Vitaminas que te protegerán en los cambios climáticos
El refrán "febrero loco y marzo otro poco” alude a los cambios de temperatura, puede haber días con bajas temperaturas u otros muy calurosos y hasta lluvia.
Durante febrero y marzo los cambios climáticos pueden tomarnos desprevenidos, y si a esto agregamos una dieta mal balanceada, el sistema inmunitario se debilita, así que estamos expuestos a enfermedad tanto de origen viral como bacteriano y otros organismos patógenos, alerta el Dr. Alberto Molás, miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife Nutrition.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria refiere que ciertas alteraciones —herpes labial, caída del cabello, dificultades en la cicatrización o dolores musculares sin causa aparente— pueden ser consecuencia de una inmunodepresión de bajo grado.
El estrés prolongado, dietas inadecuadas o descansos insuficientes también pueden ser posibles causas del debilitamiento del sistema inmunológico.
Ante los cambios climáticos solo podemos ayudarnos con vestimenta adecuada, pero existe otro flanco: La nutrición.
A continuación un listado de vitaminas y minerales que se relacionan con las defensas del cuerpo humano y que te ayudan con los cambios del clima.
Este antioxidante ayuda a proteger tu cuerpo contra los radicales libres. También favorece la formación de colágeno, una proteína relacionada con el mantenimiento de las barreras naturales contra las infecciones.
Interviene en la formación de otras proteínas que combaten a los virus, lo que evita su proliferación en nuestro sistema.
Algunos alimentos con vitamina C son guayaba, mango, piña, cítricos, fresas, melón, pimientos, tomate, hortalizas en general.
Aumenta la respuesta inmune, así que el cuerpo está más preparado para combatir organismos dañinos.
Los alimentos que contienen vitamina E son los cereales integrales (pan, arroz y pastas) aceites comestibles (soja, trigo, oliva) vegetales de hojas verdes y frutos secos.
Apoya en la inmunidad de las mucosas, como las del sistema digestivo, específicamente en nuestro intestino, las cuales son una barrera natural contra las infecciones.
Los alimentos que contienen vitamina A son en su mayoría de origen animal (hígado, huevo) lácteos y sus derivados (mantequilla).
La deficiencia de las vitaminas de este grupo se relaciona con diversas alteraciones tanto del sistema nervioso como del tubo neural (espina bífida).
Su carencia está relacionada con la deficiencia de anticuerpos (sustancias que combaten virus o bacterias que afectan el organismo).
Los alimentos que contienen vitaminas del complejo B son de origen animal, así como cereales integrales, lácteos y frutos secos.
La deficiencia de este mineral es más común en mujeres de edad fértil y en embarazadas. La falta de hierro disminuye la duplicación celular (mitosis) además del crecimiento de estas, lo cual afecta directamente al sistema inmunológico.
Los alimentos que contienen hierro son en su mayoría de origen animal y en menor medida los lácteos.
La carencia de este mineral es más común en niños, embarazadas, madres lactando y ancianos. La deficiencia de zinc altera la respuesta inmunológica.
Los alimentos que los contienen son los mariscos, leguminosas, cereales, pescados, lácteos y huevos.
Su déficit afecta la inmunidad, disminuye la actividad bactericida (que elimina bacterias) y la respuesta de los anticuerpos (sustancias de la sangre que combaten infecciones).
Los alimentos que contienen selenio son de origen animal principalmente aquellos marinos, cereales, frutas y verduras.
Seguir las recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, un control en los hábitos y condiciones higiénico-sanitarias (dieta equilibrada y suficiente ejercicio físico, descanso, control del estrés, vitaminas y minerales en tu dieta) puede ayudarnos a reforzar el sistema inmunitario y así estar protegidos permanentemente.