Crisis existencial: ¿Cómo saber que tienes una y cómo superarla?
Las crisis existenciales pueden ser difíciles, pero también una oportunidad para aprender más sobre uno mismo y encontrarle un sentido más profundo a la vida.
La vida es complicada. Es un viaje lleno de giros y desafíos, y a veces nos encontramos en una encrucijada en la que nos cuestionamos nuestra propia existencia y el significado de todo. Esta esencia misma de la vida nos lleva a lo que se conoce como “Crisis Existencial”, en la que te sientes preocupado por el futuro, reflexionas sobre el sentido de la vida, cuestionas tus creencias, valores y objetivos personales o experimentas temores sobre tu propia mortalidad.
Las crisis existenciales se definen como momentos confusos y de gran ansiedad, en los que una persona intenta encontrar la respuesta a la pregunta: “¿Quién soy yo?”. Y aunque la palabra “crisis” se suele relacionar con significados negativos, las crisis existenciales no necesariamente son algo malo, pues incluso pueden alentar a quien las experimenta a profundizar, reflexionar, hacer cambios y encontrar más significado en su vida.
Hay varios factores que pueden desencadenar una crisis existencial, como el hecho de enfrentar eventos o situaciones que desafían el propio sentido de identidad, como la muerte de un ser querido, una enfermedad grave, un cambio importante en la vida, la pérdida de un trabajo o la falta de sentido en las actividades diarias. Esencialmente, cualquier cosa que cambie de manera drástica tu vida o tu percepción sobre ella, puede provocar una crisis existencial.
También existen algunos tipos de crisis existenciales, que son más o menos comunes según la edad que tengas.
Sin embargo, independientemente de cuándo ocurra una crisis existencial, se suelen experimentar sensaciones similares, como: ansiedad, estrés, arrepentimiento y tristeza.
Además, conforme pasa el tiempo y envejecemos, es más común reflexionar sobre lo efímero de la vida, lo cual puede llevar a las personas a querer hacer cambios en su vida para disfrutarla más.
A veces, darse cuenta de la mortalidad o de los aspectos más negativos de nuestro mundo también pueden generar tristeza y desesperanza.
2. Estás desmotivado
Te preguntas constantemente cuál es el motivo o propósito de tu vida y de lo que haces; te cuestionas cuál es el punto de tu trabajo, tus responsabilidades, tus relaciones e incluso tu propio cuidado personal, pues no les encuentras un sentido.
Si no puedes dejar de pensar cosas como la muerte, el significado de la vida o los problemas del mundo, esa es otra señal de una crisis existencial. Estos pensamientos pueden volverse tan penetrantes que impactan tu calidad de vida y reducen tu motivación para las cuestiones cotidianas.
Si la crisis existencial que enfrentas fue provocada por un evento trascendental en tu vida, es fácil que te obsesiones con él y te sientas incapaz de avanzar, a pesar del tiempo que haya pasado. De manera similar, algunas crisis tienen más que ver con lo que sucederá en el futuro, por ejemplo, ante el estrés por lo que está por venir, como la preocupación de no lograr descubrir tu propósito o no dejar un legado.
La soledad puede desencadenar una crisis existencial cuando lleva a alguien a comenzar a contemplar preguntas más profundas sobre las relaciones en su vida. Además, la crisis suele ser solitaria y puede dificultar la conexión con los demás mientras luchas por conectarte contigo mismo.
Si estás pasando por una crisis existencial, lo más importante es que sepas que vas a superarla y no te quedarás ahí para siempre. Incluso, puedes aprender de esa crisis y convertirla en algo positivo al usarla como un impuslo para hacer cambios en tu vida, a medida que logras una comprensión más profunda de quién eres.
Sabemos que no es fácil, pues al pensar y dar vuelta a tantas cosas que ocurren en tu vida y en el mundo, encontrarás que hay mucho por lo que sentirse frustrado, confundido, enojado, triste o asustado en esta vida.
Pero, por otro lado, al reflexionar y agradecer por todo lo que tienes, lo que has logrado y lo que eres capaz de hacer, una vez que logres superar esa etapa de crisis, te darás cuenta de que en tu vida y en el mundo también hay muchas cosas que valen la pena y que te hacen sentir alegre, pleno, feliz y esperanzado.