Cuando muere un nieto: Apoyo para abuelos afligidos
No se supone que los bebés mueran. Va contra todo en el orden natural, pero cuando sucede sacude los cimientos de toda la familia.
No se supone que los bebés mueran. Va contra todo en el orden natural, pero cuando sucede sacude los cimientos de toda la familia. Es muy común ver la devastación en los ojos de los abuelos, pues se sienten destrozados por el hecho de que su nieto ha muerto y se sienten impotentes ante el dolor de sus hijos.
“¿Qué hacemos?” se preguntarán los abuelos con agonía en sus ojos. Ellos desean proteger a su hijo, hacer lo que sea para quitarle el dolor, pero todos sabemos que no hay nada que mitigue esa pérdida. No hay ninguna curita lo suficientemente grande como para cubrir la herida.
“Lo siento mucho” susurrarán a menudo. La pérdida de esa vida es un dolor doble para los abuelos, porque sienten pena por su nieto y también sienten pena por su hijo, quien está viviendo el peor dolor de su vida. Y no pueden hacer nada.
Como en la mayoría de las situaciones de apoyo, reconocer y validar la lucha o el dolor de una persona ayuda a darle un nombre. También les ayuda a comprender sus sentimientos de impotencia, a saber que lo que están sintiendo es ‘común’ en esas circunstancias y les ayuda a saber que no están solos.
Los abuelos también necesitan apoyo.
Los abuelos pueden ver las cosas de manera diferente a los padres. Eso puede dificultarles la comprensión de las decisiones que tomen sus hijos (los padres del bebé). Pueden provenir de una generación que no cree que los papás deberían ver y sostener a su bebé o tomar fotografías. Pueden o no entender la importancia de hacerlo.
Los abuelos a menudo filtran a través de lo que piensan que es mejor para tratar de proteger a sus hijos, a veces pensando que si pueden protegerlos no dolerá tanto. Los padres pasan toda su vida protegiendo a sus hijos. Tiene sentido que en el momento en que sus hijos experimenten el peor dolor imaginable quieran encontrar una manera de cuidarlos.
La pérdida de esa vida es un dolor doble para los abuelos, porque sienten pena por su nieto y también sienten pena por su hijo.
“Hace años, cuando perdí a mis hijas gemelas y luego a mi hijo recién nacido, mi madre tuvo problemas meses después de nuestra pérdida, pues fue muy difícil para ella no poder curar mi dolor. A ella le preocupaba que no estuviera bien pues me tomó un tiempo superar la pena, y ella no comprendía que mis lágrimas eran una respuesta saludable al dolor, y yo solo necesitaba que ella fuera paciente y estuviera conmigo en lugar de tratar de ayudarme” cuenta una hija atribulada.
La experiencia de ver a una hija dar a luz a un bebé con una vida breve o que nace y muere pronto puede desencadenar recuerdos de su propia pérdida, si es que las hubo.
Si estás frente a un abuelo que ha pasado por ello sé sensible a sus propias historias, pues es posible que esté procesando el dolor reprimido durante años mientras sostiene a su nieto. Dale la oportunidad de procesar su pena por el niño que perdió, así como la pena que siente por la muerte de su nieto y el dolor que siente su hijo.
Sentirse impotente cuando un hijo está sufriendo puede paralizarlos. Si eres amigo o familiar incluye a los abuelos en tareas en las que puedan ser útiles. Si eres el abuelo, comprende que tal vez los padres no saben cómo incluirte en ese momento. Nunca han pasado por algo así y su dolor es más grande que cualquier otra cosa así que pueden reaccionar de distintas maneras.
Encuentra formas de mantenerte amablemente involucrado. Puede que los padres no sepan qué necesitan, así que puedes ofrecerte a hacer llamadas telefónicas o ayudar con los arreglos funerarios y posteriormente, cuando los padres tengan ganas de salir, ofrecerte a cuidar a sus otros hijos, si es que los tienen.
Los abuelos pueden ver las cosas de manera diferente a los padres.
A medida que pase el tiempo esas acciones significarán mucho para los padres, pues los abuelos están haciendo cosas por sus nietos vivos, y si además honran e incluyen el recuerdo de su nieto en las celebraciones familiares, los padres se sentirán mejor, pues por lo general es un consuelo para los dolientes que les hablen y les recuerden a su hijo.
Los abuelos pueden preocuparse tanto por el dolor que sienten sus hijos que no viven su duelo. Si eres un abuelo en duelo ten en cuenta que estás atravesando una crisis y necesitarás trabajar en ella. Cuidar de ti mismo es esencial para que puedas seguir cuidando a tu hijo o hija en duelo.
Abuelos afligidos, por favor sepan que no están solos, sepan que los vemos y vemos la forma en que llevan silenciosamente el dolor por tu nieto mezclado con el dolor de ver a tu hijo llorar por su bebé.
Fuente: Miss-Eca, red de apoyo ante muerte gestacional y niñez temprana.