¿Y si el 14 de febrero regalas un árbol en lugar de flores?
La industria de las flores tiene un elevado impacto sobre el medio ambiente debido a sus métodos de cultivo y transporte.
La industria de las flores cortadas tiene un elevado impacto sobre el medio ambiente debido a sus métodos de cultivo y transporte. Mientras que cada flor cortada puede llegar a emitir 3 kg. de CO2 un solo árbol es capaz de limpiar hasta 250 kg de CO2 a lo largo de su vida.
El día de San Valentín supone un importante incremento en la compra de flores, pues es la fecha con mayor volumen de ventas seguida de la Navidad/Jánuca.
A pesar de que la industria proporciona trabajo a miles de personas alrededor del mundo, la floricultura tiene un significativo costo para el medio ambiente.
En México la mayoría de flores que se compran en florerías locales, mercados o supermercados son importadas de otros estados, lo que conlleva que durante su transporte se emitan grandes cantidades de CO2.
Los principales estados productores de flores son Estado de México, Morelos, Querétaro y Puebla, donde se cultivan principalmente rosas, el regalo típico de San Valentín.
Tan solo durante 2018, el volumen de producción nacional de rosas fue de 9,043,571 gruesas (doce docenas) según el Atlas Agroalimentario 2019.
Las emisiones de carbono asociadas a la floricultura pueden ser de hasta 3 kg de CO2 por flor
El coste de carbono que supone el transporte y la refrigeración de las flores hasta su venta representan un significativo impacto medioambiental.
Ecuador es el país de donde se adquiere la mayor parte de compras externas de rosas, seguido de Colombia, Países Bajos y Alemania.
En algunos de esos países se necesitan enormes cantidades de energía para el cultivo para abastecer la demanda debido a que cuentan con cielos nublados la mayor parte del año, lo que obliga a cultivar las flores en invernaderos, que se calientan mayoritariamente a través de la combustión de gas, lo que libera grandes cantidades de CO2 a la atmósfera.
Por tanto, la distancia en el transporte de flores cortadas, así como la manera de ser cultivadas en los diferentes países proveedores de esta flor ornamental, están relacionadas con una mayor emisión de CO2.
Cada flor cortada emite hasta 3 kg. de CO2, mientras que un árbol elimina hasta 250 kg. de CO2 durante su vida
Un estudio de la Universidad de Cranfield demostró, por medio de un análisis de ciclo de vida, que las rosas vendidas en Reino Unido y cultivadas en Países Bajos emiten seis veces más CO2 que las rosas cultivadas en Kenia y vendidas también en Reino Unido. Esto supone unas emisiones de hasta 3 kg de CO2 por flor.
A pesar de ser países geográficamente más cercanos, lo que disminuye las emisiones de CO2 por transporte. La floricultura en Países Bajos produce un costo de carbono más elevado debido al intenso cultivo de las flores en invernaderos y las largas distancias que deben recorrer para llegar a manos de los enamorados.
La demostración de amor o amistad no tiene por qué ser incompatible con cuidar del medioambiente. Existen alternativas más duraderas, amables y respetuosas con el planeta, como la plantación de árboles como parte de un proyecto de reforestación.
Gracias a plataformas de reforestación profesionales como Tree-Nation, que ya ha plantado más de 130,000 árboles desde el 1 de enero del 2020, los usuarios pueden plantar árboles fácilmente alrededor de todo el mundo.
Mientras que cada flor cortada puede llegar a emitir 3 kg de CO2, un solo árbol es capaz de limpiar hasta 250 kg de CO2 a lo largo de su vida. Además, las flores cortadas duran unos cuantos días, mientras que un árbol puede durar tanto como una relación. Incluso más…