Vitaminas y minerales, más necesarios que nunca
La anemia es la principal deficiencia nutricional y de Vitamina D se ha convertido en una preocupación, así que su papel es clave.
Las vitaminas son nutrimentos esenciales para la salud humana; su nombre proviene de la palabra latina “vita”, que significa vida.
Los minerales se producen en materia no viva como el agua, la tierra y las rocas.
Aunque existen infinidad de minerales en la naturaleza, el cuerpo requiere alrededor de 14 para sobrevivir, explica a Selecciones la mtra. Gina Gómez Martínez, líder de Nutrición en Unilever México y Caribe.
Las vitaminas y minerales se obtienen por el consumo de agua, de las plantas y de los alimentos de origen animal como las carnes.
Su deficiencia ocurre cuando la recomendación de consumo del nutrimento no se cumple durante un largo período de tiempo o por condiciones de salud específicas.
En el mundo, la anemia es la principal deficiencia nutricional, los bajos niveles de hierro impiden que el cuerpo produzca suficientes glóbulos rojos para mantenernos saludables, lo que conduce a la anemia.
Además, la deficiencia de Vitamina D se ha convertido en una preocupación a nivel global.
De acuerdo con el estudio publicado en la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra, se estima que mil millones de personas tienen niveles inadecuados de vitamina D en la sangre, y se pueden encontrar deficiencias en todas las etnias y grupos de edad.
En Latinoamérica las deficiencias más comunes de vitaminas y minerales se encuentran la vitamina A, C, D, Zinc y Hierro, si tienes deficiencias de este último, lo sabrás si sientes las manos y pies fríos.
Aquí algunas de sus fuentes alimentarias más comunes.
Vegetales amarillos o naranjas intensos. Son la mejor fuente de vitamina A. En invierno la calabaza de castilla, el tejocote, la zanahoria, los pimientos y el melón son una gran alternativa.
Tip: Cómelas crudas o poco cocidas, pues la vitamina A es muy sensible al calor
Verduras verdes: Son una de las mejores fuentes de ácido fólico. El chayote, espárragos, espinacas, lechuga, cilantro y perejil son grandes alternativas.
Tip: Si se incluye dentro de las preparaciones como en los guisados puede ayudar a reducir las calorías y aumentar el contenido de fibra.
Guayaba, fresas, chiles y cítricos. Son las mejores fuentes de vitamina C, preferir completos, así se aumenta el consumo de fibra.
Tip: La vitamina C también es muy sensible al calor, por lo que es mejor comerlos crudos.
Carnes rojas e hígado de pollo. Son de las mejores fuentes de hierro en la dieta.
Tip: La cantidad es la clave, para los adultos un trozo de carne del tamaño de la palma de la mano y del grosor del dedo meñique es suficiente.
Leguminosas y hojas verdes. Contienen hierro vegetal, es muy importante combinar con alimentos ricos en vitamina C, así se puede aumentar su aprovechamiento.
Tip: Remojar las leguminosas un día antes y tirar el agua del remojo reduce el tiempo de cocción y la producción de gases intestinales.
Pescados y mariscos. Son una de las mejores fuentes de zinc, además, aportan grasas saludables como el omega 3.
Tip: Trucha, sierra, sardina son grandes opciones de menor precio que el salmón.
Lácteos, sardinas y huevo. Son la mejor fuente de vitamina D
Tip: Consumir el huevo completo con todo y yema, porque ahí está gran parte de los beneficios incluyendo la vitamina D. Evitar comerlo crudo, siempre debe estar cocido.
Los avances de la tecnología de alimentos han permitido con el procesamiento de los alimentos su fortificación, conservación por más tiempo (se reducen los desperdicios) y, en general, mejorar su calidad.
En infinidad de países se hace obligatorio la fortificación con vitaminas y minerales en los alimentos básicos como las harinas para el combatie de las deficiencias nutricionales, especialmente en poblaciones vulnerables como son la infancia, el embarazo y la vejez.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la fortificación de los alimentos desempeña un buen papel para mejorar el estado nutricional de las poblaciones y reducir el riesgo de deficiencias. Por ello, es importante informarse y consumir alimentos adicionados y fortificados de calidad.