¿Asma provocado por el ejercicio? ¿Qué tan malo es para ti?
Se diagnostica cuando se tienen contracciones bronquiales de 5 a 10 minutos después del inicio o la terminación de alguna actividad física vigorosa.
Los investigadores suponen que se debe a la pérdida de líquidos o cambios energéticos y de temperatura.
Si solo el ejercicio es el disparador del asma, la enfermedad pasará inadvertida. La falta de aliento y el jadeo pueden ser el único síntoma, por lo que es fácil confundirlos con una mala condición.
Al hacer ejercicio, suspende la actividad en caso de que te quedes sin aire, que disminuya tu resistencia o que sientas dolor en el pecho, náusea y garganta irritada. En general, el ataque dura poco, pero puede ser tan aterrador como cualquier otra complicación respiratoria.
La única forma segura de establecer si tus síntomas se relacionan con asma es una prueba médica de esfuerzo en la que se mide la función pulmonar antes y después de una rutina de 10 minutos de ejercicio.
Los medicamentos son lo más importante para el control de los síntomas, pero hay algunos pasos adicionales que pueden ayudarte.
La mayoría de los medicamentos para el asma controlan también la inducida por ejercicio. Lo que necesitas y la dosis dependen de si el ejercicio es el único disparador, con qué frecuencia te ejercitas, qué tipo de ejercicio haces y cuál es tu capacidad física.
Entre los medicamentos preventivos están los estabilizadores de mastocitos, como el cromoglicato de sodio y el nedocromilo.