La acumulación de cal en los grifos es un problema común en los hogares, especialmente en regiones donde el agua contiene un alto nivel de minerales, como calcio y magnesio. Este tipo de agua, conocida como agua dura, deja residuos blanquecinos o amarillentos sobre las superficies metálicas tras la evaporación, lo que afecta tanto la estética como el rendimiento de la grifería.
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La cal es el residuo sólido que se forma por la precipitación de minerales presentes en el agua. Cuando las gotas de agua dura permanecen sobre el grifo y se evaporan, dejan depósitos de carbonato de calcio, que con el tiempo se acumulan y se endurecen. Este sedimento puede obstruir los orificios de salida del agua, deteriorar los acabados e incluso interferir en el funcionamiento interno del grifo.
No retirar la cal con regularidad puede provocar:
Obstrucción de los aireadores y cabezales de ducha.
Disminución de la presión de agua.
Deterioro de las piezas internas del grifo.
Fugas constantes por daños en las juntas.
Pérdida del brillo y estética original del grifo.
El vinagre blanco es uno de los productos más eficaces y económicos para eliminar la cal. Gracias a su contenido de ácido acético, disuelve los depósitos minerales sin dañar la mayoría de superficies.
Instrucciones:
Desenrosca el aireador o cabezal de ducha.
Sumérgelo en vinagre blanco puro o mezclado con agua al 50%.
Deja actuar entre 1 y 3 horas según el nivel de acumulación.
Frota con un cepillo suave, enjuaga y seca bien.
Para las partes fijas del grifo, envuelve un trapo empapado en vinagre alrededor del área afectada y deja reposar por 30-60 minutos. Evita este método en grifos de latón o acabados dorados, ya que puede alterar su coloración.
El bicarbonato de sodio es ideal para grifos delicados como los de acabado negro o cromado.
Paso a paso:
Mezcla tres cucharadas de bicarbonato con un poco de agua hasta formar una pasta.
Aplica sobre las zonas afectadas.
Deja actuar dos horas.
Frota con un cepillo de dientes de cerdas suaves.
Enjuaga y seca.
Este método no solo remueve la cal, sino que también pule suavemente la superficie.
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El jugo de limón es un excelente desincrustante natural.
Procedimiento:
Corta un limón por la mitad.
Frótalo directamente sobre las zonas con cal.
Deja actuar 30 minutos.
Limpia con agua y seca.
Es ideal para grifos de acero inoxidable, plástico y cromo. Para una acción más suave, diluye el jugo en agua antes de aplicarlo.
Este producto contiene ácido fosfórico, el cual puede ayudar a disolver la cal.
Aplicación:
Introduce el aireador en un recipiente con refresco por una hora.
Limpia y seca.
En zonas fijas, envuelve un paño empapado en el refresco y deja actuar por un par de horas.
Funciona mejor como mantenimiento regular que como solución para acumulaciones severas.
Mezcla ¼ de taza de vinagre con 3 cucharadas de sal.
Aplica en las áreas con cal.
Espera 30 minutos.
Frota con un cepillo suave.
Enjuaga y seca.
La sal potencia el efecto abrasivo sin dañar los acabados más delicados.
Mezcla 4 cucharadas de bicarbonato con el jugo de un limón.
Aplica la pasta sobre el grifo.
Deja actuar 15-20 minutos.
Frota con una esponja no abrasiva.
Enjuaga y seca completamente.
Perfecto para mantener los grifos del baño o cocina brillantes y sin cal.
Aplica la pasta de dientes (no en gel) sobre las manchas.
Usa un cepillo viejo para frotar.
Deja actuar 5 minutos.
Enjuaga con agua tibia.
Este método es ideal para retoques rápidos o áreas con cal reciente.
Empapa una esponja o paño con agua oxigenada.
Frota las zonas afectadas.
Alternativamente, envuelve el grifo en un paño empapado por 2 horas y luego frota.
Al combinarla con vinagre o bicarbonato, puede ser más efectiva contra acumulaciones resistentes.
Aplica una cucharadita de salsa de tomate sobre la cal.
Espera 1 hora.
Frota con cepillo o esponja suave.
Lava con agua y jabón neutro.
El ácido acético presente en el tomate tiene una función similar a la del vinagre.
El vapor de alta presión de una vaporeta doméstica ablanda la cal sin necesidad de productos químicos.
Dirige el chorro sobre la zona afectada.
Frota y seca con microfibra.
Es especialmente útil para grifos muy sucios o áreas de difícil acceso.
En el mercado existen desincrustantes diseñados para actuar rápidamente.
Rocía el producto.
Deja actuar el tiempo indicado.
Frota si es necesario.
Enjuaga completamente.
Lee siempre la etiqueta para asegurarte de que es compatible con el tipo de grifo que tienes.
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Establece una rutina semanal para limpiar los grifos con agua y jabón suave. En zonas de agua dura, realiza una limpieza con vinagre cada 15 días.
Después de usar el grifo, sécalo con un paño de microfibra. Eliminar el agua antes de que se evapore previene la formación de depósitos de cal.
Un grifo que gotea constantemente favorece la acumulación de cal. Repara cualquier fuga tan pronto como sea detectada.
Instalar un filtro de agua o un descalcificador doméstico reduce significativamente los minerales responsables de la cal. Aunque requieren mantenimiento, son una inversión a largo plazo para proteger toda la instalación.
Quitar la cal de los grifos no es una tarea difícil si se realiza de forma periódica. Existen numerosos métodos caseros y comerciales que permiten mantener nuestros grifos limpios, brillantes y en perfecto estado. Elegir el más adecuado dependerá del tipo de grifo, del grado de acumulación y de los recursos disponibles en casa.
Recuerda que muchos de los trucos de limpieza que compartimos también pueden utilizarse en otras zonas del baño. Por ejemplo, el bicarbonato y el vinagre son aliados poderosos para remover la cal acumulada en los inodoros, y el vinagre, por sí solo, resulta muy eficaz para dejar relucientes las mamparas y los azulejos de la ducha. Así que ha llegado el momento de actuar y decirle adiós a la cal en tus grifos y en todo el baño.
Un mantenimiento regular, la prevención y el uso de ingredientes naturales como vinagre, limón o bicarbonato, no solo cuidan tus grifos, sino también tu bolsillo.