La Asociación Mexicana de Diabetes (AMD) y la Fundación Mario Robles Ossio A.C. firmaron un convenio histórico que busca algo muy concreto: cerrar la brecha entre la detección de la diabetes y el cuidado oportuno de los riñones.
La meta es que la educación, la prevención y la práctica médica caminen al mismo ritmo, y que la sociedad civil tenga un papel activo.
La alianza más oportuna
Durante el anuncio, el Dr. Jorge Fonseca, nefrólogo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, lanzó una alerta: México es uno de los países con mayor mortalidad por enfermedad renal crónica.
“De las 25 localidades con más mortalidad a nivel mundial, 9 están en este país. Y 40% de los pacientes con enfermedad renal crónica tienen como enfermedad secundaria la diabetes”.
Frente a este escenario, la alianza llega en el momento justo.
¿Por qué unir diabetes y salud renal?
Dr. Jorge Fonseca: La diabetes es muy prevalente en México, afecta a cerca del 18% de la población.
Lo preocupante es que alrededor del 40% de estos pacientes desarrollan algún grado de enfermedad renal crónica que, si no se detecta a tiempo, termina en diálisis o trasplante.
El gran problema es que tanto la diabetes como el daño renal son enfermedades silenciosas: las personas se sienten bien… hasta que ya no.
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¿Qué está provocando el aumento de casos?
Dr. Jorge Fonseca: Hay varias capas. Primero, estamos viviendo más años y eso hace que vivamos más tiempo con enfermedades crónicas.
Segundo, tenemos estilos de vida que favorecen la diabetes: poca actividad física, alimentación alta en azúcares y carbohidratos simples y, además, un riesgo genético elevado en la población mexicana.
Y hay un punto cultural: la diabetes se ha “normalizado”. Muchas personas dejan de ir al médico porque “siempre han tomado la misma pastilla” y no saben que deben revisarse los riñones cada cierto tiempo.
¿A quién está afectando más?
Dr. Jorge Fonseca: Principalmente a personas de 40 años en adelante, de clase media y media baja, con obesidad o sobrepeso, hipertensión, colesterol o triglicéridos altos. Pero también estamos viendo más jóvenes que desarrollan diabetes tipo 2 porque la obesidad empieza desde la infancia.
Si alguien tiene antecedentes familiares, obesidad o presión alta, debe buscar diabetes y revisar sus riñones antes.
¿Puede prevenirse?
Dr. Jorge Fonseca: Sí. Y es más simple de lo que parece:
- Medir glucosa en ayuno desde los 20 años si hay antecedentes familiares.
- De los 30–40 años en adelante, hacer un chequeo anual o cada dos años.
- Mantener una dieta baja en azúcares simples y sal, y alta en frutas y verduras.
- Hacer 150 minutos de actividad física moderada a la semana.
- No fumar y moderar el alcohol.
Estas medidas no solo previenen la diabetes: protegen el corazón y los riñones.
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¿Qué aporta esta alianza que no existía antes?
Marisol Robles (Fundación Mario Robles Ossio): Esta alianza lo que hace es construir puentes entre pacientes, médicos e instituciones.
Las asociaciones de diabetes ya detectan a muchas personas con proteína en orina o con sospecha de daño renal… pero después, ¿quién los acompaña?
Ahora podremos darles educación en salud renal, seguimiento y materiales claros para que no lleguen a diálisis. Además, 2025 será clave porque la OMS ya declaró a la enfermedad renal como prioridad mundial y porque México está liberando los PRONAM (Protocolos de Atención Médica), que por primera vez incluyen enfermedad renal, diabetes e hipertensión en una misma lógica de atención.
¿Qué son los PRONAM y por qué son importantes?
Marisol Robles: Antes, las guías eran muy largas y poco prácticas para el médico que está viendo 40 pacientes al día. Los PRONAM toman lo más importante y lo ponen en dos hojas: cómo detectar, en qué estadio está el paciente y qué medicamento se puede usar dentro del sector salud.
Además, algo muy valioso: unifican criterios entre instituciones. Eso nos permite que lo que detecta una feria de salud no se quede ahí, sino que tenga continuidad en el sistema.
¿Qué tan grave es el panorama en México?
Dr. Jorge Fonseca: Es serio. Estamos entre los países con más mortalidad por enfermedad renal crónica y la diabetes es la causa principal de que las personas lleguen a diálisis. Pero también es cierto que hoy tenemos más herramientas que hace 10 años.
¿Hay tratamientos que retrasen la diálisis?
Dr. Jorge Fonseca: Sí, y aquí viene la parte alentadora. Si el paciente controla su diabetes, su presión y su peso, y si se detecta el daño renal en etapas tempranas, podemos retrasar por años o décadas la llegada a la diálisis.
Hoy contamos con medicamentos que ya están en el sector público, como:
- IECA y ARA2 (antihipertensivos que protegen al riñón).
- Inhibidores SGLT2, que se usan para diabetes, pero también cuidan corazón y riñones.
Y cuando el paciente tiene acompañamiento educativo —como el que dará esta alianza— es mucho más probable que siga su tratamiento.
¿Qué acciones concretas vienen?
Marisol Robles:
- Presencia en las ferias de salud de la Asociación Mexicana de Diabetes.
- Crear herramientas educativas para pacientes y familias.
- Capacitar a educadores en diabetes para que también hablen de salud renal.
- Registrar y dar seguimiento a quienes ya muestran signos de daño renal para evitar que lleguen a diálisis.
Esto no es de corto plazo. Es un trabajo de largo aliento, pero lo importante es que hoy ya hay voluntad política, médica y social para hacerlo.
Para cerrar… ¿hay motivos para el optimismo?
Dr. Jorge Fonseca: Sí. Hoy sabemos más, tenemos mejores medicamentos y hay más organizaciones involucradas. La clave es que el paciente no llegue tarde.
Marisol Robles: Es una buena noticia que dejemos de trabajar aislados. Cuando pacientes, médicos, organizaciones y gobierno caminan juntos, la enfermedad renal deja de ser una sentencia.