Hicimos una minuciosa revisión de estudios recientes para saber qué alimentos tienen propiedades curativas comprobadas. Estos son los mejores.
Hicimos una minuciosa revisión de estudios recientes para saber qué alimentos tienen propiedades curativas comprobadas. A continuación te presentamos los mejores —y uno de los peores— para aliviarte de gripes y resfriados.
Caldo de pollo
El remedio favorito de la abuela contiene cisteína, un compuesto que ayuda a adelgazar la mucosidad y a aliviar la congestión. Este caldo también puede ayudar a reducir la inflamación de los pulmones.
Yogur
El yogur fresco y cremoso, así como otros productos lácteos, son ricos en cinc, el cual fortalece el sistema inmunitario.
Además contiene bacterias saludables, que son llamados probióticos. En cada gramo de yogur hay más de un millón de colonias de microorganismos vivos, que pueden sobrevivir a los ácidos del estómago y llegar intactas al intestino para protegerlo.
Cítricos y bayas
La vitamina C no previene los resfriados, pero los estudios indican que consumir alimentos con alto contenido de esta vitamina puede hacer más rápida la recuperación.
No existen evidencias científicas de que la vitamina C evita los resfriados, pero puede aumentar la proliferación de linfocitos MK, que mejoran la respuesta del sistema inmunológico. También produce un leve efecto antihistamínico, lo que puede reducir los síntomas nasales.
Especias
El ajo, la cúrcuma, los chiles picantes y otros condimentos de sabor fuerte ayudan a descongestionar la nariz y los senos paranasales.
Sobre el ajo, en específico, científicos del St. Joseph Family Medicine Residency en Mishawaka, Indiana (EE.UU.) revelaron que la ingesta de este alimento puede disminuir la frecuencia de los resfriados en adultos, aunque no tiene ningún efecto sobre la duración de los síntomas.
Carne roja y ostras
Además de proteínas, son una rica fuente de cinc.
Alcohol
Si bien debes beber muchos líquidos cuando tienes gripe o un resfriado, evita el alcohol. El vino, la cerveza y los licores dilatan los vasos capilares, lo cual congestiona los senos paranasales y reduce la capacidad del organismo de combatir la infección.
