¿Visión baja? Vuélvete funcional con ayudas adicionales
Si a pesar del uso de lentes o después de una cirugía tienes complicaciones para leer, reconocer caras es muy probable que padezcas visión baja.
La discapacidad visual o visión baja es una condición derivada de una enfermedad o anomalía visual que aun después de cirugía, medicamento y la mejor corrección con lentes no permite que la persona realice de manera efectiva sus actividades habituales.
Anomalías como la ambliopía o enfermedades como la catarata congénita, retinopatía del prematuro, glaucoma, retinopatía diabética, degeneración macular, desprendimiento de retina y distrofias de retina pueden causar algún grado de discapacidad visual.
¿Cómo saber si se tiene visión baja? Se detecta porque a pesar del uso adecuado de los lentes existen complicaciones para leer, reconocer caras familiares, realizar actividades como cocinar, coser, combinar el color de la ropa, hacer tareas con poca iluminación, ver televisión o leer los subtítulos de las pantallas. En los exteriores no se pueden identificar los nombres de las calles, tiendas y letreros del autobús.
Esta discapacidad visual no rehabilitada puede acarrear problemas secundarios como retraso en el desarrollo psicomotor en los bebés y primera infancia, limitación en el aprendizaje escolarizado, desempleo, mayor riesgo de caída y fracturas, al igual que mayor índice de adultos mayores con síndrome de fragilidad.
“Es importante la valoración de la función visual en las personas con visión baja, ya que por medio de diversas pruebas podemos proponer las ayudas ópticas, no ópticas y tecnológicas que apoyen a la persona con deficiencia visual a continuar con su desempeño cotidiano” explica Nancy Sol Espíndola, vocera del Consejo Optometría México y optometrista.
Destacó la importancia de la capacidad del sistema visual para percibir, detectar e identificar los objetos a diversas distancias, pues eso proporciona información global de la funcionalidad. “En el caso del paciente con visión baja una prueba de agudeza visual ayuda al monitoreo de la progresión de la enfermedad, además, se calculan las ayudas ópticas a prescribir”.
La cantidad de agudeza visual, campo visual y tiempo de recuperación del deslumbramiento siguen siendo notaciones importantes para clasificar la discapacidad visual en leve (ceguera legal), profunda (cercano a la ceguera) y ceguera total (no percibe luz).
Existen especialistas en manejo de visión baja y consultarlos garantiza obtener la mejor ayuda posible. Por ello es muy importante que el paciente acuda a ellos para someterse a exámenes específicos con el fin de determinar el grado de afección, prescribirle dispositivos visuales y enseñarle la manera de utilizarlos.
Vale la pena resaltar que se puede ayudar a un paciente con esta condición a través de la detección oportuna, la correcta evaluación de su caso y la definición del grado de discapacidad visual con la que cuenta, a fin de que le sean prescritas las ayudas visuales que lo asistirán en los diferentes entornos en los que se desenvuelve.
Un ejemplo de ello es el hecho de que, si una persona se auxilia de lámparas especiales, estas ayudan hasta en un 50 por ciento a mejorar la visión y los lentes microscópicos para lectura en el otro 50 por ciento, así que se puede gozar de la lectura favorita. Si bien el paciente podrá ver mejor con el uso de los aparatos, se debe de tener en cuenta que no curan o restablecen la capacidad visual.
Las nuevas tecnologías también ayudan a las personas a adaptarse a su pérdida de vista, los equipos de nueva generación son de gran utilidad para que el paciente vuelva a realizar las actividades que siempre estuvo acostumbrado a hacer. Entre ellas están:
Otro aspecto que debe considerarse en torno al paciente con dicha condición es el estado emocional que puede surgir debido a la pérdida gradual o repentina de la capacidad visual.
El Dr. Bromberg en su libro ‘Visión baja’ destaca que si un paciente se mantiene en un estado de depresión, se recomienda la ayuda de un psicólogo o psiquiatra quien, de la mano del optometrista especializado en visión baja, trabajará para que la persona tenga una vida lo más cercana a la normalidad.
Lo anterior cobra relevancia ante los estudios en donde se plantea que la pobreza y la salud visual, incluida la discapacidad visual debida a visión baja y ceguera, están interrelacionadas. Esta se puede interpretar como bilateral, la pobreza puede generar salud visual pobre y la salud visual pobre puede derivar en pobreza o profundizarla.
Por ello, el Consejo Optometría México hace un llamado a la población a buscar a licenciados en Optometría especializados en esta condición, quienes además de las ayudas visuales, pueden dar consejos y recomendaciones para que el paciente pueda llevar una vida más plena y con mejores oportunidades.