificados con nuestras raíces, lo extranjero siempre es mejor” puntualiza Adriana Ortiz.
No exageres: Analiza las cosas desde su justa dimensión y ten cuidado con creer en todo lo que lees en las redes sociales.
La unión es la fuerza: Parece lugar común pero es cierto. Y para muestra este botón: Hace unos días la tienda de ropa Nordstrom puso fin a la venta de productos de la hija de Trump, Ivanka. Un día después el almacén de lujo Neiman Marcus siguió el ejemplo de su competidor. Las decisiones de ambas compañías fueron tomadas por la presión del movimiento antitrump conocido como ‘Grab your wallet’ o ‘Toma tu cartera’, que es básicamente un boicot económico contra los productos de la familia presidencial.
Nada permanece: Se dice por ahí que lo único que no cambia es que todo cambia, así que aunque ahora puedas sentir desánimo por la situación que vives, toma en cuenta que nada es eterno.
¿A pesar de los consejos sigues frustrado por lo que no puedes cambiar? No te preocupes, la frustración no es mala, de hecho para el psicoanálisis es un requisito necesario para el fortalecimiento del carácter. “En la medida que toleramos ciertas cuestiones nos volvemos más fuertes y más resistentes emocionalmente hablando” explica la psicoanalista de la Fundación APTA.
Las emociones bien trabajadas nos dan el empuje para convertirnos en sujetos activos, nos recuerda el académico Mario Orozco Guzmán. “Conviene hacer que algo pase en nuestro mundo cercano, en nuestro mundo de trabajo y educación, de amistad y de amor. Que algo pase para que haya al menos un poco de aliento y esperanza”.
Transformar el enojo y la indignación en una acción social es lo más recomendable ante tiempos turbulentos.
Como periodista tengo la misión, parafraseando al intelectual español Julio Anguita, de perturbar, de agitar el cerebro, de mover las conciencias.
Para lograr esos objetivos me aferro al abecedario como otros se aferran al escapulario.
Me especializo en notas de salud, bienestar, estilo de vida, gastronomía y viajes.