Descubre lo que hay detrás de estos programas, tan populares en la actualidad, pero con un contenido muy hueco.
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1. Los reality shows no son reales. No tenemos un guión, pero sí escritores que inventan parlamentos y manipulan las tomas grabadas para crear dramatismo y dar forma a una historia. Ah, y también repetimos las cosas todo el tiempo. En Biggest Loser, los concursantes tienen que subirse a la báscula unas cinco veces para que el camarógrafo los capte desde todos los ángulos.
2. Tratamos de reclutar el mayor talento posible y gastar lo menos posible. Cubrimos los gastos de 99 por ciento de los participantes, y quizá les paguemos 20 o 30 dólares diarios, pero eso es todo.
3. A menudo grabamos frases sueltas y las editamos para que parezcan un diálogo, aunque esto tergiverse su sentido; incluso podemos inventar charlas completas. Si ves a alguien hablando y de pronto la cámara enfoca otra cosa pero se sigue oyendo la voz, lo más probable es que todo esté editado.
4. En la mayoría de los programas de concurso, una cláusula del contrato estipula que el productor tiene la última palabra en cuanto a quién debe ser eliminado. Los jueces normalmente eligen a quiénes, pero a menudo el productor interviene y dice: “Esta persona ayuda mucho a mantener el rating del programa; no quiero que salga todavía”.
5. ¿Te dan ganas de remodelar tu baño en un solo día después de ver a alguien hacer eso en la tele? No te precipites. Quizá parezca que le llevó sólo 24 horas, pero lo cierto es que un equipo de profesionales hizo el trabajo en dos semanas. Y el presupuesto que asignamos no es realista en absoluto.
6. Un consejo para solicitar ser parte de un reality show: habla de tus debilidades, que tienes fobia a las serpientes o que detestas a los abogados. A los productores nos encanta presentar esos casos.
7. En los programas de concurso donde participan sólo “celebridades”, éstas se ponen de acuerdo por teléfono previamente. Como la mayoría de ellas son muy volubles, rompen las alianzas incluso antes de empezar el juego, así que el show sigue siendo interesante.
8. Los grandes reality shows investigan a fondo a los posibles participantes. Además de telefonear a sus amigos y familiares, los sometemos a entrevistas interminables, pruebas de uso de drogas y exámenes físicos y psicológicos.
9.Algunos reality shows tienen mucho montaje. Por ejemplo, varias de las casas mostradas en House Hunters supuestamente eran de conocidos del productor y ni siquiera estaban en venta. En cuanto a los programas sobre los riesgos de diversos oficios, muchos productores crean escenas falsas (como un árbol cayendo encima de un leñador) para añadir dramatismo.
10. Cierta vez elegimos a una mujer para hacer de villana y resultó ser un dulce. Me reuní con ella y le dije: “Escucha, te escogimos para este papel. Si quieres hacer un buen programa, ayudar a que la serie se mantenga y ganar más dinero el año entrante, entonces tienes que actuar. Si no, serás eliminada sin miramientos”. Dio resultado.
11. Las entrevistas frente a las cámaras siguen un guión. Puedes “persuadir” a un miembro del elenco para que piense de cierta manera, o decirle algo para que cambie de tono.
12. ¿Quieres saber los costos de un reality show? Fíjate en los escenarios. Si lo graban en calles y parques, es de bajo presupuesto. Para ahorrar dinero, yo he grabado algunas cosas en mi casa.
13. No ves más que una parte de la acción en el episodio de 42 minutos que acaban de transmitir. Por ejemplo, en The Biggest Loser se usan 11 cámaras que graban ocho horas al día. Esto equivale a 88 horas de rodaje diarias, los siete días de la semana. Así que acabamos con 616 horas de video tan sólo para el episodio de una semana. Esto nos permite crear la línea argumental que queremos.
Fuentes: Pascual Romero, ex productor de reality shows; Rob Cesternino, dos veces concursante en Survivor y administrador del sitio robhasawebsite.com; un asistente de dirección de un reality show, y un productor de reality shows.