Ya revisé mi llanta y se sigue desinflando, ¿por qué?
Una de tus llantas se desinfló de nuevo y no puedes encontrar ningún daño visible. Sigue leyendo para saber porqué la misma llanta sigue perdiendo aire.
Nada es más frustrante que parar para llenar una llanta poco inflada cada semana o dos. Claro, lo primero que buscabas es a una punción o rasguño. Y Es normal que las llantas pierdan algunas libras de aire por los cambios de temperatura.
Pero si la temperatura es consistente y tu llanta pierde presión constantemente, hay una fuga que necesita atención. Antigüedad, exposición a contaminantes, y estrés puede causar que partes de tu llanta y bordes de la rueda fallen. Pero ¿qué debes hacer si no llanta no está visiblemente dañada?
Pasar por encima de cualquier objeto filoso puede punzar una llanta. Un pequeño clavo puede hacerlo y después caerse, causando una fuga.
Al estar hechas de goma, los vástagos de las válvulas pueden deteriorarse con el tiempo. También se pueden dañar por golpear una curva e incluso en un lavado automático de autos.
Mantén tu vástago de válvula limpio y siempre cambia la tapa, pero no lo aprietes de más. Al hacerlo puedes dañar el centro de la válvula. Apretarlo con la mano es suficiente.
Una llanta rota o rasgada no es segura, especialmente si el rasguño está en la pared. Manejar con una llanta debilitada, aunque la fuga sea menor, es peligroso. Agrega a eso una llanta poco inflada que se puede sobrecalentar y tendrás como resultado un pinchazo.
La cuenta es donde una llanta se sella así misma al neumático. Las cuentas de llantas más antiguas y las llantas que se han “podrido en seco,” podrían haber perdido elasticidad y no sellar correctamente.
Las cuentas también se pueden dañar cuando una llanta está montada o desmontada sin el uso de lubricante de neumáticos y se pueden rozar por un neumático corroído. Una solución para una cuenta dañada, que no se puede sellar al neumático, es una llanta nueva.
La corrosión donde el neumático se une con la cuenta de la llanta es una causa común por la cual puede estar perdiendo presión. El aluminio fundido a presión y las llantas ligadas en magnesio son más susceptibles a la corrosión.
Asegúrate de que tu técnico inspeccione la zona donde la llanta y la cuenta se sellan antes de instalar llantas nuevas. Además de no estar seguro, incluso un neumático nuevo no se sellará correctamente a una rueda muy corroída. Se suele pasar de largo la porosidad de las ruedas, donde el aire se fuga por el neumático en sí.
Usualmente causado por una fundición pobre o corrosión por usar los pesos incorrectos de ruedas, hay un modo propio y aceptado para reparar este tipo de fugas. No inyectes a tu neumático con sellador para arreglar un borde con fugas.
Podría ser muy difícil de limpiar y podría arruinar un neumático reparable o el sensor del sistema de monitoreo de presión.
Estás jugando un juego peligroso si piensas que al inflar de más una llanta con una fuga lenta puede incrementar el tiempo entre rellenos. Además de un viaje duro y ruidoso, una llanta inflada de más se desgasta más rápido, y el rendimiento en general sufre.
Las llantas rígidas e infladas de más son inestables, pierden tracción fácilmente por el área de contacto entre el dibujo de los neumáticos y la carretera (piensa en una pelota de basketball), y hace que las paredes sean vulnerables a poncharse cuando golpean un bache.
Cualquier cosa puede dañar a una llanta: punciones de un clavo, fragmentos de metal, un vidrio roto, un trozo de madera, un neumático roto o rupturas de la pared por golpear baches o curvas—son considerados daños por peligro de carretera.
Solo tu técnico puede determinar cuáles son reparables. Así que, como puedes ver, hay muchas razones por las cuales tus llantas se pueden quedar sin aire. Inspecciona tus neumáticos y revisa la presión del aire al menos una vez al mes.
Las llantas infladas correctamente duran más tiempo, van más parejo, y son más seguras para manejar.
Tomado de rd.com Why Does My Tire Keep Going Flat?