Termina con el dolor de espalda con estos remedios
Antes de probar cualquier remedio o ejercicio casero, visita al doctor para saber si tu dolor de espalda baja no es un problema grave.
Antes de probar cualquier remedio o ejercicio casero, visita al doctor para saber si tienes un tipo común de dolor de espalda baja o un problema médico que requiere el tratamiento de un especialista.
Un buen fisioterapeuta o quiropráctico puede ayudar a detener el espasmo de espalda al aplicar tracción y una suave manipulación. También ve al doctor si el dolor es repentino y desciende hacia la pierna y la rodilla o pie, o si lo acompaña fiebre, retortijones gástricos, dolor en el pecho o dificultad para respirar.
Frecuentemente, los doctores ven el dolor de espalda como una llamada de atención y recomiendan un programa de ejercicios para estabilizar y fortalecer la espina dorsal, que ayudará a prevenir problemas.
Como un paliativo del dolor, el hielo trabaja bien. Bloquea las señales de dolor y ayuda a reducir la inflamación. Varias veces al día coloca hielo envuelto en una toalla en el área adolorida, hasta 20 minutos. Durante los primeros días de tratamiento en casa, aplica hielo con la frecuencia necesaria.
Después de unas 48 horas cambia a un calor húmedo para estimular el flujo sanguíneo y reducir los espasmos. Sumerge una toalla en agua muy caliente, exprímela y luego dóblala.
Recuéstate sobre el estómago con almohadas bajo las caderas y tobillos. Coloca la toalla sobre el área adolorida, cubre la toalla con un plástico y luego coloca un cojín eléctrico –en el nivel medio– encima y déjalo durante 20 minutos.
Pide a tu pareja o algún amigo cercano que te dé un masaje en el área adolorida. Si deseas usar una crema o ungüento que se vende como “fricción de espalda”, hazlo, pero con cuidado –estas cremas tópicas tienden a causar irritación en la piel después de unas cuantas aplicaciones.
Para un masaje de espalda, rellena un calcetín grande con varias pelotas de tenis, amarra la orilla y pide a tu pareja que lo ruede de arriba abajo de tu espalda.
Da masaje con un linimento tradicional. Escoge uno que contenga mentol, dietilamina o salicilato de glicol. Todos son parecidos y tienen propiedades que mitigan el dolor. Las crema conocidas como contrairritantes, estimulan las terminaciones nerviosas en la piel, distrayéndolo del dolor más profundo.
Cuando los uses también te estarás dando un masaje, y la presión en las manos combinada con la acción en la superficie proporciona un doble beneficio (no ocupes un linimento si también estás usando cojines eléctricos o compresas de calor que se aplican a la misma área).
Tu doctor puede prescribir una crema que contenga capsaicina, la sustancia de los chiles, productora de calor. Aplicada en la piel, la capsaicina reduce un neuroquímico de las terminaciones nerviosas llamado sustancia P. Los investigadores han encontrado que es esencial para las sensaciones de transmisión de dolor al cerebro, así que cuando hay más de esta sustancia en circulación, el dolor disminuye.
Puede ser que tengas que usar la crema varias semanas para un efecto completo. Suspende su uso si aparece cualquier irritación en la piel.
Toma 500 mg de bromelina tres veces al día con el estómago vacío. Esta enzima, derivada de la piña, promueve la circulación, reduce la inflamación y ayuda a tu cuerpo a reabsorber los productos derivados de la inflamación. Para un fuerte efecto terapéutico, consíguela de por lo menos 2000 UCL (unidades de coagulación de leche) por gramo. (la bromelina es un adelgazador de la sangre, y quien está tomando medicamentos anticoagulantes debe evitarla.)
Prueba tomar una cápsula de 250 mg de valeriana cuatro veces al día. Algunos científicos dicen que los ingredientes activos de esta hierba interactúan con los receptores en el cerebro para causar un efecto sedante.
Aunque por lo general los sedantes no se recomiendan, la valeriana es mucho más leve que cualquier producto farmacéutico. También puede hacerse en té, pero su olor es tan fuerte (huele como a calcetines de gimnasia muy usados) que las cápsulas son preferibles.
Cada mañana antes de levantarte, recuéstate de espalda y lentamente estira los brazos sobre la cabeza. Con suavidad lleva las rodillas hacia el pecho, una a la vez. Para incorporarte, rueda a la orilla de la cama; ponte de lado, coloca las rodillas sobre la orilla y usa un brazo para levantarte, mientras dejas caer los pies al piso. Una vez que estés de pie, coloca las manos en los glúteos e inclínate hacia atrás muy lentamente para estirar la espina dorsal.
Igual que la capsaicina y otros contrairritantes, la mostaza da una cálida sensación de hormigueo que puede distraer del dolor más profundo. Para hacer una cataplasma, mezcla una parte de mostaza pulverizada con dos partes de harina, agregando agua hasta tener una pasta.
Espárcela sobre un trapo viejo de cocina, dóblalo y aplícalo como una compresa en la piel; la pasta de mostaza se filtrará; puede quemar si se deja demasiado tiempo, quítala si sientes molestia en la piel. No la ocupes más de tres veces al día (protege tu piel con vaselina cuando uses este cataplasma).
Extraído del libro: “1001 remedios caseros“, Selecciones (2011)