Cómo educar sin tintes de machismo
La iglesia, el cine, la televisión, la publicidad, todos estos elementos ayudan a mantener patrones machistas, es fácil darse cuenta de esto.
Para Mauro Vargas, director de Género y Desarrollo (Gendes A.C) el primer paso es reconocer nuestro lado machista.
Primero responde a estas preguntas. ¡Sé honesto(a) por favor!
Si respondiste que sí a tres o más de estos cuestionamientos, toma nota de las siguientes recomendaciones del experto.
Los grandes personajes femeninos que aparecen en los libros pueden contarse con los dedos de una mano, así que si soy niña asumo que los hombres son quienes construyen los países, y si soy niño me doy cuenta que el poder de creación de un país es totalmente masculino, explica Vargas. Cambiar ese discurso empoderaría a las mujeres.
Las transformaciones a favor de la mujer se han dado gracias a la lucha que ellas mismas han emprendido, pero para la construcción de relaciones equitativas e igualitarias se necesita el acompañamiento masculino, pues sólo ellos pueden realizar cambios desde las prácticas cotidianas hasta las estructuras institucionales.
Aprendemos a ser hombres o mujeres según las características físicas con las que nacemos. Si tenemos un hijo varón esperamos que asuma un rol protector, de proveedor, tendrá el uso del poder en casa sólo por ser hombre, saldrá a recorrer mundo sin ningún riesgo porque es su deber ser; con las mujeres sucede los mismo pero en un sentido complementario, pues se les enseña que deben ser dóciles, serviciales y abnegadas.
Esa educación perpetúa el machismo así que debemos erradicarla. Basta de enseñarles a los varones a competir, a ganar, a no ser empáticos, a mandar.
Mauro Vargas, Director de Género y Desarrollo GENDES A.C., nos explica la construcción de una sociedad más equitativa e igualitaria desde las masculinidades.
Comprender que sí ejerzo violencia: Algunos hombres crecen pensando que las mujeres son menos o que dependen de él, así que ven normal gritarles o exigirles servicios. “El hombre no ve esas acciones como violencia, sino como la obligación de las mujeres”.
Más allá de la violencia física: Una violación sexual es el extremo de la violencia, explica Vargas, pero infinidad de hombres no consideran conductas violentas el acoso o el desinterés por los quehaceres domésticos.
“La infidelidad es una forma de violencia, sobre todo si no existe protección, pues puedo transmitirle a mi pareja una infección que puede marcar su vida; pero los hombres no ven eso como violencia porque han crecido en un mundo que les permite tener varias mujeres al mismo tiempo”.
Cuidado con lo que ves: “En las novelas el hombre está siempre por arriba, y las lógicas de activar el amor romántico están sustentadas en ideas de poder: el hombre cela, el hombre posee, el hombre la hace suya” explica el terapeuta.
Este cuerpo teórico es muy valioso porque permite la activación de revoluciones pacíficas que nacen en casa; el feminismo construye un soporte cultural, social y político muy necesario en un país como México.
La crianza de los hijos debe ser de dos. Cuando escucho esa afirmación me preguntó en dónde queda la figura paterna, dice Mauro Vargas. “La mujer también trabaja fuera del hogar, también lleva dinero a casa, así que en todo, hasta en la crianza de los hijos, hombre y mujer son corresponsables”.
¿Para qué cambiar si somos lo que ejercemos el poder?: Aunque pareciera una posición fácil, la verdad es que el machismo lastima a los hombres. “Los machos generalmente son violentos, así que su forma de relacionarse con las mujeres de su entorno es tortuosa”. A la larga esos hombres pueden quedarse solos porque violentaron a sus seres queridos con celos, posesividad y agresión.
Sí existe otra forma de relacionarse: Los hombres deben comprender que el machismo es algo aprendido así que es posible desaprenderlo y reaprender conductas que avancen hacia una equidad real.
Mauro Vargas es contundente: El machismo es dañino y parasitario porque abreva de las energías de las otras partes, es controlador y es violento.
Siempre es un buen momento para empezar: Puede ser hoy, mañana, la semana que entra, nunca es tarde. “Y no te preocupes si hay retrocesos porque es un proceso para toda la vida; yo le digo a los hombres que es un ‘pasito tun tún’, pues a veces se avanzan tres y se retroceden dos, pero con el tiempo es posible lograrlo”.
Mauro Vargas quiere dejar algo en claro: El machismo es nocivo también para los hombres. Estadísticas del INEGI demuestran que por cada mujer fallecida de manera violenta hay nueve hombres.
“Es muy costoso para nosotros mismos ser machos, aferrarnos al desafío constante que significa vivir compitiendo con el otro es desgastante y peligroso. Pareciera que se nos coloca un machómetro y tenemos que ir por la vida demostrando hombría, lo que nos coloca en lógicas de mucho riesgo, las cuales las hemos invisibilizado”.
La disminución o desaparición eventual del machismo abonará a que haya menos violencia en todos los sentidos, por eso esta revolución sin armas es tan necesaria, finaliza el director general de Gendes A.C.