¿Lo Sabías?
Vivir un trauma infantil aumenta el riesgo de sufrir TEPT
El trastorno de estrés postraumático es una reacción a un trauma, el cerebro trata de procesarlo, trabaja para dar sentido a lo que sucedió.
El trastorno de estrés postraumático es una reacción a un trauma, el cerebro trata de procesarlo, trabaja para dar sentido a lo que sucedió.
Las personas pueden sufrir exactamente el mismo trauma una al lado de la otra, pero solo una desarrollará TEPT. Los investigadores se están concentrando en por qué.
El trastorno de estrés postraumático, o TEPT, afecta a las personas que pasan por un evento traumático. Es posible que esté familiarizado con el riesgo para los veteranos militares después del combate, pero las personas también pueden padecerlo después de sufrir un accidente, un desastre natural o un ataque terrorista, según el Instituto Nacional de Salud Mental; presenciar la muerte de otra persona también puede desencadenar el TEPT.
Los síntomas de este trastorno incluyen sentimientos perturbadores diarios como sobresaltarse fácilmente, sentirse nervioso, tener recuerdos repetitivos y molestos del evento, arrebatos emocionales y experimentar dificultades para dormir.
Lo más probable es que usted o alguien que conozcas tenga trastorno de estrés postraumático, aunque la mayoría de nosotros experimentamos algún tipo de trauma en nuestras vidas, la mayoría de nosotros no desarrollamos este trastorno.
Aunque cualquiera puede desarrollar trastorno de estrés postraumático, el trauma infantil, en particular, puede poner a las personas en mayor riesgo.
Un estudio a largo plazo que involucró a la Fundación de Investigación del Comportamiento y el Cerebro e investigadores del Centro para Niños, Jóvenes y Familias de la Universidad de Vermont revela que “el trauma infantil es más común de lo que a menudo se supone, y que sus efectos sobre la transición a la edad adulta y funcionamiento no solo se limitan a los síntomas de estrés postraumático y depresión, sino que tienen una base más amplia”. (El informe se publicó en 2018 en la revista JAMA Network Open).
Stephanie Sarkis, autora y psicoterapeuta ubicada en Tampa, Florida, dice que hay varios tipos de traumas infantiles que podrían ponerte en alto riesgo de TEPT. Un desastre natural, la violación y el abuso sexual, la enfermedad que amenaza la vida de uno de los padres, la falta de vivienda y el desplazamiento, y el suicidio son algunos ejemplos. (Esta es la historia de abuso infantil de una mujer y el impacto que tuvo en su vida).
Una posible razón por la que solo algunas personas desarrollan trastorno de estrés postraumático después de un trauma infantil puede ser una respuesta hormonal al estrés, sugiere un estudio de 2019 publicado en la revista Archives of Psychiatric Nursing.
La hormona cortisol relacionada con el estrés aumenta cuando estás bajo presión; poco después, aumentan los niveles de la hormona oxitocina que te hace sentir bien, ayudándote a calmarte. Investigadores de la Universidad de Missouri-Colombia encontraron que algunas mujeres (el estudio solo incluyó mujeres) con TEPT no recibieron ese aumento de oxitocina para volver a la normalidad.
“El TEPT es una reacción al trauma”, dice Sarkis. “El cerebro está tratando de procesar el trauma, trabajando para dar sentido a lo que sucedió”. Ella explica que esto puede ser un desafío para los niños que aún no pueden expresarse verbalmente.
En cambio, los niños pequeños pueden expresar su TEPT a través de juegos repetitivos, flashbacks o desapego (lo que puede parecer como si estuvieran “distraídos”). Además, los niños que piensan repetidamente en lo que experimentaron en un esfuerzo por dar sentido al trauma a menudo desarrollan síntomas de más graves, según un estudio publicado en The Journal of Child Psychology and Psychiatry en 2019.
“Los niños miran a los padres en términos de cómo lidian con el trauma”, explica Sarkis, y señala que un cuidador que no maneja adecuadamente su propia respuesta a ciertos eventos, por ejemplo, muestra constantemente comportamientos ansiosos y no busca terapia, también puede aprender cosas similares, conductas de afrontamiento perjudiciales.
“Los padres deben buscar tratamiento”, dice, no solo para ayudarse a sí mismos sino también a sus hijos.
Melanie Greenberg, psicóloga clínica en Mill Valley, California, y autora de The Stress-Proof Brain, dice que las experiencias negativas de la infancia generalmente se manifiestan de una de dos maneras. “Una persona puede terminar sintiéndose en alerta y abrumada todo el tiempo”, dice, “o sentirse constantemente entumecida, insensible”.
Las emociones relacionadas con el TEPT, incluidos los altos niveles de miedo, la falta de confianza, evitar cosas o los estallidos de ira, pueden afectar las relaciones de trabajo y, a su vez, el éxito laboral.
Claramente, un trauma infantil (o una serie de ellos) no termina en la niñez. En última instancia, los efectos pueden poner a las personas en alto riesgo de trastorno de estrés postraumático. En el estudio de la Fundación de Investigación del Cerebro y el Comportamiento, los investigadores informaron que existen consecuencias de gran alcance derivadas de los traumas infantiles.
“Nuestro estudio sugirió que el trauma infantil proyecta una sombra larga y de amplio alcance”, que según los investigadores está asociada con un mayor riesgo de varios trastornos psiquiátricos en la edad adulta. Esos trastornos pueden interferir negativamente con la salud, las relaciones sociales y el éxito financiero y académico.
Greenberg agrega que las personas que experimentaron un trauma infantil corren un mayor riesgo de luchar contra la adicción en la edad adulta.
“Cuando tienes muchos traumas de niño, no aprendes la capacidad de calmarte a ti mismo”, dice, y señala que sin las habilidades para reducir las ansiedades relacionadas con el trauma, el cerebro se abruma. Como tal, puede desarrollar mecanismos de afrontamiento poco saludables.
Para ayudar a un niño a sobrellevar el trauma, Sarkis dice que hay opciones. La terapia de juego, explica, les permite a los niños “actuar cosas simbólicamente a través del juego” cuando es difícil verbalizar lo que sucedió.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) también puede ser útil. Eficaz tanto para niños como para adultos, Sarkis señala que la TCC le permite hablar a través de los sentimientos, incluidos los miedos irracionales.
También puede ser beneficioso explorar una combinación de terapia y medicación, que Sarkis dice que pueden funcionar mejor juntos que solos, produciendo un “efecto sinérgico”.
Tomado de rd.com Why Childhood Trauma Puts You at Higher Risk for PTSD
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