Tu figura será más esbelta con solo caminar
Caminar mejora el tono muscular de la parte inferior de tu cuerpo y consume calorías; una caminata de 45 minutos a paso veloz quema 270 calorías.
Caminar es seguro, de bajo impacto y puede incorporarse a la rutina diaria. La Fundación para la Prevención de Cardiopatías y Enfermedades Cerebrovasculares de Canadá recomienda de 30 a 60 minutos de caminata rápida al día.
Pero el ejercicio de caminar tiene su chiste, y hacerlo correctamente brinda máxima potencia con mínimo esfuerzo. Combina la manera adecuada de andar con la buena postura, y te verás más esbelta.
He aquí cómo hacerlo.
La clave para no desperdiciar energía y mantener el equilibrio al caminar es sostener el cuerpo recto pero relajado. Inclinarse demasiado hacia delante o hacia atrás mientras se camina puede ejercer una presión innecesaria sobre las caderas, las rodillas y la columna vertebral.
Cuando des un paso hacia delante, aterriza naturalmente sobre el borde exterior del talón y no con el pie plano. Después, gira el pie hacia dentro de modo que el borde interno de la planta soporte una cantidad mayor de peso corporal.
Este giro hacia dentro al caminar —llamado pronación— absorbe el golpe y ayuda a equilibrarte. Sin una pronación adecuada, el pie y el to’¡billo presentan dificultad para estabilizar el cuerpo.
Si ya eres una caminante ávida, aumenta la distancia que recorres. Pero no tienes que caminar más lejos o con mayor rapidez para hacer trabajar más tus músculos; caminar cuesta arriba o en superficies suaves, como la arena, aumenta el trabajo muscular.
Cuida la longitud de tu zancada. Cuando caminas para ejercitarte, un error bastante común es adelantar mucho el pie de enfrente. Esto puede lastimar tobillos y rodillas, y provocar dolor en los músculos de las espinillas.
Concéntrate en dar pasos cortos pero rápidos.
Una buena manera de no perder la motivación es usar un podómetro. El número ideal de pasos, según los expertos del corazón, es 10,000 (unos 8 km al día).