Amo lo que hago
Phil Collins, la estrella británica de la música pop, habla aquí sobre derramar lágrimas, de sus añoranzas y de lo que aprendió de un colega que no le cae bien. Semblanza breve El cantante,...
Phil Collins, la estrella británica de la música pop, habla aquí sobre derramar lágrimas, de sus añoranzas y de lo que aprendió de un colega que no le cae bien.
Semblanza breve
El cantante, músico y compositor Philip David Charles Collins nació el 30 de enero de 1951, en Londres. En 1970 se incorporó a la banda Genesis como baterista. Cuando, cinco años después, Peter Gabriel abandonó el grupo, Collins lo reemplazó como vocalista principal. En 1981 se lanzó como solista. Hoy día está divorciado y tiene cuatro hijos.
Este hombre de 64 años es uno de los intérpretes de música pop más exitosos de la historia, no sólo como ejecutante solista, sino también como baterista y vocalista de la banda de rock Genesis. En total, Phil Collins ha vendido la friolera de 250 millones de discos. Sus ocho álbumes como solista, junto con otras grabaciones de su amplio repertorio, acaban de ser remasterizados y relanzados. Uno de ellos es Face Value, el disco con el que debutó como solista (1981), el cual incluye In the Air Tonight y otras canciones que reflejan la confusión emocional por la que el artista pasaba en ese tiempo: su divorcio de su primera esposa, Andrea, y su amargura y frustración por el final de su matrimonio.
¿Qué sientes al escuchar todas esas canciones que reflejan un periodo turbulento de tu vida?
Las he escuchado de vez en cuando desde que las escribí. Sin embargo, en ningún momento se me ha ocurrido pensar: “¡Válgame, Dios, esta canción es genial!”, o “Ésta es mi vida pasando delante de mí”.
¿Eres la prueba viviente de que el sufrimiento genera buen arte?
[Se ríe] Sí, admito que he derramado algunas lágrimas.
¿A dónde está el baterista que eras? ¿Aún tomas las viejas baquetas de vez en cuando?
No. Estoy luchando todavía contra el problema neurológico de mi brazo izquierdo. Todo empezó alrededor de 2007, en los días de la reunión de Genesis. En esa gira algo le pasó a mi codo izquierdo. Sigo sin saber cuál fue la causa y sin poder sostener una baqueta correctamente. Soy incapaz de sujetarla.
¿Es un trastorno nervioso?
Exactamente. He pasado por varias operaciones, una de ellas en el cuello, que probablemente había que hacer de todos modos. Una prueba de resonancia magnética mostró que algunas de mis vértebras se rozaban, así que me arreglaron eso, pero no ayudó al brazo. Después de dos operaciones más, está un poco mejor. Hace unas semanas me hicieron también una electromiografía, en Miami, para medir la actividad eléctrica de los músculos. En esa ciudad hay excelentes médicos que tratan lesiones vertebrales y trastornos neurológicos. Me están atendiendo dos de los mejores.
¿Intentas curarte a toda costa?
Así es. Al principio no me molestaba. Había tocado la batería toda mi vida, y cuando uno se hace viejo, las cosas se acaban. Ahora me encuentro en otra situación; voy a vivir con mis hijos. Resido en Miami, donde ellos viven, así que los veo todos los días, mientras crecen. A ellos les encantaría verme de gira de nuevo, y su entusiasmo me alimenta.
No hace mucho te uniste a la banda escolar de tus hijos para cantar en un concierto, ¿no es así?
Es verdad. Hace dos años mi hijo Nicholas, que tenía 12, era el baterista de la escuela. Su profesor de música le dijo: “Sería genial si tu papá pudiera venir y cantara contigo”, así que Nicholas me lo propuso, y fui y canté con él. Fue muy divertido. Interpretamos In the Air Tonight, y él tocó mi parte en la batería.
¿Qué estás escuchando en estos días?
No escucho música.
¿Ni siquiera música clásica?
No. No es que lo evite, sino sólo que no escucho música. Antes, me sentía mal cuando la gente me preguntaba “¿Qué estás escuchando?” Yo trataba de mencionar algo, pero no podía. Entonces leí una entrevista a Roger Waters [el bajista de Pink Floyd], quien, por cierto, no me cae bien [se ríe]. Cuando le hicieron esa misma pregunta, respondió: “No me importa nada más. Sólo me importa lo que hago. Escucho lo que hago. Estoy tratando de hacerlo mejor”. Y yo pensé: “Bueno, así es exactamente como me siento”.