Controla síntomas en epilepsia refractaria, así como en síndromes de Lennox-Gastaut y de Dravet, además de esclerosis múltiple, Parkinson, Alzheimer y migraña.
El uso de cannabis medicinal en enfermedades neurológicas se remonta a miles de años; sin embargo, es relativamente reciente que los componentes activos han sido identificados y sus mecanismos de acción han comenzado a comprenderse por medio de la experiencia anecdótica pero, sobre todo, por la evidencia científica, lo que implica múltiples beneficios para millones de pacientes tan solo en México
“Cuando hablamos de cannabinoides en neurología, resulta importante mencionar al sistema endocannabinoide, el cual poseemos todos los seres humanos. Los endocannabinoides y sus receptores se encuentran en diversas áreas tales como el sistema nervioso central, tejido inmunológico y muchos otros órganos y sistemas en el cuerpo” refirió la doctora María Fernanda Arboleda, directora internacional de servicios médicos en Khiron Life Sciences Corp.
Uno de los principales objetivos del sistema endocannabinoide es regular y generar un balance entre diversos sistemas, a lo que se denomina homeostasis.
Existe un tono de ese sistema endocannabinoide que permite la regulación del sistema inmunológico y digestivo, el metabolismo, el apetito, el ciclo sueño/vigilia, la inflamación, el estado emocional, regular el estrés, el dolor, e incluso la función cardiovascular, entre muchos otros mecanismos involucrados.
La especialista en medicina del dolor y cuidados paliativos agregó que algunas teorías establecen que si este sistema sufre un desequilibrio se desencadenan algunos síntomas, y, por lo tanto, al administrar cannabinoides exógenos (de la planta de cannabis), el sistema regresa a su equilibrio y los niveles vuelven a la normalidad.
Una de las áreas médicas donde estos beneficios han sido más analizados es en la neurología.
Los dos componentes del cannabis más estudiados son el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), y el cannabidiol (CBD), y es precisamente este último del que más se ha escuchado porque –al ser un componente no psicoactivo– ha permitido ser estudiado con más seguridad, sobre todo en la población infantil, para padecimientos como epilepsia, específicamente en los síndromes de Lennox-Gastaut y de Dravet.
Además de las enfermedades mencionadas, el CBD y THC han demostrado beneficios en afecciones neurológicas como enfermedad de Parkinson, Alzheimer, esclerosis múltiple y migraña porque controlan síntomas como ansiedad, insomnio y trastornos del sueño, inflamación, dolor, espasticidad y rigidez.
Las especialistas coinciden en que el cannabis medicinal no es la cura para estos padecimientos, y tampoco sustituye otros medicamentos, pero sí es una importante herramienta que, dependiendo de las condiciones y la evaluación del paciente se puede integrar al tratamiento prescrito por el médico.
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