Cómo hacer reír a una rata

…y otros hechos poco conocidos acerca del humor.

Es muy común que las cosas que nos parecen chistosas nos hagan reír, o al menos esbozar una sonrisa. Pero, ¿cuánto sabemos en realidad sobre la risa y el sentido del humor? Consultamos a seis expertos —un neurocientífico, dos psicólogos, un investigador del humorismo, un sociólogo y una instructora de yoga de la risa— para conocer todo acerca de la hilaridad.

¿Cuál es el chiste más antiguo?

No podemos saberlo, porque quizá sea anterior a la invención de la escritura, dice Christie Davies, profesor de sociología en la Universidad de Reading, Inglaterra. El libro de chistes más antiguo que se conserva, el Philogelos (“Amante de la risa”), data del siglo IV d.C., aunque los chistes que incluye son aún más viejos. Según el psicólogo Steve Wilson, director de la iniciativa National Humor Month, el libro contiene 265 chistes, entre ellos éste: “Un hombre va a la barbería, y el barbero le pregunta cómo quiere que le corte el pelo. El hombre responde: ‘Callado, por favor’”.

¿Por qué los videos “graciosos” de gatos son mucho más populares que —digamos— los de perros?

La respuesta parece residir en lo que mucha gente percibe como el lado oscuro de sus mininos. “Había un ‘meme’ de un gato con un letrero que decía: ‘Estoy pensando en matarte’”, dice Scott Weems, neurocientífico y escritor. “No estamos seguros de qué pensar sobre los gatos. Por un lado, son sumamente tiernos; por el otro, son descendientes de felinos capaces de comer humanos en la sabana africana. Así que quizá sea cierto que todo el día piensen en matarnos, y eso, creo yo, resulta chistoso”.

¿Los animales se ríen?

Todo indica que sí. Aparte de los simios y los perros, también las ratas se ríen, afirma Weems. ¿Y qué es lo que les causa risa? Según él, no hay nada mejor para hacer reír a estos roedores que ¡las cosquillas! “Basta con acariciarles la panza con los dedos, como lo hace uno con un bebé”, dice.

¿Los bebés tienen sentido del humor?

Weems cree que tienen un gran sentido del humor, aunque diferente del de los adultos. “Un ejemplo es el juego de ‘¡Aquí estoy!’ A los bebés les encanta, y es porque a su edad ver un rostro desaparecer los asusta un poco. Al sobresalto le sigue una oleada de alivio, pues la reaparición de la cara les demuestra que las cosas siguen allí aunque no las vean. La sucesión de sorpresa y alivio, al menos para un bebé, es como un buen sketch cómico para un adulto. El humor revela mucho sobre la complejidad del pensamiento humano”. Y de acuerdo con Rod Martin, profesor de psicología en la Universidad del Oeste, en London, Canadá, el sentido del humor comienza a desarrollarse a los cinco meses de vida, prácticamente cuando los bebés empiezan a reír.

¿Es posible que un niño no consiga desarrollar el sentido del humor?

Martin considera que si bien todos nacemos sin sentido del humor, a medida que nos desarrollamos cognitiva y socialmente comienzan a surgir en forma espontánea el humor y la risa. “Es cierto que algunos niños (al igual que los adultos) tienden a ser más serios y a reír con menor frecuencia, pero eso no significa que no aprecien el humor”, señala.

Y Wilson asegura que no existen adultos que carezcan de sentido del humor. “Prácticamente todos pueden desarrollarlo, y yo les enseño cómo”, dice. “Según con quien estemos, se manifiestan distintos aspectos de nuestro sentido del humor. Existe un componente social muy fuerte vinculado con este tema”.

¿Hay diferentes tipos de sentido del humor? ¿Cuáles son?

Martin dice que el humor desempeña funciones en todos los seres humanos. “Algunos disfrutan reír, bromear con otros y hacer reír a los demás”, explica. “Otros son más serenos e introspectivos, pero aun así encuentran muy divertidas las cosas absurdas de la vida diaria. También hay quienes usan el humor de maneras agresivas, como las burlas, el sarcasmo, los chistes sexistas o racistas, etc. En el caso de estas personas, el humor parece ser una forma de sentirse mejor a expensas de otras”.

¿Existe algún tipo de humor que sea verdaderamente universal?

De acuerdo con Davies, a todas las personas del mundo les encanta reírse de los errores ajenos. Y todas se ríen cuando alguien infringe las reglas verbales; en otras palabras, nos hace gracia que se rompan tabúes sobre cosas de las cuales no se nos permite hablar en público. “Aunque lo prohibido difiere mucho entre las distintas sociedades”, señala.

