¿Por qué la Luna llena parece del mismo tamaño que el Sol?
En el pasado, la luna estaba mucho más cerca, y la habríamos visto casi 20 veces más grande que hoy. Gradualmente se ha alejado de la Tierra.
El diámetro de la Luna es de sólo 3,476 km, casi la distancia que hay entre Londres y Beirut. El Sol, cuyo diámetro mide 1.39 millones de km, es casi 400 veces más grande. De manera que cuando vemos la Luna llena en el cielo, tenemos la impresión de que tiene el mismo tamaño que el Sol. Esta semejanza de tamaño concuerda con tanta precisión que a veces la Luna oculta la luz del Sol por completo, causando un eclipse total.
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Pero la semejanza de tamaño es ilusoria. Aunque es más pequeña, la Luna parece tener el tamaño del Sol debido a su proximidad. En promedio, el Sol se encuentra a unos 150 millones de kilómetros de distancia, 389 veces más lejos de nosotros que la Luna.
En el pasado, la Luna estaba mucho más cerca. Hace 1,200 millones de años se hallaba a unos 180,000 km y la habríamos visto casi 20 veces más grande de lo que la vemos hoy. Gradualmente se ha alejado, afectando las mareas en la Tierra.
La atracción gravitacional de la Luna provoca que el nivel de nuestros océanos aumente. Si la Luna se halla sobre el Atlántico, la atracción causa una protuberancia en ese océano y otra en el Índico, en la parte opuesta del globo.
Estas protuberancias las observamos en forma de olas y su efecto por fricción, que actúa como freno, disminuye la velocidad de rotación de la Tierra, lo cual prolonga nuestros días un segundo cada 62,500 años.
Este fenómeno permite que la Luna gire con mayor velocidad y la induce a alejarse. La rotación de la Tierra también tiene un efecto en las mareas; las protuberancias se desplazan hacia el este y el movimiento del agua afecta la fuerza gravitacional de la Tierra, pues ejerce una atracción lateral en la Luna, lo que también causa un aceleramiento gradual en su órbita.
En este proceso, la órbita lunar se agranda de manera que, aunque la Luna se mueve con más rapidez, tardará más tiempo en completar su órbita alrededor de la Tierra. Se calcula que este proceso seguirá por varios millones de años, hasta que finalmente la Luna tarde 55 días en completar su órbita, lo doble del tiempo actual.
Eso no significa que por fin podremos ver el lado oculto de la Luna, ya que conforme ésta demora más en completar su órbita, la velocidad de rotación de la Tierra disminuye, manteniendo ambos cuerpos en equilibrio.
Si fuera posible celebrar una Olimpiada en la Luna, los resultados serían sorprendentes. Los saltadores de altura se elevarían seis veces más, los de distancia llegarían más lejos y los lanzadores de bala enviarían sus proyectiles a distancias asombrosas, todo debido a que la gravedad en la Luna es apenas una sexta parte de la que hay en la Tierra.
En 1665, Isaac Newton explicó por primera vez la fuerza de gravedad y estableció unas fórmulas matemáticas conocidas como leyes de Newton, con las que se calcula la atracción gravitacional sobre la superficie de la Luna.
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Newton explicó que todo objeto ejerce una fuerza de gravedad; la atracción entre dos cuerpos, como la Luna y la Tierra, depende de sus masas ?a mayor masa, mayor atracción? y de la distancia que los separa, medida desde el centro de cada cuerpo.
Las leyes de Newton aún funcionan a la perfección y se utilizan para guiar naves espaciales. Una nave con destino a la Luna tardaría más tiempo en llegar y no se golpearía con tanta fuerza como una que cayera en la Tierra.
La masa lunar es mucho menor que la terrestre debido a que la Luna es más pequeña, sólo una cuarta parte del diámetro de la Tierra, que en total es de 12,800 km.
Además, el material que forma la Luna es más liviano; en promedio, un centímetro cúbico de roca lunar pesa 3.3 g en comparación con los 5.5 g de un centímetro cúbico de material terrestre. Por ello, la gravedad de la Luna es mucho menor que la de la Tierra.