Un padecimiento común de nuestro tiempo es el dolor de cuello, ya que muchos pasamos gran parte del día encorvados ante una computadora, tableta o teléfono, o arrellanados frente al televisor.
Además, es una molestia habitual en la vejez a causa del desgaste natural de las articulaciones y tejidos de la columna vertebral. Suponiendo que el dolor de cuello no se deba a una enfermedad subyacente, estos consejos pueden servir para aliviarlo:
Empieza por el sueño, que representa cerca de un tercio del día. Elige un colchón medianamente firme, y usa una almohada para mantener la cabeza a la misma altura que el resto del cuerpo.
A fin de que el descanso sea reparador para el cuello, prueba a dormir boca arriba con una almohada bajo las corvas, lo que aplana y relaja los músculos dorsales.
En cuanto al uso de la computadora, mantén el monitor a un brazo de distancia y a la altura de los ojos. El diseño de las computadoras portátiles fomenta las malas posturas: si el teclado está a una distancia cómoda, la pantalla queda demasiado cerca, y si ésta se aleja a la distancia correcta, el teclado queda demasiado lejos, lo que te obliga a encorvarte.
Puedes resolver el problema colocando la laptop sobre uno o más libros grandes, o sobre una base especial y usando un teclado y un ratón independientes.
Hay pruebas de que ciertos ejercicios practicados en casa suelen ser más eficaces que los analgésicos contra el dolor de cuello de corta duración (12 semanas o menos).
Para saber qué ejercicios te convienen más, consulta a un profesional. “Depende de la postura y de los hábitos que contribuyen al dolor”, explica Benoît Hielard, fisioterapeuta de Hauteville-Lompnes, en Francia.
“Algunos ejercicios y correcciones funcionan en la mayoría de las personas, pero antes hay que cerciorarse de que lo van a ayudar a uno para no agravar las cosas”.
Para el dolor crónico se puede recurrir a analgésicos, inyecciones de esteroides e incluso operaciones quirúrgicas; sin embargo, conviene evitar los tratamientos agresivos, pues los que no lo son a menudo bastan para remediar este trastorno cotidiano.