¿Bañarse con agua fría? Estos son algunos beneficios
Bañarse con agua fría puede tener varios efectos positivos sobre el cuerpo y la mente.
Cuando piensas en darte un baño, seguro lo primero que se te viene a la mente es tener una ducha con agua tibia o caliente para disfrutar al máximo de un momento relajante.
Sin embargo, desde hace ya algunos años se ha demostrado que bañarse con agua fría (casi helada) tiene grandes beneficios.
Aumenta la circulación sanguínea
El agua fría puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea al estimular los vasos sanguíneos y aumentar el flujo de sangre hacia los órganos vitales.
Esto puede ser beneficioso para la salud cardiovascular y para reducir la inflamación.
Fortalece el sistema inmunológico
Los baños de agua fría pueden estimular el sistema inmunológico al aumentar la producción de glóbulos blancos y otros componentes importantes del sistema inmunológico.
Mejora el estado de ánimo
El agua fría puede liberar endorfinas en el cuerpo, lo que puede mejorar el estado de ánimo y reducir los niveles de estrés.
Ayuda a reducir el dolor muscular
Un baño de agua fría puede ayudar a reducir el dolor muscular y la inflamación después de un entrenamiento intenso o una actividad física extenuante.
Mejora la salud de la piel y el cabello
Cuando utilizas agua fría, tu piel y cabello la reciben de mejor manera; podrás notar como tu pelo deja de resecarse y que tu piel se siente más firme y tersa porque los aceites naturales que produces se ven menos afectados.
*Es importante tener en cuenta que los baños de agua fría no son adecuados para todas las personas, especialmente para aquellas con afecciones médicas preexistentes.
Por lo que es conveniente hablar con un médico antes de comenzar cualquier nuevo régimen de baño o de cuidado personal.
Si te animas a bañarte con agua fría, recuerda hacerlo poco a poco.
Es decir, puedes comenzar con ir bajando lentamente la temperatura de manera que el agua este suficientemente fría y que te cause un poco de incomodidad.
Permanece bajo el agua durante 2 ó 3 minutos. Respirar profundamente te ayudará a disminuir el malestar mental que se genera por el cambio.
La próxima vez que intentes este ejercicio, haz que el agua esté ligeramente más fría. Intenta aguantar uno o dos minutos más en esta temperatura.
Después de realizar esta actividad entre 7 y 10 veces, descubrirás que incluso te apetecerá una ducha más fría que caliente.
Con información de Healthline Cold Shower Benefits for Your Health