Siete años después del escándalo mundial provocado por el científico chino He Jiankui, quien creó los primeros bebés editados genéticamente, el debate sobre la modificación del ADN humano en fase embrionaria vuelve a encenderse. La empresa biotecnológica neoyorquina Manhattan Genomics ha anunciado su misión de recuperar esta controvertida idea, con el objetivo declarado de acabar con las enfermedades genéticas y aliviar el sufrimiento humano.
Manhattan Genomics, cofundada por la ex becaria de Thiel Cathy Tie, busca corregir mutaciones dañinas en embriones. La premisa es tentadora: cualquier cambio hecho en las células reproductivas es hereditario, lo que significa que la eliminación de una mutación patógena en un embrión la eliminaría de las generaciones futuras.
    
    
    
 
El regreso de la ‘línea germinal’
La empresa, que inicialmente se llamó Proyecto Manhattan, está conformando un equipo de “colaboradores científicos” que incluye a especialistas en fecundación in vitro (FIV), científicos de datos de Colossal Biosciences (una empresa de “desextinción”) y biólogos reproductivos.
Cathy Tie, quien busca hacer que la idea de editar embriones sea socialmente más aceptable, afirma que su objetivo se limita estrictamente a la corrección de enfermedades monogénicas (causadas por una sola mutación) como la enfermedad de Huntington, la fibrosis quística y la anemia de células falciformes.
“Estamos revolucionando la medicina y esta tecnología es muy potente. Eso es lo que creo que tienen en común la manipulación del núcleo del átomo y la manipulación del núcleo de la célula.” — Cathy Tie.
    
 
 Los obstáculos éticos y legales
El anuncio de Manhattan Genomics no solo reactiva el debate científico sobre la precisión de CRISPR (que aún tiene el potencial de causar efectos no deseados que serían hereditarios), sino que trae de vuelta las preguntas éticas más profundas:
- Miedo a la eugenesia: La posibilidad de manipular el ADN ha resucitado los temores de una nueva forma de eugenesia, donde padres con recursos económicos podrían crear “bebés de diseño” con rasgos seleccionados.
 
- Riesgo vs. beneficio: Expertos como Kiran Musunuru, cardiólogo de la Universidad de Pensilvania, señalan que en la mayoría de los casos de enfermedades hereditarias, el cribado embrionario (diagnóstico genético preimplantacional) es suficiente sin necesidad de edición. La edición solo sería necesaria en casos extremadamente raros.
 
- Regulación: En EE. UU., una disposición del Congreso prohíbe a la FDA considerar ensayos con embriones humanos modificados para iniciar un embarazo, lo que representa un gran obstáculo normativo.
 
El llamado a la transparencia y la cautela
Figuras clave en el campo han expresado su preocupación por que la investigación de la edición genética de embriones pase del entorno académico, con su supervisión institucional, a empresas tecnológicas emergentes.
- Supervisión Necesaria: Jeffrey Kahn, director del Instituto Berman de Bioética, advierte que si este trabajo se realiza fuera del entorno académico, la cuestión de la responsabilidad se vuelve mucho más importante.
 
- Recomendación de la Comisión: Una comisión internacional, en la que participó Kahn, recomendó en 2020 que los embriones editados genéticamente no se utilicen para crear embarazos hasta que la precisión y la seguridad puedan establecerse de forma fiable.
 
A pesar de los desafíos y las moratorias éticas solicitadas por varias sociedades científicas, Cathy Tie mantiene que la edición de embriones humanos es una vía válida a explorar. La cofundadora asegura que la empresa comenzará con estudios en ratones y monos, y que su intención es seguir las recomendaciones de cautela y transparencia, incluso ante las objeciones sobre el potencial “casi eugenésico” del proyecto.