Si enseñamos a niños pequeños, no nos digas que nuestro trabajo es “muy lindo” y que te gustaría poder pegar y colorear todo el día.
Las juntas con los padres de familia son para informar sobre el progreso de los niños, no para discutir la forma de lograr que tu marido te ayude en casa.
Estamos hartos de las pruebas estandarizadas y de tener que “enseñar para el examen”.
Antes, los chicos salían a jugar después de clases y resolvían sus problemas ellos solos. Ahora, con las computadoras y la televisión, carecen de habilidades para comunicarse. No saben qué hacer cuando otros niños hieren sus sentimientos y recurren a nosotros para que resolvamos sus problemas.
Cuando oigo un eructo fuerte en clase, recuerdo que los modales de un niño son un reflejo de los de sus padres.
Por favor, ayúdanos desactivando la función de mensajes de texto de los celulares de tus hijos mientras están en clases.
Tu hijo quizá sea el centro de tu universo, pero yo tengo que compartir el mío con otros 25 niños.
Hay quienes ganan millones de dólares al año por patear un balón durante 90 minutos. Nosotros educamos a los líderes del futuro y ganamos una ínfima fracción de eso. ¿Qué pasaría si los maestros tuviéramos los sueldos de los deportistas profesionales?
Hacemos de madre, padre, psicólogo, amigo y consejero todos los días. Además, estamos atentos a problemas de aprendizaje, dificultades en el hogar, consumo de drogas entre los alumnos y el bullying.
Los niños siempre ventilan tus secretos: dinero, religión, política e incluso la vasectomía de papá.
Por favor, no más tazas, marcos para fotos ni muñecos de peluche. Una tarjeta de regalo de una tienda de artículos para oficina sería más que suficiente, y una nota de agradecimiento, mejor aún.
Nos encantan los días feriados y los fines de semana de tres días tanto como a tus hijos.
Los que se quedan en nuestra memoria son los niños alegres, respetuosos y de buen corazón, y no necesariamente los que sacan las calificaciones más altas.
Conozco padres que son directores generales de sus propias empresas, y vienen a decirme cómo dar mis clases. Nunca se me ocurriría ir a sus oficinas a decirles cómo hacer su trabajo.
Y tampoco nos vamos justo cuando suena la campana y ellos se marchan a casa. Muchos de nosotros pasamos en la escuela varias horas extras antes y después de clases.
Padres y maestros estamos todos en el mismo barco.
La verdad es simple: tus hijos van a mentir para librarse de problemas.
Es la clave para tener éxito en la escuela a cualquier edad.
Podemos notar la diferencia entre un padre que ayuda a sus hijos a hacer la tarea y otro que la hace por ellos (sobre todo cuando los niños están despistados en clase al día siguiente).
No existe un maestro que pueda decir que escogió la docencia para hacerse rico.
Que digan que ya la hicieron no significa que sea cierto. Debes revisarla todos los días.
Enseñar no es siempre un trabajo grato. Los alumnos irrespetuosos y los padres conflictivos pueden desgastarnos.
No nos pidas que hagamos el trabajo sucio por ti. Nos gustaría que los padres hicieran a sus hijos responsables de sus acciones, en vez de presionarnos para que rompamos las reglas.
Lo vi hace poco y me dijo que acababa de terminar la universidad. Eso hizo que todo valiera la pena.
Los padres les dan a sus hijos aparatos electrónicos y juguetes costosos, pero lo que los niños realmente desean es que se sienten a conversar con ellos. Los niños quieren saber que te interesa su vida.
Los maestros a menudo compramos cosas que nuestros alumnos necesitan, como materiales de trabajo, lápices y hasta zapatos.
El interés y el apoyo de los padres es muy importante para los niños, pero algunos son como helicópteros: vuelan y zumban mucho alrededor de sus hijos.
Salir de vacaciones es un placer, pero muchos de nosotros tenemos que trabajar en cursos de verano o dar clases especiales para tener un ingreso extra.
No basta con hacer que los niños aprendan de memoria sus libros y se preparen para asistir a las mejores universidades. Los padres sensatos saben que para todos los niños hay opciones en el futuro y que ser responsables y buenos ciudadanos es la clave del verdadero éxito.
Ya nadie dice: “El perro se comió mi tarea”. Ahora oímos mucho esto: “La dejé en la mesa de la cocina”, y al otro día mamá envía una nota que corrobora esa historia.
Mantengan las manos donde yo pueda verlas.
Sabemos que tienes buenas intenciones, pero, por favor, deja de hacer todo por tus hijos y permite que se equivoquen. ¿De qué otro modo van a aprender? Los niños no se sienten motivados a tener logros porque saben que sus padres acudirán siempre en su auxilio.
Hay días en los que quisiera renunciar al trabajo, pero entonces la sonrisa de un niño lo cambia todo.
¿Cómo refuerzas la educación que reciben tus hijos en casa? ¿Tuviste algún altercado con algún maestro alguna vez? ¿Qué tipo de alumno eras cuando ibas a la escuela?
Fuentes: Federación Estadounidense de Maestros de Escuela; entrevistas a maestros de primaria y secundaria en los estados de California, Connecticut, Georgia, Iowa, Minnesota, Nueva York y Texas.