Se estima que el 80 por ciento de los pacientes con pie diabético no atendido oportunamente tiene como única alternativa la amputación de la extremidad. La dermopatía diabética y la bullosis diabeticorum son otros padecimientos comunes.
La diabetes es una enfermedad crónica de larga evolución que afecta a diferentes órganos incluida la piel, alertó la doctora Rossana Llergo, vicepresidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD), quien destacó que quienes viven con diabetes tienen mayor riesgo de desarrollar infecciones cutáneas, especialmente las relacionadas con hongos debido a los altos niveles de glucosa.
“Una persona que vive con diabetes tiene mayor riesgo de desarrollar enfermedades en la piel debido al mal funcionamiento de las células de defensa, lo que reduce la capacidad del organismo de responder al ataque de hongos y bacterias que encuentran alimento en los altos niveles de glucosa, sobre todo cuando los pacientes no siguen un tratamiento adecuado para la enfermedad”.
Los problemas cutáneos más comunes en las personas con diabetes son:
Dermopatía diabética: se caracteriza por manchas rojizas que con el tiempo oscurecen y forman pequeñas costras en rodillas, tobillos, muslos y antebrazos; además, los pacientes pueden tener una coloración amarilla en palmas y pies, lo cual indica que los niveles de azúcar están por arriba de lo normal.
Bullosis diabeticorum: Ampollas que aparecen de manera espontánea sobre la piel sana que, de no tratarse oportunamente, pueden infectarse.
Eritema diabético: Generalmente se presenta en personas de edad avanzada y consiste en la aparición de áreas rojas indoloras bien delimitadas en la parte inferior de las piernas y en los pies.
Neuropatía diabética: Una complicación en la que los altos niveles de glucosa en la sangre dañan los nervios y, en consecuencia, hay pérdida sensorial.
“La neuropatía diabética –detalló la doctora Llergo– aumenta el riesgo de desarrollar pie diabético, que se caracteriza por una infección, ulceración y destrucción de tejidos profundos de la extremidad inferior que se produce debido a la pérdida de la sensibilidad en los pies, lo que causa que el paciente no sienta una cortadura, ampolla o llaga; las lesiones pueden causar úlceras o infecciones y, en casos graves, se requiere una amputación”.
Actualmente, se estima que el 80 por ciento de los pacientes que llegan a instituciones médicas del sector salud con un proceso infeccioso o necrótico en los pies, tiene como única alternativa la amputación de la extremidad.
“El tratamiento del pie diabético va desde medicamentos que ayuden a la cicatrización hasta procesos quirúrgicos para restablecer la circulación y de esa forma salvar la mayor parte de la extremidad; sin embargo, es un padecimiento que se puede evitar siempre y cuando las personas que viven con diabetes sigan adecuadamente el tratamiento indicado por el médico para esta enfermedad”, recomendó la doctora Llergo.
Para finalizar, la especialista invitó a quienes viven con diabetes a visitar regularmente al dermatólogo y tomar algunas medidas preventivas como revisar y lavar los pies todos los días, mantener la piel humectada, cortar las uñas regularmente, usar zapatos con calcetines y proteger los pies de cambios de temperatura.
En cuanto al cuidado de la piel en general en las personas que viven con diabetes, la FMD recomienda las siguientes acciones de prevención:
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