¿Cómo negociar y resolver conflictos en familia?
Ante los conflictos y las fuertes peleas que se desencadenan dentro de casa, los expertos nos enseñan a saber negociar y solucionar el problema.
Resolver conflictos familiares de manera asertiva y efectiva puede ser una tarea frustrante si no sabemos cómo enfrentarlas. Además, es importante conocer cuáles son los conflictos más comunes a los que se enfrentan las familias y sus estrategias para solventarlos.
UNICEF (United Nations International Children’s Emergency Fund / Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia) ha detectado que las principales causas de conflicto familiar se dan sobre:
Las estrategias que vamos a describir a continuación no son viables para situaciones en adicciones como el uso de drogas y alcohol, o cuando la integridad física de algún miembro de la familia está en riesgo.
Hablamos de poder solucionar los conflictos familiares donde exista, en al menos uno de los miembros, la suficiente templanza e inteligencia emocional para poder conducir la estrategia para expresar verbalmente lo que han sentido durante los conflictos, lo que ha creado esa emoción y a lo que aspiran para resolverlo. Recuerda que una vez planteados los problemas no se admiten imposiciones, se tiene que recurrir al pacto entre los afectados.
Por lo general queremos resolver los conflictos justo en el momento en que se da la discusión, y eso es un error, ya que el enojo, la frustración y la molestia están en su máxima expresión, y mientras las emociones están exacerbadas es muy difícil razonar. Hay que esperar al menos dos o tres horas después del conflicto, cuando las emociones se han calmado y las personas hayan podido reflexionar sobre su propia conducta en ese momento.
Podríamos hacer todo un tratado sobre el perdón, ya que es de las cosas más complejas y nobles que puede realizar un ser humano, y que invariablemente lleva a la libertad y a la paz espiritual. Es importante saber que cuando somos niños este proceso puede ser muy sencillo, sin embargo, hay personas a quienes les cuesta más trabajo entrar en un verdadero proceso de perdón sin importar si la falta cometida es pequeña o grande. En estos casos hay que trabajar con la idea de que el perdón a quien más conviene es a quien lo otorga, pues se autolibera de la carga del resentimiento. En otras palabras, otorgar el perdón conviene más a uno mismo.
Pero hay que saber otorgarlo con el fin de reparar el daño causado.
Después de que pasa el conflicto es más fácil razonar las cosas. Si en un proceso de negociación aparece algún tipo de descalificación o subida de tono, es probable que las personas implicadas en el conflicto todavía no estén preparadas para solucionarlo y haya que dejar algún tiempo más para solucionarlo. Habrá casos en los que será prácticamente imposible establecer una conversación sin que haya descalificaciones. En ese caso, se deberá llevar a cabo una intervención por parte de un especialista.
Cuando se cumplan las tres bases: solucionar el conflicto cuando ya ha pasado un tiempo, saber perdonar y pedir perdón, y evitar las malas maneras durante el inicio de la negociación, la persona estará dispuesta a pactar y ceder durante el proceso de negociación.
Cada uno de los miembros involucrados en el conflicto explican de manera subjetiva el problema. Esto ayuda a introducir el problema y ver cada uno de los puntos de vista. También facilita la verbalización y puesta en común del problema.
En esta exposición del conflicto la persona también puede decir lo que esperaba de aquella situación o qué le ha sentado mal directamente. Esto ayudará a crear una buena base para llevar a cabo la siguiente fase.
En esta fase se exponen varias soluciones posibles al problema. Estas nunca pueden ser espontáneas ni sin sentido. Todos los miembros involucrados tienen que pensar en soluciones claras, lógicas y factibles para ponerlas en práctica.
Una vez se tienen todas las posibles soluciones al problema, se conversa sobre la solución a escoger. Si hay una solución propuesta que convence a todas las personas presentes en el conflicto será esta la que finalmente se lleve a cabo; si por lo contrario no hay ninguna que convenza, se pasa a la negociación del problema.
Las soluciones no pueden ser impuestas sino que tienen que ser pactadas, de mutuo acuerdo entre las dos o más partes afectadas y con el convencimiento de que saldrá bien. Si esto no es posible hay que volver a la segunda fase o incluso a la primera, ya que puede ser que no se haya tenido en cuenta la visión de cada uno.
Este es el último paso para dar por completado el proceso de negociación. En este se pone a prueba la solución o las soluciones pactadas y adquiridas en la fase anterior.
Puede haber algunos problemas en este proceso, y si esto sucede significa que el proceso no ha finalizado correctamente, que ha habido algún tipo de fallo y que hay que volverlo a intentar desde el principio.
Recuerda que la familia es un organismo vivo, dinámico y en constante cambio, en el que todos sus miembros tienen un universo propio y con él.
No desistas en tus esfuerzos, y si te sientes rebasado pide ayuda a un experto. Recuerda que estamos para ayudarte en esta cultura de crianza con cariño y buen trato.
FUENTES: UNICEF, Terapeuta Familiar especializado en adicciones: Miguel Escalante. También recomendamos: 30 consejos para salvar a tu familia en 30 días, Rebecca Hagelin, Editorial Ciudadela