Deja de ver a tu horno de microondas como un aparato en el que solo puedes calentar y descongelar, dale oportunidad de cocinar tus alimentos.
El horno de microondas es mucho más que calentar o descongelar la comida que vamos a comer, es un gran avance para la cocina, no son las únicas funciones que tiene. En el microondas puedes hacer muchas acciones: herivir verdura, pasta, pescados, cocer algunos guisados, gratinar el queso, ablandar fruta, fundir caramelo o chocolate o hacer salsas y cremas.
Para no llorar al cortarlas, lávalas, córtales las puntas y caliéntalas 30 segundos en el horno de microondas antes de picarlas. Lloras porque el cuchillo daña las células de la cebolla y libera gas sulfúrico, que irrita los ojos. Al calentar las cebollas rompes las enzimas que activan la liberación del gas.
Coloca un tazón boca abajo sobre un plato; luego, extiende tiras de tocino sobre el tazón y ponlas a cocer en el microondas durante un minuto por cada rebanada de tocino. La grasa escurrirá al plato, y el tocino quedará deliciosamente crujiente.
Vierte leche en un frasco a no más de la mitad (así quedará espacio para la espuma). Enrosca la tapa y agita con fuerza entre 30 y 60 segundos. La leche se hará espuma. Retira la tapa y calienta la espuma en el microondas durante 30 segundos para que se eleve. Viértela en tu café.
Pon un poco de mantequilla en el fondo de una taza, y llena ésta con pan molido. En una taza aparte, mezcla un huevo, tres cucharadas de leche y una pizca de canela. Vierte la mezcla en la taza, y métela al microondas durante un minuto.
Calienta en el microondas una barra de mantequilla sin sal, a intervalos de 30 segundos, hasta que se derrita. Añade una pizca de sal y una hierba de olor, como tomillo, salvia o romero. Sigue calentando a intervalos de 30 segundos hasta que la mezcla quede fragante. Úntala en el pan.
Si las humedeces y las tapas de forma casi hermética te quedarán como si las hicieras al vapor. Conservarán las vitaminas y minerales naturales, su color original y todo su sabor.
