X-Men: Apocalipsis
Apocalipsis, el mutante más poderoso, recluta un equipo, encabezado por Magneto, para acabar con toda la humanidad y crear un nuevo orden mundial. Es lamentable que un blockbuster de casi dos horas y media,...
Apocalipsis, el mutante más poderoso, recluta un equipo, encabezado por Magneto, para acabar con toda la humanidad y crear un nuevo orden mundial.
Es lamentable que un blockbuster de casi dos horas y media, cuyo cometido es sorprender y entretener, termine dejando la sensación de pérdida de tiempo. Más aún cuando su director tiene experiencia en espectáculos de esta índole y en el reparto hay gente de tanto talento como Michael Fassbender, Oscar Isaac o Jennifer Lawrence. Terrible.
Bryan Singer afirmó que ‘X-Men: Apocalipsis’ es el clímax de la saga, de la historia iniciada con la estupenda ‘X-Men’ en el año 2000. Sin embargo, lo que ofrece dista mucho de ser un punto culminante y tampoco finaliza nada (más allá de acabar con el villano); es una entrega más, pilotada en automático, que no aporta nada especialmente positivo o relevante. Si acaso, confusión sobre cómo encaja esta línea temporal con la primera trilogía.
Kinberg firma el libreto de ‘X-Men: Apocalipsis’ a partir de una historia donde colaboró Singer (entre otros) y que parece el resultado de dos esfuerzos que no llegan a integrarse, se perjudican. Por un lado, retomar y culminar las tramas de los personajes veteranos y, por otro, renovar otra vez la saga con una segunda generación que, al parecer, pretende tomar el relevo en una nueva aventura ambientada en los años 90.
A estas intenciones hay que sumar la meta del estudio: arrasar en taquilla ofreciendo un carrusel de acción y fuegos artificiales a un público que recientemente ha visto ‘Batman v Superman’ y ‘Capitán América: Civil War’. La coherencia y el buen juicio en ‘X-Men: Apocalipsis’ son aspectos secundarios, los personajes importan poco y la narrativa es un desastre. Se pierde en conversaciones anodinas y situaciones rutinarias, la música de John Ottman agota, y sólo algunos momentos inspirados la mantienen a flote.
En un torpe prólogo (las rocas: el peor enemigo de un superhéroe), conocemos a En Sabah Nur, quien duerme miles de años hasta que lo despierta un grupo de adoradores que desaparece sin más. Nos explican que es el primer mutante, casi un Dios, rodeado de cuatro protectores a los que otorga grandes poderes. Lo que vemos es otra cosa: un feísimo charlatán que aprende inglés e Historia moderna tocando una televisión, con muy mal ojo para reclutar. Y se empeña en mandar un mensaje a la humanidad a través de Xavier cuando su plan es… destruir el mundo.
No hay flashbacks que muestren su origen o aclaren sus motivaciones, no hay evolución, Apocalipsis es un villano plano y aburrido, con malos diálogos y una caracterización propia de los Power Rangers. Para colmo, se le unen tres secuaces de pacotilla y un Magneto confundido por una forzadísima tragedia familiar (sabes que es cuestión de tiempo que cambie de opinión). Del otro bando cabe destacar una Raven/Mística irreconocible como heroína (neutralizada si la agarran por el cuello), un divertido Rondador Nocturno y un extraordinario Quicksilver que pide a gritos un spin-off.
Y al final, no ha pasado nada. Felices y trajeados, sin rencores ni remordimientos. Continuará. Sorprendente después de que ‘Batman v Superman’ y ‘Civil War’ se hayan detenido a plasmar los efectos y daños colaterales de los superhéroes. Tras el soplo de aire fresco que supuso ‘Primera generación’, lo mejor que podría ocurrir a la franquicia es que 20th Century Fox sustituya a Kinberg y Singer por otros cineastas con nuevas ideas. La Patrulla X da para mucho más.