¿Notas una protuberancia en la planta del pie que duele al caminar? Podría tratarse de una verruga plantar, una afección muy común (aunque algo molesta) causada por el virus del papiloma humano (VPH). Aunque no es peligrosa, sí puede ser persistente y dolorosa. La buena noticia es que existen varios tratamientos eficaces que puedes probar.
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¿Qué son exactamente las verrugas plantares?
Son crecimientos benignos en la planta del pie, generalmente en zonas que soportan peso, como los talones o el metatarso. A diferencia de otras verrugas, suelen crecer hacia adentro por la presión del cuerpo al caminar. Tienen una textura rugosa, pueden parecerse a un callo y a menudo tienen pequeños puntos negros que son vasos sanguíneos coagulados.
¿Cómo se contagian?
El VPH entra por pequeñas heridas o grietas en la piel. Y le encantan los lugares cálidos y húmedos, como vestuarios, piscinas o duchas públicas. Por eso, caminar descalzo en estos sitios puede aumentar el riesgo.
También hay otros factores que favorecen su aparición:
Sistema inmunológico debilitado
Contacto con superficies infectadas
Compartir toallas, zapatos o calcetines
Tener antecedentes de otras verrugas o afecciones de piel, como eczema
¿Cómo saber si tienes una verruga plantar?
Presta atención a estos signos:
Dolor o molestia al caminar, especialmente en zonas de apoyo
Protuberancia áspera, a veces parecida a una coliflor
Puntos negros visibles
Interrupción del patrón natural de la piel (como las líneas o huellas)
A veces se confunden con callos, pero hay formas de distinguirlas.
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¿Qué opciones tengo para tratarlas?
Muchas verrugas desaparecen solas, aunque puede tomar meses o incluso años. Pero si duelen, se multiplican o te resultan incómodas, hay tratamientos que pueden ayudarte:
Tratamientos caseros
Ácido salicílico: Disponible sin receta en líquido, gel o parches. Ayuda a eliminar la verruga poco a poco. Se recomienda remojar el pie y limar la zona antes de aplicar. Busca concentraciones entre 17% y 40%.
Cinta adhesiva: Se cubre la verruga por varios días, luego se remoja y se lima. Aunque no hay evidencia definitiva, muchas personas lo intentan como método económico.
Kits de congelación: Aerosoles que congelan la verruga. Son menos potentes que la crioterapia médica, pero pueden funcionar en casos leves.
Tratamientos médicos
Si nada de lo anterior funciona, un dermatólogo puede recomendar:
Crioterapia con nitrógeno líquido (puede requerir varias sesiones).
Ácido salicílico con receta, más fuerte que el de venta libre.
Cantaridina, una sustancia que forma una ampolla debajo de la verruga.
Láser, que destruye los vasos sanguíneos que alimentan la verruga.
Inyecciones con medicamentos que atacan el virus o activan el sistema inmune.
Extirpación quirúrgica, reservada para casos resistentes (aunque puede dejar cicatriz).
💡 Ojo: los tratamientos pueden tardar semanas o meses en hacer efecto, así que la constancia es clave.
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¿Se pueden prevenir?
Sí, y vale la pena intentarlo, porque las verrugas plantares pueden volver.
Usa sandalias o chanclas en duchas y vestuarios públicos.
Mantén tus pies limpios y secos, cámbiate los calcetines diariamente.
No compartas calzado, calcetas o toallas.
Evita tocarte las verrugas, podrías contagiar otras zonas.
Fortalece tu sistema inmune con una buena alimentación, sueño y manejo del estrés.
En resumen:
Las verrugas plantares son molestas, pero tratables. Si no mejoran con cuidados caseros o te causan dolor, no dudes en consultar con un dermatólogo. Y sobre todo, cuida tus pies y evita andar descalzo en lugares públicos.