Por su parte, Peter McGraw, escritor y director del Laboratorio de Investigación sobre el Humor de la Universidad de Colorado en Boulder, considera que las bufonadas son una forma universal de humor porque no dependen del lenguaje para provocar la risa. “Lo único que hace falta es encontrar a la víctima correcta”, dice.

¿Las personas tienden a compartir un sentido del humor exclusivo de su identidad nacional?

El sentido del humor, en efecto, varía mucho entre los distintos países, señala Weems. Este asunto incluso ha sido objeto de medición científica: el humor británico tiende a basarse en el absurdo, mientras que el estadounidense es más crudo y agresivo. “En un estudio se pidió a personas de diferentes nacionalidades que calificaran la calidad de una serie de chistes, y se observó que a los alemanes prácticamente todo les parecía gracioso”, refiere el neurocientífico.

¿La risa puede mejorar el bienestar físico y emocional? ¿Es cierto que es la mejor medicina?

Aunque la risa no sustituye los tratamientos médicos, muchos expertos creen que puede tener un impacto positivo en la salud y el bienestar general. Davies señala que si bien la risa no tiene un efecto directo en la salud física, “es una parte muy útil de una estrategia cognitiva y conductual para buscar la alegría y evitar la tristeza, y está demostrado que los estados psicológicos influyen en la salud física”.

Weems sostiene que la risa es la mejor medicina, pero sólo “combinada con una buena dosis de penicilina”. Y añade: “Se ha demostrado que la risa mejora la salud cardiaca, la respuesta inmunitaria e incluso la tolerancia al dolor. Esto no debería sorprendernos, pues ya sabemos que el estrés y la ansiedad tienen efectos terribles en el cuerpo. ¿Por qué el humor no habría de hacer lo contrario? Creo que el humor se debe concebir como un mecanismo protector: permite mantener nuestra mente enfocada en cosas positivas, y nuestro cuerpo libre de estrés”.

¿Cómo puede ayudar el humor a afrontar la adversidad?

Por breve que sea, cualquier cosa que nos distraiga de nuestros problemas y preocupaciones puede ser benéfica. Wilson cree que el humor brinda equilibrio y perspectiva frente a las dificultades. “El alivio que produce la risa tiene mucho valor en momentos de adversidad”, dice. “El sentido del humor es una forma de ver las cosas; puede hacer que lo insoportable nos parezca un poco más soportable”.

¿Hay textos religiosos con sentido del humor o que incluyan chistes?

Si lo que buscamos es estallar de risa, quizá sea mejor ver una película cómica que leer un escrito religioso. “Existe algo de humor en los textos religiosos, en particular juegos de palabras e ironía”, observa Martin. “Sin embargo, en general no resultan muy graciosos. La actitud que acompaña la experiencia religiosa tiende a ser muy diferente de la que subyace al humor. Éste se burla de la pomposidad, del exceso de seriedad, y vuelve terrenales y antisolemnes las cosas. La religión, en cambio, las eleva: hace que lo trivial o mundano se vuelva importante y sagrado”.

¿La risa se contagia?

“Decenas de estudios han demostrado que el simple hecho de que haya gente riendo a nuestro alrededor basta para que nosotros riamos también”, dice Weems.

¿De qué se trata el yoga de la risa? ¿Puede ayudar a las personas?

Nira Berry es instructora de yoga de la risa, coach de salud y felicidad, y directora de la empresa LaughingRx. Obtuvo certificación como instructora del médico hindú que ideó esta práctica. Llamarla “yoga” no es muy exacto, dice Nira, ya que en las clases y talleres no se adoptan posturas de yoga. “Lo que hacemos es reír, respirar hondo, movernos y hacer tonterías”, explica. “Por ejemplo, nos damos saludos de mano ridículos, o simulamos que estamos conduciendo un auto y nos reímos… Nos reímos unos con otros, y hacemos y decimos bobadas”. Asegura que sus talleres aportan enormes beneficios emocionales a los participantes. “Al finalizar los talleres me dicen que se sienten reanimados, llenos de vigor y felices. ¡Es una experiencia increíble!”

Los seres humanos necesitamos quitarnos las ataduras y divertirnos un poco diariamente, añade; de lo contrario, nos sentimos desgastados. Y no es indispensable asistir a uno de sus talleres para obtener diversión. “Las personas deberían regalarse un momento para reír todos los días”, dice. “La vida puede ser estresante, y la risa es el ejercicio perfecto para disminuir el estrés”.