Si tu capacidad pulmonar es baja, estos ejercicios (diseñados para pacientes de enfermedad pulmonar obstructiva crónica) pueden ayudarte contra la inflamación de tus pulmones para poder respirar mejor.
Usa el diafragma
Este es el músculo que controla la respiración, y dado que se localiza justo arriba del abdomen, puedes fortalecer ambos al mismo tiempo.
Acuéstate sobre la espalda con las rodillas flexionadas, coloca una mano en tu abdomen y la otra en el pecho. Inhala profunda y lentamente llevando el aire hacia el abdomen (la mano que está sobre este debe levantarse más que aquella sobre el pecho conforme lo haces).
Exhala por la boca. Intenta esperar siete segundos antes de repetir estos ejercicios y realizar otra inspiración.
Imagina que remas en un bote
Este ejercicio fortalece los músculos superiores de la espalda y expande la cavidad torácica, permitiendo una máxima capacidad pulmonar. Siéntate en el piso con las piernas hacia el frente y las rodillas ligeramente flexionadas.
Coloca una banda de resistencia alrededor de las plantas de los pies y crúzala en forma de X frente a ti. Sosteniendo un extremo con cada mano, extiende los brazos; después jala hacia atrás hasta que las manos toquen el pecho. Repite el movimiento por lo menos seis veces, tres días a la semana.
Camina 20 minutos
No solo activarás el corazón y los músculos de las piernas, también reforzarás el área que rodea los pulmones para ayudarlos a funcionar mejor. Aprovecha al máximo tu paseo parándote erguido, con la cabeza hacia arriba y los hombros hacia atrás, y da pasos de talón a punta.
Estas pequeñas modificaciones evitan que la caja torácica se comprima, permitiendo que tus pulmones se expandan al máximo. Incorpora una respiración profunda para aumentar la cantidad de aire que entra. Hazlo tres o cuatro veces por semana.
