Abusar de broncodilatadores impide controlar el asma
La mayoría de las personas con asma quiere algo que puedan inhalar y de inmediato los alivie, "pero ese es el peor error".
Actualmente, en México el asma es un problema de salud pública. Hay un subdiagnóstico y, lo que es peor, solo 5 de cada 10 personas diagnosticadas tiene control de su enfermedad.
El asma es una enfermedad respiratoria que se caracteriza por la tos, el ahogo, los pitidos o la sensación de opresión en el pecho, y que a menudo impacta de forma importante en la calidad de vida de quienes la padecen.
En 2021, la tasa nacional de incidencia en México indicó más de 40 mil casos nuevos de asma, siendo esta situación de importancia en la atención de las Enfermedades No Transmisibles.
El asma no tiene cura, sin embargo, es posible controlarla y que las personas que viven con el padecimiento tengan una mejor calidad de vida, indicó el Dr. Carlos García Bolaños, especialista en neumología pediátrica.
Además del subdiagnóstico que existe, solo 5 de cada 10 personas diagnosticadas con asma están controladas.
Uno de los principales problemas para alcanzar el control de la enfermedad es el sobreuso de los broncodilatadores de acción rápida, fármacos necesarios, pero mal empleados en la mayoría de los casos.
El paciente opta por las opciones que le den alivia inmediato, enfatiza García Bolaños.
El 90 por ciento de las personas con asma quiere algo que puedan inhalar y de inmediato los alivie, por ello echan mano de los broncodilatadores de acción corta, “pero ese es el peor error”.
“Es lo más grave que estamos tratando los médicos, pues si bien los broncodilatadores de acción corta controlan los síntomas los primeros cinco minutos después de ser inhalados, no hacen nada contra el proceso inflamatorio, que es la parte fundamental de la enfermedad” precisa el especialista.
El abuso tendrá consecuencias a corto y largo plazo. Si solo se usan los broncodilatadores de acción rápida el proceso inflamatorio persiste y el paciente estará en problemas, pues irá más seguido a urgencias, presentará crisis más graves y aumentará el riesgo de mortalidad, pues una crisis puede complicarse.
Es por ello que los broncodilatadores de acción corta solo deben usarse en una crisis y por periodos cortos.
Otro de los problemas que enfrentan los médicos es el pobre apego al tratamiento y la falta de información.
Una encuesta realizada entre casi 4,000 pacientes arrojó que el 39 por ciento cree que no hay necesidad de tomar el medicamento todos los días, pues se sienten bien, y el 90 por ciento desea un tratamiento que mejore los síntomas de inmediato, comentó el neumólogo.
El asma es una enfermedad de inflamación, un tejido que está inflamado es un tejido que ocupa espacio.
“Imagina que las vías respiratorias son un tubo; si está inflamado cuesta que entre y salga el aire” ejemplificó Elsy Navarrete, alergóloga adscrita al Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”.
Además, la vía aérea se vuelve hiperreactiva, es decir, cualquier estímulo, como el cambio de clima, provoca que el bronquio se cierre.
Por ello, son necesarios los corticosteroides inhalados, medicamentos que reducen la inflamación y la producción de mucosidad en las vías respiratorias para facilitar tanto la entrada como la salida de aire de los pulmones.
Por ello desde el inicio del milenio, los fármacos han sido creados para atacar el origen de la enfermedad, que es la inflamación, explica Alberto Hegewisch, director médico de AstraZeneca México. El Dr. Carlos García Bolaños apoya el empoderamiento del paciente a través de la educación.
“Hay que explicarle que existen dos grupos de medicamentos para tratamiento del asma: los que son para las crisis como el salbutamol o de acción corta, que solo en caso de crisis se usa por periodos no mayores a cinco días y al sexto se cambia por un corticoide inhalado solo o combinado, según decida el médico.
Ambos son importantes, ambos son necesarios, pero lo deseable es que el paciente lleve un tratamiento controlado y permanente, no solo que ataque sus crisis con esterocorticoides.
El asma no controlada incluye crisis frecuentes que requieren medicación o algunas otras graves que pueden llegar a requerir hospitalización. Estos mitos evitan un buen control del asma.
Se estima que el 25 por ciento de las personas con asma no tienen adherencia a su tratamiento; además de que al menos una de cada 10 personas no se ha sometido a una revisión de la enfermedad en los últimos dos años.
Las personas que no reciben un tratamiento adecuado contra el asma pueden sufrir trastornos del sueño, cansancio durante el día y problemas de concentración.
Las personas con el padecimiento y sus familiares pueden tener que ausentarse de la escuela y el trabajo, lo que tiene repercusiones económicas para la familia y la sociedad.
También pueden haber complicaciones severas como:
La educación sanitaria en asma juega un papel fundamental para el autocuidado, ya que favorece a un mejor manejo de la enfermedad, reduciendo crisis, visitas médicas de urgencia y hospitalizaciones, minimizando el impacto en la calidad de vida de las personas que la padecen”, finalizó la alergóloga Elsy Navarrete en el encuentro ‘Cada respiro cuenta’.